La amante ||C.V|| Sin Editar

Capítulo 82

//Alessia Cruz//

Sonreí tierna. Terminé de despertarme y le devolví la llamada que se había cortado.

—¿Diga? —su voz ronca contestó.

—Buenos días guapo, obviamente ya estoy despierta y claro que soñé contigo.

Su risa me hizo sonreír.

—Me alegra que sueñes conmigo.

Pasamos casi 15 minutos hablando, colgamos cuando nos dimos cuenta que se nos había hecho tarde.

Me vestí casualmente, una blusa de mangas, unos jeans y unos zapatos cómodos, me maquille ligeramente, tomé mi bolso y salí del departamento.

Dejé salir una enorme sonrisa al ver mi auto en el garage.

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Estacioné mi auto y bajé. Entré al edificio y luego al elevador.
Cuando salí de este, Fátima se lanzó a mis brazos.

—¡Te extrañé tanto!

—Yo también.

Pusimos fin al abrazo y comenzamos a caminar.

—Me olvidas —reclamó.

—Lo siento, pero ya volví.

—Me alegra verte de nuevo —llegamos hasta mi escritorio— dejame contarte, que comenzaron a correr rumores de que Christopher se separará de su esposa.

—No es un rumor —mordí mi labio.

—¡¿Qué!? —gritó bajito.

—Sunshine lo engañaba, y bueno... Luego te cuento —dije al ver como Chris entraba al piso.

Fátima me miró pícaramente.

—¡Uy! —sonrió jugosamente, y se fue hasta su escritorio.

—Hola —me besó los labios.

Correspondí su beso, mientras mis manos rodeaban su cuello, ambos ignorando completamente las miradas sobre nosotros.

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—Regreso en un rato —Christopher se paró en frente de mi escritorio.

—¿Ok? —respondí dudosa— ¿A dónde irás? ¿Quieres que te acompañe?

—Hmmm... A algún lugar y no es necesario que me acompañes.

Se fue, dejándome confundida.

A los pocos segundos mi teléfono sonó, se me hizo raro, pues era un numero que no conocía.

—¿Hola?

—¿Alessia?

—¿Quién habla?

—¿No me reconoces?

—Amm... No.

—Soy Joel, Joel Pimentel, el amigo de Christopher.

—Oh, ¡Joel! ¡Hola! ¿A qué debo el honor de tu llamada? Y ¿Cómo tienes mi número por cierto?

—Contactos —ambos reímos— Oh bueno, de hecho te llamaba, para ver si estabas libre mañana.

—Si, creo que si, ¿Por qué?

—Te quería invitar a tomar una café, ¿Aceptas?

Dudé un poco, ¿Cómo se lo tomaría Christopher?

Aún dudosa, respondí.

—Supongo —acepté.

—¡Genial! ¿A las dos esta bien?

—Perfecto.

—Bien, ¡Nos vemos!

— ¡Adiós!

Colgué, no tenía nada de malo aceptar, o ¿Si? Supongo que Christopher no se lo tomará tan mal.

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Suspiré. Al fin había terminado de trabajar.
Me levanté de la silla y me estiré un poco.

Christopher aún no había regresado ¿Qué estará haciendo?
Y

cómo si lo hubiera invocado, el entró al piso sonriendo de manera extraña.

—Hola —me besó rápidamente.

—Hola —lo abracé— ¿Cómo te fue?

—Bien.

—Okay, ¿Qué se supone que hiciste?

—Na...nada... Mejor... Mejor ve a descansar —dijo nervioso.

—¿Okay? ¿Nos vamos juntos?

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