Capítulo 25

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Llegar a saber quién eres en realidad es un camino en donde las espinas de los rosales te pinchan, pero su color te atrae. No se puede evitar su belleza y necesitas olerla, necesitas tocar sus colores, sentir sus texturas, pero en medio de todo, está la espina que te pincha y te desangra.

¿Quién llega a saber quién es su verdadero ser? ¿Quién llega a expresar como se quiere expresar? Aquel que se atreve. Aquel que supera la construcción que se ha hecho de la imagen de la rosa y se imagina unos lares de margaritas sin espinas. 

El primer nivel es el de la rosa, pero luego tenemos el de la caja o habitación de cuatro paredes completamente oscura. Tu propia oscuridad, tu maldad, tu parte podrida ¿Y cómo abrimos la caja o la puerta de esta oscuridad? Abrir la puerta no concierne una cerradura y la llave. Aquí no hay ninguna llave que exista. Aquí estas tú sola. La soledad nos la han pintado como lo malo, pero la compañía enajena los deseos y disfrutes de la vida. Nunca te van abrir la puerta a ningún lado, la tienes que abrir sola y lo vas hacer amándote. Amate y disfruta, pero nunca quieras tener el amor de ajenos si no te amas primero. Lo ajeno te destrozará en el futuro y caerás más adentro de la caja. Toda la carrera que has hecho para abrir la puerta, se verá destruida por lo ajeno. Céntrate en ti. Así pude hacer yo y superar el segundo nivel. 

El tercer nivel es el último. El cual si se cumple podremos encontrar nuestro ser. Tras destrozar la construcción de la rosa y abrir la puerta, debemos abrirnos al mundo. Esta es la parte más difícil ¿Quién no tiene miedo de expresarse ante el mundo? ¿Quién no tiene miedo a decir -aquí estoy- y esperar que nadie le diga nada? No hay nadie. Están esas personas que dicen poder hacerlo, pero es solo una coraza para que nadie pueda llegar a tocar sus sentimientos.   

La Fantasía de un SoñadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora