VI

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[V]

Volkov había sido arrastrado hasta el mundo de la clase media, donde una mezcla de olor a queso y alcohol estaba impregnado en el extraño ambiente, además de una sensación áspera en su cuerpo. Se le ponía la piel de gallina cuando la fuerte música retumbaba en sus oídos.

¿En qué momento había aceptado acompañar a ese inadaptado hombre de traje y cabellera negra?

Había sido obligado y ahora ya no se podía hacer nada por él. Se encontraba en esa barra húmeda y sin un aspecto demasiado pulcro, mirando a Conway beber copa tras copa mientras bromeaba con el mesero.

—Dame otra —Le dijo el mayor al chico detrás de la barra, quien de inmediato comenzó a servir otro trago —, joder, ¡Hoy va a haber mambo!

Volkov desvió la mirada totalmente avergonzado. Cerró sus ojos con fuerza e ignoró su alrededor pretendiendo que aquella situación no exist6ia, y por supuesto, pretendiendo que Jack tampoco lo hacía...

Pasaron segundos y pareció funcionar, sin embargo, una extraña sensación lo tomó de los pies y lo arrastró de nuevo hasta la tierra. La pequeña risa del coctelero le llamo atención, pero continuó con la mirada apartada.

Una risa carismática. Una juguetona, inocente y descuidada.

El ruso dio un vistazo tan solo para encontrarse con el rostro del barman tras de la barra. Él pareció mirarlo también, pero en vez de desviar la mirada Volkov buscó intimidarlo; el chico no pareció notarlo y en lugar de eso le sonrió.

—Ostia, ostia —Habló Jack de nuevo, llamando la atención de ambos—, ¡esta me gusta!—Exclamó emocionado refiriéndose a la canción que estaba reproduciéndose ahora —, ¡venga vamos..!

Conway tiró de su brazo incitando a Volkov para que lo acompañase, el contrario lo miró de manera extraña y fue obligado a levantarse cuando el mayor le tiró del brazo ya un poco ebrio. Jack estaba comenzando a bailar.

Que... vergonzoso.

Tan vergonzoso.

Conway estaba totalmente inconsciente por la borrachera, con algo alcohol chorreando sobre su camisa, el cabello despeinado y con los pies descalzos (¿en qué maldito momento se había quitado los zapatos?). Ni siquiera estaba bailando al ritmo de la música y los movimientos que hacía eran ridículos; se tambaleaba de un lado a otro y tropesaba torpemente en pequeños momentos.

Todas las palabras existentes para ese sentimiento: pena ajena, cringe, verguenza... todo eso lo estaba sintiendo el pobre ruso.

El bartender río ante la extraña "danza" que el compañero de Volkov estaba haciendo, de nuevo esa pequeña risa había hecho que los vellos de Volkov se pusieran de punta y que dirigiera su mirada hasta él. Conway estaba caminando hacia el chico mientras seguía bailando, Volkov frunció el ceño confundido cuando vio a Jack extender su mano hacia él y en menos de lo que se esperó aquel chico comenzó a bailar simpáticamente junto al mayor.

Estaba sonriendo y prontamente se volvieron un pequeño espectáculo para quienes estaban en las mesas cercanas, quienes también se les unieron después de un rato.

Volkov ahora se encontraba allí, de pie mirándolos a ambos.

Conway dio un pequeño grito cuando escuchó el ritmo de la Salsa, una música encendida y que le encantaba a aquel sujeto, tomó la cintura del mesero y el contrario le correspondió los pasos, bailando junto a él de manera hiperactiva y radiante.

Que sencillez...

... para hacer a alguien...

...sonreír de esa manera.

Café Mentolado || VOLKACIOWhere stories live. Discover now