La amante ||C.V|| Sin Editar

Capítulo 59

//Alessia Cruz//

—¿Debo creerte?

—Ale, se que la manera en la que terminó no fue la buena, pero de verdad, lo que siento por ti es sincero.

—Simple y sencillamente no te creo, te alejas dos días de tu esposa y ya vienes a decirme que te gusto y que quieres volver a intentarlo.

—Dejame demostrarte que todo es sincero, por favor.

—No lo sé.

«¿Y si está vez me lástima más?»

—Por favor, dame una oportunidad.

—No se.

—Por favor, si quieres me pongo de rodillas para pedirtelo. ¿Qué necesitas para que volvamos a intentarlo?

—No necesito nada Christopher.

—¿Entonces?

—¡Tengo miedo de que mandes todo por la borda y no me pueda levantar esta vez! —admití.

—No será así.

—¿Cómo estás tan seguro?

—Te lo prometo, todo será diferente.

—No puedo tomarlo en serio sabiendo que estás casado.

—Alessia...

—Alessia ni que nada, no te puedo tomar en serio sabiendo que estás casado.

—Lo voy a solucionar.

—¿Ah si? ¿Cómo?

—Ya verás. Pero dame una oportunidad más, por favor.

—Solo una.

—No te defraudaré —me besó cortamente— te lo prometo.

«¡¿Qué rayos acabo de hacer!?»

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Bajamos, todos estaba en la mesa y al vernos sonrieron.

—Los vi —susurro Leslie cuando me senté a su lado.

Me pusé nerviosa.

—¿Qué viste? —pregunté al borde de los nervios.

—Bueno, de hecho todas los vimos, menos mis tíos.

—¿E...El beso? —pregunté y ella asintió.

—Las escuché —interrumpió Chris— y más les vale no decir nada.

—Lo prometemos.

Nos quedamos en silencio, Yenni entró con un plato lleno de comida, lo puso en medio y todos procedieron a servirse.

—Ana —Yenni llamó a una de las empleadas quien llegó rápido— ¿Podrías traer el jugo? —ella asintió— gracias.

—¿Y mi papá? —preguntó Chris.

—Salio hace un rato, no me dijo a donde.

—¿Podemos salir hoy? —preguntó Camila— con Chris y Ale ¿Si tía?

—Pregúntales a ellos cielo —sonrió.

Todas nos voltearon a ver.

—Hoy no podemos. —respondió Christopher— tenemos que hacer algunas cosas pero mañana iremos a donde ustedes quieran.

—¡Si! —gritaron felices.

Terminamos de desayunar, así que nos levantamos.

—Gracias Yenni —agradecí— estuvo delicioso.

—Me alegra de que te haya gustado.

—Compermiso, iremos a arreglarnos.

Me jaló prácticamente hasta su habitación.

—¿Te vas a bañar? —preguntó sonriendo.

«¿Para que quiere saber?»

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