Christopher Vélez, cree que lo tiene todo, es rico, guapo, y está felizmente casado.
Pero alguien llegará... Alguien que cambiará el orden de su vida, que lo hará darse cuenta de que es lo que realmente desea...
⚠️Historia adaptada, aunque a partir...
—Hmm... Sigo sin creerte. Además por lo que he escuchado la esposa de Christopher no esta, y Zabdiel no para de decir que ustedes dos han estado demasiado juntos.
¡Oh Dios mio!... ¡Pero pensé que no había visto nada!
—Solo trabajamos, nada más —«siguele de pendeja»
—¿Abrazados? —¿Enojo? ¿Por qué habla con ese tono?
—¿Qué? —eso sigue fingiendo que no sabes nada.
—Así lo ha contado Zabdiel —¿Molesta?
—Pues miente... Tengo que trabajar si no te molesta.
—Como digas, pero estoy segura que terminarás contándome —su cuerpo se relajó ante eso, aquí hay gato encerrado.
Negué, ¡Mierda! ¡Zabdiel es un chismoso! Empecé a trabajar, aunque se mi dificultó luego de esa conversación con Fátima. Pronto, algo húmedo tocó mi mejilla, Christopher se sentó a un lado de mi escritorio, lo miré extremadamente sorprendida, y no sólo yo si no también Fátima y varios empleados.
—Christopher... ¿Estas consciente de que todos nos ven? —más problemas ya no.
¡Mierda! ¿Podría estar aún más nerviosa?
—Si, pero son mis empleados... ¡Así que más les vale hacer como si no hubieran visto nada!.
—Pero... —¿Cuál es el afán de interrumpirme cuando hablo?
—Tranquila... Además no es como si te haya besado como lo hice ese rato —maldito jefe que está como quiere y maldito sonrojo que me exhibe.
—Y bueno... ¿Qué haces aquí ¿Ya me extrañas? —«¿Te gusta cagarla verdad?» mi espalda se tornó pesada, sentía las miradas sobre nosotros.
—Si... Pero no vine por eso
—¿Entonces?
—Se llama sadomasoquismo —explicó—
—¿Sado... Qué? —arrugué mi nariz—
—Sadomasoquismo, ya sabes sentir excitación con el dolor en el...
—Suena raro —¿Excitación con dolor?— ¡Explicame más!
—Ahora no... Tienes que trabajar —sonrió para luego levantarse y dejarme con la duda.
Sentí como alguien golpeó mi escritorio... Nada más y nada menos que Fátima, que miraba muy mal.
—¡Mentirosa! —susurró, si las miradas mataran estaría más allá de tres metros bajo tierra— tu y el sin duda tienen algo.
—No —dije rápido.
—¿Cómo explicas ese beso?
—Es solo un simple beso —traté de sonar normal.
—A ninguna de sus secretarías les ha dado un "simple beso" —dijo en tono de sarcasmo.
—Talvez porque yo me llevé mejor con el que las demás —alcé mis hombros.
«Y que bien te llevaste con el»
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Editado ✔️
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