La amante ||C.V|| Sin Editar

Capítulo 11

//Christopher Vélez//

— Linda ropa interior —mi cuerpo se sentía como una bomba a punto de explotar, estaba caliente, demasiado a decir verdad.

— La compre para ti —me prendía que jugará con el tirante.

Me acerqué aun más a ella besándola lo más salvaje que podía mientras la apretaba con mi erección. Le terminé por quitar su ropa interior y ahora si nos encontrábamos completamente desnudos, me posicioné en su entrada, me encontraba realmente excitado.
Pero antes de que pudiera entrar en ella o de hacer algo más, escuché sollozos, obligándome a detenerme.

— ¿Qué pasa? —dije realmente preocupado.

— Na... Nada, tu sigue — sus sollozos me lastimaban el corazón.

Me separé de ella y me acosté a su lado, maldije en silencio, puesto que mi erección no ayudaba en nada.

— Entonces Sun... ¿Qué pasa?

— Es... Es que, no me siento segura de hacerlo —se tapó con las sábanas.

— ¿Porqué?

— Hace mucho que no tengo sexo, y no me siento cómoda, siento como si fuera mi primera vez, como si fuera virgen aún. — se ríe nostálgica — lo siento, soy una pésima esposa.

— No, no eres una pésima esposa, si tu no te sientes a gusto no te preocupes, yo te esperaré.

— Gracias amor —el que se lanzara a abrazarme terminó de romperme el corazón.

Nos vestimos y nos acostamos, Sunshine se quedó dormida al instante, y yo... Yo no se como pude quedarme dormido con la enorme erección que tenía...

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Me desperté temprano. No quise despertar a Sunshine, menos con lo que pasó anoche.
Llegué a la oficina antes de las ocho. Cuando entre, estaban todos trabajando. Camine pasando a un lado del escritorio de Alessia...

— Buenos días —pasé hasta mi oficina sin esperar respuesta.

Entré a mi oficina y me senté en mi silla, en frente de la computadora, traté de escribir, pero no pude, mi mente estaba en otro lado.
Lo de ayer me desconcertó, pensé que había confianza entre Sunshine y yo, pero al parecer no la hay, llevamos años de casados y no quiere tener sexo conmigo ¡¿Porque no esta lista!? ¡JA!, mi mente se iluminó, tomé mi teléfono y marque su numero.

— ¿Que hay? —saludé soltando un suspiro.

— ¿Que hay contigo? —preguntó burlón.

— Solo... Quería hablar contigo.

— ¿Sobre...?

— Algo que quiero.

— ¿Y que quieres?

— Sexo —solté sin más.

— ¿Y yo que tengo que ver? ¡Ay no! Si piensas que yo lo haré con Sunshine o contigo ni lo pienses. Me veré con una linda rubia en dos horas.

— ¡Nada de eso idiota!

— ¿Entonces?

— ¡No pasó nada! Ayer estábamos a punto de haberlo, pero se arrepintió diciendo que no estaba lista.

— Eso es raro.

— Lo mismo pienso, pero no lo sé, se veían tan sincera.

— ¿Y si te esta engañando?

Mi corazón se detuvo, ¡Imposible! Ella es tan inocente, incapaz de eso.

— No es posible, ella nunca haría eso.

— Si no es eso, ¿Que otra cosa puede ser?

— No lo sé Joel. Quizá lo que ella dijo.

— Si tu quieres pensar así, está bien, pero recuerda, no todo es como crees.

— ¿Qué? ¿A qué te refieres? ¡Joel!

Muy tarde. El ya había colgado.

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