Muérdeme

121 19 0
                                    

POV Alba

- Vamos a hacerte olvidar esa birria de beso.

Madara sujeta mi cintura con firmeza, y se inclina despacio hasta darme un beso suave e hipnotizante.

Sus besos envían una corriente eléctrica a través de todos mis sentidos y siento calor por todo mi cuerpo.

Hasta ahora no me había dado cuenta de la falta que me hacía falta su toque para calmar este torbellino de emociones.

Subo mis brazos, sujetándome a su cuello y me abandono a sus besos y sus caricias. El mundo entero desaparece de mi vista y sólo existe él.

Siento un ligero mareo y aparecemos en nuestra habitación. Sin dejar de besarnos, nos dirigimos hacia la cama.

Nos vamos quitando la ropa, entre besos y caricias, con paciencia, cómo si este momento fuera eterno.

Madara me recuesta en la cama, despacio, y permanecemos unos instantes así, desnudos, él encima de mí, mirándonos a los ojos.

- Madara... Quiero pedirte algo.

- ¿Que deseas princesa?

- Muérdeme, márcame. Quiero dejar claro ante todos, que yo soy tuya, y que nadie más debe tocarme.

- Iba a hacerlo de todos modos pero me complace que me lo pidas. Por cosas cómo esta, eres la mujer perfecta para mí. Te amo, Alba, con todo mi ser.

- Y yo a tí, Madara. Eres mi mundo.

Volvemos a besarnos pero ya hemos perdido la calma que nos precedía, ahora los besos son urgentes y las caricias demandantes.

Enrosco mis piernas en la cadera de Madara y siento su miembro rozar mi entrada. Primero me toca con dos dedos y gruñe al notar mi ya notable humedad.

Dirige la mano con la que me estaba tocando a mi pecho, haciéndome gemir incluso antes de entrar en mí. Ninguno de los dos quiere esperar por más tiempo, así que se introduce despacio pero de una sola vez.

No tarda en acelerar el ritmo, acompasado a nuestras entrecortadas respiraciones.

Su largo pelo azabache que le cae a ambos lados de la cara hacen cosquillas en mi abdomen que son cómo una caricia más. Siento su respiración en mi cuello y hecho la cabeza hacia atrás, dándole un mejor acceso y cerrando los ojos para disfrutar de todas las sensaciones.

Me besa, me muerde y chupa la piel sensible de mi cuello, mis hombros y mi pecho. Su ritmo no se detiene, al contrario, contra más muerde y más gimo, más parece acelerar.

Abandona mi cuerpo sensibles por sus mordiscos y se incorpora, pero sin parar. Está arrodillado en la cama y observa el resultado de su trato en mi piel.

Ambos gemimos, al borde de culminar nuestro placer. Vuelve a dejar caer su peso sobre mi y me muerde en el cuello, poco por debajo de la oreja.

Con ambas manos coje mi trasero y lo lavanta, para así poder acelerar aún más el ritmo y aumentar la profundidad de sus embestidas.

No puedo seguir, mi cuerpo se tensa para después relajarse de golpe, aprerando el miembro de Madara asta que él acompaña mi orgasmo con el suyo.

Siento sus dientes apretarse mientras liberamos nuestro orgasmo y un líquido caliente resbalar por mi cuello y otro por mis muslos.

Madara sale de mi interior y se tumba a mi lado en la cama, exhausto.

Cierro los ojos tratando de acompasar mi respiración y siento el chakra de Madara en la herida de mi cuello.

- Creo que me excedí un poco con ésta última.

Ambos reímos y en cuánto termina de curarla, pero dejando la marca, me doy la vuelta, recostando mi cabeza en su pecho.

Me estaba quedando dormida mientras acariciaba mi pelo. Pero todo lo bueno termina.

- Ve a ducharte, quiero que cenes bien. Ésta noche es importante.

- Es cierto, tengo que estar más alerta que nunca.

Le doy un último beso antes de levantarme.

- ¿Nos duchamos juntos?

Cómo toda respuesta, Madara se levanta, me sonríe y toma mi mano guiándome hacia el cuarto de baño.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Los chicos lo hicieron de fábula disimulando el plan durante la cena, nada parecía ser distinto en esta ocasión.

Ellos esperarían a sentir alejarse mi chakra para salir todos a la vez en dirección a nuestra nueva casa.

Por su parte, Hideki, Senshi y Mei, tampoco se les notó nada extraño. Espero que ésto salga bien.

Después de cenar ayudé a Konan a lavar los platos, hoy le había tocado a ella cocinar. Al terminar la tarea, Konan se aseguró de que nadie nos veía u oía antes de hablar.

- Llévate ésto contigo. - dice enseñándome una pequeña mariposa de papel- Si estas en problemas, lo sentiré a través de ella y vendremos en tu ayuda.

- Gracias Konan.

Nos damos un abrazo ambas deseando que el plan salga a pedir de boca y no nos toque improvisar.

Me despido de ella y me encanino hacia el cuarto de Hideki. Ahí están él y Senshi, algo nerviosos.

- ¿Estás segura de ésto? - me pregunta Senshi-.

- Ya es demasiado tarde para arrepentirse.

Salimos de su habitación y paramos frente a la de Mei.

- Id hasta la cascada, después seguid en dirección noroeste. En cuánto os sienta lo suficientemente lejos romperé el sello de la habitación de Mei y os seguiremos.

Ambos asienten y empiezan a caminar. Espero frente a la habitación de Mei, concentrada en los chakras de Hideki y Senshi.

- Oi, ¿Qué haces ahí parada?

- Oh, hola Hidan. Yo... He tenido una pequeña riña con los de konoha y estaba pensando en si ir a disculparme.

¿Qué coño hace aquí, Hidan? ¿Acaso no recuerda que es hoy?

- De todos modos, te estaba buscando.

- ¿Eh?

Se acerca a mi oído y susurrando para que no nos oyera Mei me da ánimos para esta noche.

- Si tuvieras que enfrentarte a él, o incluso a ellos... Recuerda la noche que me hubieras matado si no fuera inmortal. Lucha cómo lo hiciste entonces, combinando todas las técnicas que has aprendido hasta ahora. Si no puede predecir tus movimientos, la victoria es tuya.

- Gracias, Hidan.

Se va por el pasillo y en cuantot desaparece vuelvo a buscar el chakra de los chicos, pero ya no lo siento.

Rompo el sello de la habitación de Mei y entro rápido poniendo una mano en su hombro.

- ¿Lista?

- Larguémonos de aquí.

Ore wa... Uchiha Madara.Where stories live. Discover now