La amante ||C.V|| Sin Editar

Capítulo 17

//Alessia Cruz//

Leí los documentos, los arregle, y se los entregue a Zabdiel... El día se pasó más rápido de lo que pensé, hoy era día de pago, así que cuando termine de trabajar, fui a la oficina de Zabdiel para recibir mi dinero, pero no contaba con que habría una enorme fila para ello.
Cuando llegó mi turno, ya eran pasadas las 10 de las noche. Entré a la oficina.

— Hola Zab, ¿Me podrías dar mi cheque? — pedí amablemente.

— Ah, si sobre eso, el señor Vélez me dijo que el te pagará a ti personalmente.
—asentí no muy convencida.

Suspiré. Había hecho fila para nada... Me despedí de Zabdiel, y fui hacia la oficina de Christopher. Antes de ir, pasé a mi escritorio para llevarle los documentos que había hecho en la mañana.

Suspiré de nuevo, cuando estuve frente a su oficina, desde lo que había pasado me daba pensá y vergüenza estar cerca de el.
Me arme de valor y toqué, un «Pase» se escuchó desde el otro lado.

— Eh... Traigo los documentos que me mando con Zabdiel en la mañana.

— Oh, si, gracias —dijo sin despegar su vista de la computadora.

— Amm... Están ordenados como dijo Zab... Zabdiel — me corregí.

— Esta bien, dejamelos aquí —señaló su escritorio.

—Ok, una cosa más —no respondió, así que seguí hablando— Zabdiel me dijo que usted me pagaría.

— Oh sí

Apartó su vista de la computadora, ¡Al fin! Revisó su agenda y volvió su vista al monitor ¡Rayos!

— ¿Y? — me desesperé, tenía mucho sueño y necesitaba irme a descansar.

—Toma asiento —señaló el sillón —en un momento te lo doy.

— Ok —suspiré.

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¡Media hora! ¡Había pasado media hora! El muy idiota había estado escribiendo como si no hubiera un mañana. Por la ventana que había vi como las luces del pasillo ya estaban apagadas, de seguro ya se habían ido todos, revisé mi teléfono, eran las 11:27pm.
Levante mi vista, el ya había dejado de escribir, había tomado un sobre amarillo, se levantó y se acercó a mí, por instinto me levanté.

— Aquí esta, tu sueldo

Me entregó el sobre. ¡Por fin!

—Gracias — dije cansada.

—Ya puedes retirarte, descansa —sonrió.

— Gracias, igualmente —devolví la sonrisa.

Caminé hasta la puerta, pero esta no abrió, intente varias veces, pero nunca cedió.

—¿Qué pasa? —su seriedad me da miedo.

—No... No abre — dije nerviosa.

—¡¿Qué!? —dijo exaltado.

Se levantó. Camino hasta quedar a mi lado, forcejeo para tratar de abrirla, pero no lo consiguió. ¡Mierda!

— Bueno... Creo que tendremos que dormir aquí, cerraron la puerta por fuera, al parecer pensaron que no había nadie.

¡Mierda de nuevo! ¡¿Dormir aquí!? ¡¿Con Christopher!?

—Es... Esta bien —dije muy nerviosa.

— Bien, duerme tu en el sillón, seguiré trabajando —volvió a sentarse en la silla.

—¿Y usted? —dije aún más nerviosa.

—Luego veré —fijó su vista en la computadora.

Hice caso, y me senté en el sillón, me quite los tacones, y luego me recosté, traté de dormir, pero simplemente no podía... No con el tan cerca....

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