Quien busca la felicidad, la encuentra. Pero en este caso yo no la encontré. Nunca podré palpar el sentimiento, pero si puedo comentar cómo se siente la oscuridad a la que me encuentro sometido a servir y alabar. Aquella oscuridad que quema los adentros del alma, pero se camufla en el exterior mostrando una falsa felicidad. Y el único escape es bascular sobre el péndulo del mundo real y el ficticio. La fantasía de un soñador. Mi Fantasía.