Capítulo 6 (mini)

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He decidido que cada domingo habrá un capítulo, salvo que venga la inspiración antes 🙏🙏🙏🙏 Os dejo con él!

Sasha no tuvo tranquilidad ni siquiera dentro de su alcoba. Aún lo notaba. Aún podía sentir la dureza del cuerpo de su marido contra ella. Caliente y húmedo.

Enfadada consigo misma, soltó un grito de frustración. Porque él seguramente se iría después a ver a la cantante y se desfogaría. Claro que lo haría sin remordimiento alguno.El grito dio lugar a un llanto silencioso. ¿Por qué tenía que ser injusto? Él podía hacer lo que le quisiera en gana, humillándola de paso, y ella tragándose esa humillación y con el cuerpo enardecido por él. Porque, oh, a pesar de que lo odiaba, estaba enfadada y ofendida, quería que la hubiera besado, haber revivido momentos del pasado que parece ser nunca volverían a repetirse.

Se tumbó en la cama, desdichada.La tela de la almohada fue mojada por sus lágrimas. ¿Cuánto tiempo tendría que sorpotarlo? ¿Cuánto tiempo podría soportar verlo y siendo engañada por él?

No iba a dejarse pisotear. Se enderezó y se limpió las lágrimas. No iba a derramar ni una lágrima más.

Iba a demostrarle a Vicent que con ella no se jugaba, ni la humillaba. Cogió la campanilla y una sirvienta vino a su llamada.

- ¿Qué desea señora?

- He cambiado de opinión. Prepárame un baño y sácame el vestido que tenga más escote.

- ¿Más escote?

- Sí, se acabó el estar como una alma en pena, encerrada en mi casa. Voy a asistir a la fiesta de los Giles.

La criada no sé escandilizó por sus palabras ya que todos sabían de la mala relación que había entre los esposos.

- Así haré, señora.

- Gracias.

La joven salió de la habitación, sintiendo un poco de pena. Porque no era mala señora. Era rara, estrambótica, impulsiva... pero eso no le hacía que la viera con malos ojos. La situación en la casa estaba siendo tensa porque nadie les eran ajenos los rumores. Como tampoco, desconocían el estado de su señora, cosa que lord Wade no estaba al tanto de ello.

***

Aunque, lord Wade no se fue en ese momento, lo hizo después cuando pudo adecentarse como Dios mandaba, y no medio a lavar, tal como había ocurrido unas dos horas antes. Apretó y extendió las manos en un gesto nervioso. Aún podía sentir ese cosquilleo que le había dado con solamente sentir las curvas de su mujer.

¡Basta!

No bastaba, porque permanecía en sus pensamientos. Se toqueteó los cabellos y se arregló los puños.

- Watson, no me espere despierto.

No hacía falta que le respondiera porque sabía a lo que se refería.
- A mí tampoco.
La voz de su mujer le hizo detenerse y girar sobre sus pies. No lo hubiera hecho porque alguien le dio una patada en el estómago y se quedó sin respiración.

En el rellano, estaba ella, con el porte de una reina, vestida con un vestido azul oscuro de terciopelo que dejaba entrever gran porción de su piel desnuda. Sus ojos siguieron ese camino. Al darse cuenta de que estaba siendo un voyeur de su mujer, apartó la mirada cuando se acordó de sus palabras.

- Querida, ¿vas a alguna parte?

Ella esbozó una sonrisa sibilina y fue bajando los escalones. Los ojos masculinos siguieron cada arruga o pliege que hacía el vestido. ¡Querría arracárselo de su piel, ser él que estuviera tocándola y acariciándola!

- A lo mismo que tú, voy - se rio de una forma cantarina-. Tranquilo, no te voy a engañar con otro. Voy a disfrutar de una velada en la casa de los Giles, que amablemente me han invitado.


- No juegues conmigo, Sasha.


- No seas soso, Vicent. Jugar es muy divertido - abrió su abanico y lo movió, provocándole.


Watson carraspeó y los dos lo ignoraron.


- Sin embargo, no puedes venir conmigo.


- ¿Por qué no? - inquirió picado. 


- No quiero que pierdas tu cita con tu amiga. Es de mala educación, hacerla esperar. No quiero que se me culpe de otra cosa. Adiós, Vicent.

Apretó la mandíbula. Le dio la sensación de que su esposa le había ganado y no sabía a qué.

Tuvo que hacer un gran esfuerzo para no ir tras ella y convencerla de que podía jugar con él. Los dos.

Se llevó una mano a la cabeza y la movió, quitándose ese alocado pensamiento, que no se fue tan rápidamente como le había gustado.

Me casaré con usted © #1 Saga MatrimoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora