La amante ||C.V|| Sin Editar

Capítulo 54

//Alessia Cruz//

—Me caes mejor tu.

—Hijas ¿Qué es ese ruido? —una señora entró a la habitación— Camila, Susana, ¿Quién es ella? —me señaló.

—¡La novia de Christopher! —gritó Leslie entrando.

«Ya quisiera» Me sonroje.

—¡¿Enserio!?

—No tía, es Alessia la secretaria de Christopher —respondió Camila.

—Mucho gusto, soy Yenni, esperen, si ella está aquí, ¿Significa que Christopher está aquí? —la emoción podía sentirse en cada palabra dicha.

—Si tía, Christopher está aquí —respondió sin importancia Susana.

—¡Oh por dios! —gritó.

Y en un abrir y cerrar de ojos, se fue.

//Christopher Vélez//

—¡¿Cuándo vas a ver que ella solo quiere tu dinero!?

—¡Nunca te diste la oportunidad de conocerla! ¡Ella no es así!

—¡Por supuesto que es así! ¡Es una descerebrada interesada! ¡Y nunca, pero nunca me daré la oportunidad de conocerla!

—¡Hubiera agradecido que al por lo menos asistieras a mi boda! ¡Era el día más importante para mi!

—Bien por ti, ¡Eres un idiota! Dime una cosa ¿Quién eligió todo? Ella verdad, eran las cosas más caras y ¿Quién lo pagó? ¡Tu maldito iluso!

—Es amor, si tu nunca lo sentiste por mamá no es mi problema —mis ojos amenazaron con lágrimas, pero no le iba a dar el gusto de verme llorar.

—Yo lo siento aún más por ti, amo a tu mamá, la amo tanto que nunca le faltaría el respeto como tu a tu esposa.

Palidecí. «Mierda»

—No se de qué hablas —traté de sonar nervioso.

—No porque te hayas alejado de nosotros quiere decir no este al pendiente de ti, se que tienes algo con esa chica —respondió más calmado.

Tragué saliva.

—¿Alessia?

—Si.

—Fue un error —Tragué aún más saliva, y me puse más nervioso— ya todo volvió a la normalidad.

«¡Mentiroso!»

—Si a eso te refieres que ya no te acuestas con ella, que bien, pero ambos sabemos que te está abriendo los ojos.

—¡¿De qué demonios estas hablando?! ¡Eres un metido!

—¡Y tú eres un idiota! ¡Te estás dando cuenta a quien amas en realidad!

—¡Basta! ¡Yo amo a Sunshine y daría todo por ella!

—Ella nunca me agradó, te lo digo porque eres mi hijo, no es para ti, ¡Entiéndelo!

—Solo dices eso, porque no viene de una familia como la nuestra —dije resentido.

—¡Sabes que nunca me fijo en eso!

—¡¿Entonces que te preocupa!? ¡Dime Leonardo! ¡¿Qué te preocupa!?

—¡Te utiliza como su maldito banco! Y no bastandole ¡Te engaña!

Se dejó caer en el sillón.

«Imposible»

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