Christopher Vélez, cree que lo tiene todo, es rico, guapo, y está felizmente casado.
Pero alguien llegará... Alguien que cambiará el orden de su vida, que lo hará darse cuenta de que es lo que realmente desea...
⚠️Historia adaptada, aunque a partir...
Camino decidida hacia la oficina de Christopher, entró sin tocar, se me ha hecho una muy mala costumbre hacer eso.
—¿Es tan difícil tocar la maldita puerta?
Suspiro, está de muy mal humor hoy.
—Lo siento, una muy mala costumbre.
—Me he dado cuenta, ¿Qué necesita?
—Hablar contigo.
—¿Enserio? ¿No se molestara tu nuevo novio? Eso de hablar con los ex no creo que suene bien —contesta sonando irónico.
&Chris... No es mi novio, dejame explicarte.
—¿Explicarme qué? ¡¿Qué te fuiste a revolcar con Joel!? ¡Que mientras yo sufría por ti, tu estabas más que feliz encima de el gimiendo!
—Christopher eso no pasó así, dejame explicarte porfavor.
—No lo sé Alessia, ¿Quién me asegura que lo que me vas a decir es verdad?
—¡Si me dejaras explicarte me creerías!
—¡No necesito saber los detalles de cómo lo hicieron!
—¡Pero es que no lo...
—Señor Vélez —uno de los gerentes entra— lamento interrumpir, lo buscan en la sala de juntas.
—Voy para allá.
—Dejame terminar al menos —suplico.
—No Alessia, en este momento no.
—Pero Chris...
—¡Pero Chris nada! Y te recuerdo que tu y yo no somos nada, así que cuida tu lenguaje conmigo que está es la última vez que te dejo pasar que me hables así.
Se va dejándome con la palabra en la boca. No me apetece ser la comidilla de los demás hoy, así que cruzo el pasillo que aún está abierto y llego a mi oficina, me dejo caer en el sillón y tapo mi cara con mis manos, estoy desesperada, necesito hablar con el, cometí un grave error al no dejarlo explicarse y encima la terminé de cagar al decirle que Joel y yo habíamos tenido sexo, Dios soy tan estúpida. Al menos agradezco a mi conciencia el haberme detenido ayer, si no, de verdad no sé que hubiera pasado.
Trato de dejar de lado mis problemas y me pongo a trabajar.
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Me estiro apenas me levanto de la silla, me duele la espalda de tantas horas de estar sentada, salgo después de revisar que no olvido nada. Para mi suerte Christopher también va saliendo de su oficina. El ambiente se siente incómodo cuando entramos al elevador.
—Chris... ¿Me dejas explicarte? —rompo el silencio.
Lo oigo suspirar.
—¿Qué me quieres explicar?
—Cómo pasaron las cosas.
—¿Tengo otra opción?
—Nop — logro sonreír.
Una leve sonrisa se le escapa.
—Bien, mira todo comenzó cuando...
«¡Mierda»! Mi suerte se ve reflejada en que apenas empiezo a explicar, se abren las puertas, ¿Puede empeorar?
—¡Amor! ¿Nos vamos?
Ok, si puede empeorar...
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