Sé quién eres

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A la mañana siguiente, me encontraba algo nerviosa tras conocer la identidad de Madara. No había podido confirmar que realmente se tratara de él, pero todo indicaba que si. Sólo me quedaba preguntarle directamente.

Decidí usar una camiseta que cerraba en el cuello, sin mangas y con la espalda al aire, para dejar a la vista una marca que me dejó Tobirama en el hombro, con la intención de provocar al Uchiha y ver su reacción.

Ésta vez llegué tarde a posta, estaba molesta, y tenía toda la intención de molestar al azabache.

Él me secuestró, me separó de Tobirama, y gracias puedo dar a qué perdí la memoria y no me acuerdo de todas las atrocidades que de seguro pasé con él y la organización Akatsuki.

De nuevo, ahí estaba, sentado, esperándome. Quería mantenerme tranquila y disimular, pero la rabia me carcomía. ¿Cómo pude ser tan estúpida de confiar en él? Buscando a alguien, dijo, claro que si, me buscaba a mí.

Me senté frente a él, observándole, sin saludarle siquiera. Clavé mi vista en él hasta que abrió sus ojos, rojos como la sangre, para mirarme a través de la barrera.

- Otra vez llegas tarde.

- No sabía que tuviera obligación alguna de venir.

Su rostro no se mostró sorprendido, de hecho no mostró nada. Se mantenía impasible, observándome.

- Anoche no salisteis a pasear. ¿Pasó algo?

- No, nada. Estuve ocupada con mi novio.

Cambié de posición, apoyándome  de lado para que viera la marca de Tobirama. Sus ojos abandonaron los míos, cayendo de lleno en mis provocaciones y frunciendo el ceño.

- ¿Sabes? Creo que debería de hablarle de tí a Tobirama, Madara.

El nombrado no respondió, pero si volvió su vista a mí. Traté de descifrar su rostro, pues no emitió respuesta alguna.

- He intentado averiguar quien eres pero sigo sin saber nada de tí. Bien podrías ser un acosador, o un secuestrador...

Nos aguantamos la mirada, yo nerviosa por su reacción, deseando aún que realmente fuera una increíble coincidencia que se llamara igual, fuera igual y tuviera el mismo kekkei genkai que ese hombre.

Pero me sorprendió oír una amarga risa seca salir de sus labios. Seguía sin responder, pero su arrogante sonrisa logró crispar mis nervios y terminar con mi paciencia.

- ¿De qué coño te ríes? Yo hablo muy enserio.

- ¿Qué es lo que buscas?

- ¿Yo? ¿Encima me preguntas eso a mí?

- Yo no veo a nadie más.

- ¿Eres tú, verdad? Tu apellido... Es Uchiha. ¿Verdad? Eres Uchiha Madara.

- ¿Y qué si lo soy?

Se me heló la sangre. ¿Cómo podía afirmarlo tan tranquilamente? Tenía frente a mí al hombre por culpa del qual no recordaba nada de mi vida en el último año.

- ¿Has venido sólo?

- No.

- ¿Cuántos sois?

- Demasiados para mi gusto.

- Tengo que avisar a Tobirama...

- No, no lo harás.

- ¿Y porqué no debería? Me protege la barrera, no puedes hacerme nada.

- Si quisiera hacerte daño hubiera destruido la barrera y a todo lo que contiene desde el primer instante.

- ¿Qué... Qué es lo que quieres de mí?

Ore wa... Uchiha Madara.Where stories live. Discover now