Christopher Vélez, cree que lo tiene todo, es rico, guapo, y está felizmente casado.
Pero alguien llegará... Alguien que cambiará el orden de su vida, que lo hará darse cuenta de que es lo que realmente desea...
⚠️Historia adaptada, aunque a partir...
Caminé hasta Alessia, acaricié su espalda y luego subí mi mano hasta el top del traje de baño.
—¡Hey! —se quejó.
—Quedarás marcada.
—¿Más de lo que tu me dejaste anoche?
Sin duda ya no quedaba nada de la Alessia tímida que había llegado a la oficina.
A lo lejos se escucharon las risas de los chicos.
—Muy graciosa —le saqué la lengua.
Se levantó y camino lejos, yo solo reí.
—¿Te marcaron ayer? —Joel preguntó pervertido.
Alessia se sonrojo.
—Si —contesté por ella tomándola de la cintura.
—Pará qué vean que es mía —recalqué la última palabra.
Los demás sólo rieron.
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//Alessia Cruz//
Estábamos comiendo. Estábamos porque de un momento a otro Richard y Erick cargaron a Christopher y lo llevaron hasta la piscina.
—¡No! ¡No!
Se quejó forcejeando, pero fue imposible porque lo tiraron al agua.
Me reí fuertemente. El salió, y se comenzó a sacudir la cabeza, me reí aún más, porque parecía un perro después de ser bañado.
—¡Ups! —gritaron.
Sin duda eran bastante divertidos.
—¡Idiotas!
Se acercó hacia Richard y lo abrazo.
—¡Mierda! —se quejó Richard al ver su ropa mojada.
Y así sucesivamente, entre ellos se tiraban al agua. El único que no se había metido era Joel, por lo que era el único seco.
—¿No piensas meterte?
- No, no pienso deshacer mi peinado —hizo una pose de diva.
Reí.
—Que vanidoso me saliste.
El río. Tenía que admitir que reía hermoso.
—No, la verdad es que esta muy fría y acabo de recuperarme de un resfriado y no quiero enfermarme de nuevo —confesó.
—Vaya.
- Si...
Por un momento nos quedamos en silencio. Luego nuestras miradas chocaron, sus ojos eran hermosos, cafés y con aire asiático. Sonrió, le correspondí el gesto. Admito que Joel era guapo.
«¡Dios! ¡¿Qué estoy pensando!?»
—Esa mirada —susurraron en mi oído.
Brinqué espantada.
—¡¿Qué!?
—Los vi.
—¿Celoso?
—¿Celoso yo? Para nada —bufó.
«¿Así que no estás celoso?»
—Que bien, porque te confieso que Joel esta como quiere —empecé— esta como para echarle dos polvos seguidos.
En cuestión de segundos, ya me tenía acorralada en sus brazos mojándome.
—¿Cómo quiere? —preguntó enojado.
—Si.
—Alessia...
—¿Si?
—¿Estas segura de lo que estas diciendo?
Gemí, su erección había hecho presencia en mi vientre.
—Yo... Amm... Yo... —no terminé porque me cargo para luego aventarme al agua.
Grité. Joel tenía razón, el agua estaba fría.
—A lo mejor así se te quitan las ganas de decir que Joel esta guapo. Y si no, tengo otra manera de quitarte la idea.
Señaló su short, en el cual se erección se había marcado.
Tragué saliva.
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