Christopher Vélez, cree que lo tiene todo, es rico, guapo, y está felizmente casado.
Pero alguien llegará... Alguien que cambiará el orden de su vida, que lo hará darse cuenta de que es lo que realmente desea...
⚠️Historia adaptada, aunque a partir...
—Pueden retirarse —Johann (uno de los socios) habló, despertándome de mi ensoñación.
Todos salieron sin objeción alguna, Alessia por su parte aumentó sus movimientos. Con mi mano apreté el pañuelo que anteriormente había sacado, intentaba no gemir o de hacer algo que nos delatará. Nos quedamos solos por poco tiempo ya que en menos de tres minutos Johann entró de nuevo a la sala, se sentó en una de las sillas, mientras me veía preocupado.
—Si te pasa algo, puedes decírmelo.
—No, no pasa nada —las palabras salieron entrecortadas.
Traté de sonar tranquilo, pero era casi imposible, por el hecho de que comencé a sentir que iba a correrme.
—Bueno, si pasa algo —tenia que hacer algo para sacar a Alessia de ahí— , me duele la cabeza, ¿Podrías buscar a Alessia y decirle que me traiga una pastilla?
—Bien, haría lo que fuera por volver a ver a tu hermosa secretaria, así que voy sin problema —se levantó, y se fue casi corriendo.
En cuanto salió, Alessia asomó su cabeza, sin dejar de lamer mi miembro, y con una sonrisa coqueta. De un momento a otro, ella simplemente paró negándome el orgasmo.
—Venganza.
Mordió sus labios y la miré deseoso. Tenía unas ganas de tremendas de hacerla mía en este instante.
—Si... Me vas... —«¡Dios mio!» su boca hace maravillas.
—¿Y si nos descubren? —soltó inocente.
«¿Y hasta ahora lo dice?»
—Hubieras pensado en eso, antes de hacerlo, y no lo se... Eso lo hace más excitante ¿O me equivoco?
Ella sonrió, y volvió a lamer.
—Me... Vas a volver loco —la poca cordura que tenía se había ido— ¡Ale me vengo!
Sentí el punto máximo, y así sin más me vine.
—Ups.
La erección en lugar de bajarse se había puesto más dura, ver a Alessia tragarse mi derrame me estaba volviendo loco, quiero follarla aquí y ahora.
Alessia salió de abajo de la mesa, y me sonrió. Me acomodé la ropa, y la jalé, posando mis manos en sus caderas, la deje sentada encima mio.
—Si las venganzas serán así, quiero que te vengues cuántas veces quieras.
La besé con todas mis fuerzas, me tomó del cuello profundizando más el beso.
—No encontré a tu hermosa secretaria —Johann entró.
Nos separamos rápido, suspiramos aliviados, cuando vimos que estaba concentrado en su teléfono, y no notó como estábamos posicionados.
—Oh... Aquí esta —volvió a decir mientras desprendía su vista del teléfono.
—Si, ya me trajo las pastillas —la miré, ella solo se lamió los labios.
—Si... Amm... Los dejo, seguiré trabajando —me guiño disimuladamente.
Alessia comenzó a caminar hacia la salida, en una fracción de segundos ella pasó a lado de Johann, quien le metió una nalgada, Alessia pegó un grito, y yo me puse rojo.
—¡¿Qué te pasa!? —expresó alterada.
Me acerqué furioso.
«De está no sales»
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Editado ✔️
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