Capítulo 107

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Especial

Torel

Luego de decirle a Sajer y a Kaila que me iría, corrí a toda prisa de vuelta al territorio. Sin comer, sin beber, sin dormir, sin dejar de pensar en la situación.
Tardé un día y una noche en volver con mi manada. Allí, vi a Lala.
-¡Papá! ¡¿En dónde estabas?!
-No tengo tiempo... - intentaba recobrar el aliento - escucha... reúne a la manada, y llévalos... al punto de reunión de las cuatro manadas...
-Espera espera, qué está...
- Obedece, cuando todos estén reunidos se los contaré... Por lo pronto... iré al punto y haré el llamado... ¡Rápido! - Lala corrió a cumplir con mi orden.
Quería recostarme un momento, comer algo, ir al río, descansar mis patas; pero debía seguir.
En el punto de reunión, aullé con todas mis fuerzas hasta recibir respuesta de las otras tres manadas.
-Ya estamos aquí - dijo Lala.
-

Torel ¿Qué significa esto...? - preguntó Ciro con seriedad.
- Te ves agotado... - dijo Rissa.
- Debe ser bastante importante, si el alfa del Sur nos llamó - dijo Ray, el alfa del Oeste.
- Aquí estamos - dijo un lobo del Este - esta es toda la manada...
- En dónde está tu alfa - pregunté.
- Murieron ambos, y quienes debían sucederlos son cachorros, pero desaparecieron. No tenemos alfa, y por lo visto, somos muy pocos como para ser una manada...
- ¡Torel! Ya dinos lo que ocurre - dijo el anciano.
Por un momento, mis patas quisieron doblarse y dejarme caer; pero no las dejé.
- ¡Llamé a todos, porque sabemos que estamos siendo amenazados por criaturas que no conocemos! ¡Hemos perdido a muchos miembros de nuestras manadas; pero debemos defendernos y evitar que sigan pasando sobre nosotros!
- ¡¿Y cuál es tu plan?! ¡Asesinaron a prácticamente toda la manada del Este sin siquiera tocarlos! - dijo Ciro - Secuestraron a otros lobos con cosas extrañas. Y encontraron a nuestra manada con la ayuda de lobos extraños. No podemos hacer nada en contra de ellos sin que nos maten.
- Ellos no son más que nosotros, tienen a varios lobos atrapados, y con vida - todos comenzaron a murmurar.
- ¿Cómo sabes eso? - preguntó el anciano.
- Corrí un día y una noche para llegar aquí desde el otro lado de las montañas. Y si no hacemos algo ahora, se llevarán a algunos y mataran a los otros. Esas criaturas planean hacer de los lobos sus ayudantes.
- ¿Cuántos hay en ese lugar?
- Tres de la manada del Norte y dos cachorros, tres de mi manada, ambos lobos solitarios y tres cachorros que no sé a qué manada pertenecen.
- No hay manera de salvarlos sin perder a más compañeros.
- Es triste oír eso viniendo de un alfa. ¿De qué sirve tener una manada si no harás lo posible por mantenerla a salvo?
- ¡No vengas a...!
- También cometí ese error. Y di por muerto a mi hijo; pero otros miembros de mi manada me hicieron pensar diferente. Y fue así como vi con mis propios ojos que seguían con vida. Y pienso salvarlos - los miré a todos - pero no puedo hacerlo solo.
- Torel - dijo el anciano - dilo.
- Ya no tiene caso vivir divididos... ¡Debemos volver a ser una sola manada!
Todos los lobos comenzaron a murmurar entre ellos por mi propuesta.
- ¡Alfas de las demás manadas, den un paso adelante! - Ordenó el anciano. Todos obedecieron - creo hablar por todos cuando digo que Torel tiene razón en querer unir a las manadas - todos asintieron menos Ciro - como dicta nuestro reglamento, quién ofrece dicha propuesta, es quien debe ser escogido alfa de toda la manada. Quien se oponga deberá enfrentarse contra Torel por el título de alfa.
- La manada del Este ya no cuenta con un alfa que la dirija - dijo el anciano junto a los demás lobos - los que quedamos, aceptamos a Torel como nuestro alfa. - asentí con la cabeza.
- La manada del Sur seguirá a su alfa a donde quiera que vaya - dijo Lala.
- Oeste ¿Cuál es su respuesta? - preguntó el anciano.
- No tiene caso hacer correr mas sangre. Respeto bastante a Torel como para dejar a la manada en sus colmillos. - Ray me miró - La manada del Oeste acepta a Torel como su nuevo líder.
- Norte ¿Que deciden?
- ¿Cómo esperas dirigir a tantos lobos? No diré que no eres uno de los lobos más formidables de todo el bosque. Pero creo que estás comiendo más de lo que puedes masticar.
- No diré que quizás tienes razón, Ciro. Pero no planeo apoderarme de sus manadas, ni de quitarles la autoridad sobre los lobos que los han visto como su líder desde que son cachorros - me dirigí a los alfas y a los demás - una manada unida es mucho mas fuerte que cuatro repartidas. - Ciro continuaba en contra de mi posición - la fuerza de la manada es el lobo; y la fuerza del lobo es la manada. Ahora dime ¿En qué nos convierte si no somos capaces de hacer todo lo posible por salvar a nuestros compañeros en problemas? - Mantuvimos una especie de duelo de miradas por un momento. La mía era mas intimidante.
- Está bien... - dijo al fin - la manada del Norte te acepta como Líder. Solo espero que resulte tu plan, y que no nos lleves directo a una muerte segura...
- Te aseguro que no es eso... - dije manteniendo mi postura.
Las cuatro manadas se unieron como una sola. Y como alfa de la gran manada, ordené que las hembras con cachorros se quedaran en el bosque; que diez lobos se quedaran patrullando hasta nuestro regreso; y a los demás, hice que se pusieran en marcha, siguiendo en sendero a los pies de la montaña.
Estaba muy agotado; pero aun así, corrí junto a la manada tan rápido como me lo permitían mis patas ardientes. Y puedo decir, que valió la pena, ya que llegamos a tiempo para apoyar a los que habían escapado. Pero no a todos.
Envié a Ciro y a un grupo para que apoyaran a los que seguían atrapados; y los demás, nos encargamos del ojo del huracán.
- Vengo por los míos. Y si tengo que hacer correr sangre por ellos. Lo haré - el perro alfa me gruñó - siempre y cuando no sea de mis lobos... - gruñí al ver al Tommen inerte detrás de mí. - pagarás este derramamiento de sangre. Y conocerás la fuerza de una manada...

Entre lobos... (2)Where stories live. Discover now