Capítulo 30

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Shaya

Tres días después de que conociéramos a Sever, llegamos a un lugar fuera de mi imaginación.
- ¿Qué es este lugar...?
- La aldea. - dijo Sever.
- Aquí termina el viaje para nosotros - dijo Colosso - lo que pase con ustedes lo sabrán solo ustedes... - se detuvo en la jaula de Unan. - por cierto, buen trabajo manteniendo a los cachorros con vida hasta aquí... - se fue sonriendo.
Luego de un rato, varios humanos se acercaron y levantaron la jaula de Unan.
- ¡Unan! - él comenzó a gruñir.
E

ntre la distracción, uno de los humanos abrió la jaula por detrás de mi, y me puso algo en la boca que no me dejaba hacer nada más de hablar.
- ¡¿Qué es esto?! ¡No me lo puedo quitar! ¡No me lo puedo quitar!
- ¡Shaya! - los humanos me pusieron otra cosa en el cuello, y me sacaron de la jaula. Unan se limitó a gruñir en posición amenazante, ya que si hacía algo más, podía poner en riesgo a los cachorros.
- ¡Suéltenme! ¡Suéltenme!
- Shaya - uno de los humanos apuntó con una vara a Unan, y le clavó una espina - maldición...
- Unan...
- Estoy bien... Solo... Voy a... A... Recostarme un momento... Vigila a los cachorros...
No comprendí lo que había pasado. Unan se durmió luego de que el humano le clavara esa espina. Entonces más humanos abrieron la jaula y se llevaron a los cachorros a una guarida enorme. Y a Unan le pusieron las mismas cosas que a mí, y nos pusieron juntos atados en un árbol sin ramas ni hojas.

Entre lobos... (2)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum