Capítulo 14

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No se supo de Fillo durante semanas. Solo se conocía que seguía vivo, Pollithios percibía esa información. 

Pollithios estaba solo. La desgracia que nunca había deseado y se habái cumplido y todo por su culpa. 

Se culpabilizaba día y noche. Se azotaba con un cinturón de cuero áspero, fuerte, duro y doloroso. Marcando su cuerpo todas las noches lloraba sin parar. Litros y litros de lágrimas. El Olimpo estaba apagado, la luz del primer día no asomaba por ningún lado. 

En la tierra Fillo notaba la tristeza del cielo. El sol no había salido desde el día que se fue y la noche gobernaba los cielos. La única brisa de luz la propiciaba la luna, Una luna que pasó por todas sus fases, desde la luna nueva, pasando por luna llena y terminando en luna menguante. 

El tiempo en la tierra era de días, pero en el Olimpo el tiempo pasaba en segundos. Los días eran minutos y las semanas eran horas. La eternidad sentida en la tierra erra un viaje rápido en manos del Olimpo. 

La sensación de rapide hico que Pollithios no buscara a Fillo. Hizo que Fillo se tumbara durante días y semanas en sollozos debajo de aquel pequeño árbol.  Pasó frío por las noches y calor por el día, pero las sensaciones térmicas eran indiferente a las sensaciones sentimentales. 

El sentimiento depresivo del mundo hizo alertar a los dos hermanos. Raylack y Hellar sin gana alguna se acercaron al Olimpo donde Pollithios lloraba y se golpeaba culpable por como había acabado con Fillo. 

Los hermanos al ver a su hermano así, no pudieron contener el dolor. Cogieron a Pollithios y lo ayudaron a buscar a Fillo. Sin ninguna gana se lo llevaron y recorrieron la ciénaga. 

Tardaron horas en encontrarle y cuando lo encontraron, Fillo estaba desnutrido bajo el árbol. Se acurrucaba con frío. La falta de nutrientes le había debilitado. 

- Fillo - susurró Hellar.

Fillo se levantó, pero se encontró con el hombre que se había aprovechado de él, el que le había secuestrado y encerrado hasta que su hermano fuera a buscarle. El que le había torturado. 

De un vuelco pudo apartarse del hombre

- Tranquilo. No vengo hacerte daño.

- No te creo ¡Aléjate!

Fillo seguí arrastrando su cuerpo hacia atrás. No quería que se acercara. Por su culpa tenía todos los días pesadillas. 

- O te alejas o te vuelvo a dar en los huevos - amenazó Fillo.

Al escuchar esas palabras, Hellar tuvo un cruce de cables. Se le encendieron los ojos. Unas rojas llamas mostraron su rabia, otro brote de cólera. 

- ¿Piensas que quiero estas aquí? - preguntó y se respondió el solo - ¡Absolutamente no! Estoy aquí por tu estúpida parejita con la que te has enfadado por un necio secreto.

- Estas aquí porque quieres. Yo no he llamado a nadie, no necesito la ayuda de nadie - replicó. 

- Los humanos tan egoístas, que no sabrían salir ilesos del circo. Pavonean de su independencia, pero necesitan lamer el culo a cualquiera. Porque sino, ¿Por qué te fuiste con Pollithios? - inquirió.

Fillo no quiso responder a la pregunta. 

- Los inmortales siempre tan prepotentes. Buscan al humano inofensivo y lo secuestran para su satisfacción sexual, pero lo rechazan y lo torturan - comentó Fillo -. Vuelve por dónde has llegado porque aquí no tienes nada que hacer. 

Cansado de las replicaciones de Fillo, Hellar dio un salto y lo agarró del brazo. Desplego sus enormes alas negras como el petróleo y alzó el vuelo.

Paró donde Pollithios y Raylack se encontraba esperando alguna señal de Fillo. 

Con desprecio, Hellar arrojó a Fillo. Este se dio un golpe fuerte en la cabeza y quedó inconsciente. 

- ¿Qué haces bruto?

- Lo siento hermano, me ha sacado de mis casillas. No quería venir a patita por las buenas, entonces ha tenido que venir a las malas

- Si es verdad que a veces el humanito saca de las casillas a cualquiera - intervino Raylack. 

- Callaos - gruñó Pollithios -. Llevarle a mi Olimpo, antes tengo que hacer algo.

- Si hermano . respondieron a la vez. No podían negar una orden de su hermano mayor. 


Pollithios se acercaba a una edificación enterrada entre árboles del bosque. Columnas de piedra en ruinas rodeaban la vegetación de aquel lugar. 

Pollithios se centró en la plaza del lugar y comenzó a hablar:

- Quiero que me leáis el futuro. 

- ¿Quién osa despertar al Oráculo? - sin dejar hablar a Pollithios, la voz continuó -. Ahhh... es vos, Pollithios.

- Dime si la profecía era verdad.

- ¿Dudas de mi poder?

- No, pero dudo de tu verdad.

- ¿Piensas que mentí?

- Si.

- ¡Osas venir para llamarme mentiroso! - se notó un gruñido en el tono de voz -. Si tanto ansias la verdad, la tendrás, pero atente a las consecuencias.

- No me preocupan - estaba decidido a conocer lo que fuera con tal de arreglar los problemas con Fillo.

- El futruro se presenta más oscuro de lo que esparas. Aquel inmortal que se acercó al joven romperá su corazón en pedazos. El inmortal dará una bendición en forma de persona. Un mestizo, una mezcla entre humano y dios. En concreto una mujer.

- ¿Qué tiene de malo todo eso?

- El inmortal presenciará la muerte del amor de su vida sin poder hacer nada y provocará la partición de la tierra. Esta partición no será notada en ningún lado. Sera como un terremoto de baja escala que ni se siente, pero en el mundo abrirá un enorme cráter que abrirá camino a una isla. Una isla oscura y tenebrosa. La oscuridad se recargará durante siglo y tras la aparición de un mago la recarga explotará. La nieta de la mestiza y la ayuda de un chico, el elegido, serán los únicos que podrán derrotar a la oscuridad. El elegido será brindado con los poderes de los tres hermanos más poderosos en el mundo de los inmortales - lo voz agarró un tono de asco -. Y solo por un amor no concebido que tuvo que formarse por la prepotencia de un adulto inmortal que se aprovechó de la situación de dolor de un pobre joven. 

- Me hechas la culpa de algo que podías haber contado desde un principio - se notó el cabreo en sus ojos -. EL amor que siento por ese chico no es prohibido y el siente lo mismo, pero tiene miedo. 

- Te tiene a miedo a ti - interrumpió el Oráculo -. No al amor. 

Pollithios no había escuchado lo que quería. ¿Tan difícil es que las profecías no se cumplan?, gruñía. Abandonó el templo con los puños encendidos por la rabia y la impotencia. No le importaba la mestiza y aún menos la partición del mundo. En si ya estaba roto si el no estaba con Fillo. Solo quería el amor de Fillo y que entendiera el amor que le tenía, que no había sido nunca mentira. Quería que no le temiera.

Las verdades se demuestran. Y eso sería lo que haría Pollithios con el amor. Lo demostraría  aunque tuviera que perder todo por ello. Más adelante se preocuparía por la profecía y la mestiza, la aclamada salvación del mundo y la destrucción del mismo. La que crearía la isla de oscuridad y pesimismo y que provocará el nacimiento de una mujer que será la única salvadora del mundo, en conjunto con un chico al que llamaban el "elegido", que debería nacer de los poderes de los tres inmortales. Y ya se preocuparía cuando llegase, del peligro del temeroso mago que desataría la oscuridad. 

Ahora mismo se preocupaba por no perder a Fillo. El primer hombre que encendía su llama de amor y esperanza. El hombre que le hacía sobrellevar la carga de sus problemas en conjunto. 

El hombre que amaba. 

Pero aun así tenía preguntas. ¿Tendrán algo que ver mis hermanos? ¿Puede que ellos hayan sido los causantes? O ¿Podrán ser ellos los causantes del futuro oscuro?

Tendrán que pasar dos generaciones para encontrar la verdad.   


La Fantasía de un SoñadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora