¿Fran?

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POV Alba

Ya es de día. Despierto sola, pues Tobirama ya ha salido, seguramente con Juichiro, para dejar todo arreglado antes de nuestro viaje.

Con la cabeza y el corazón hechos un lío, me ducho, me visto y me dirijo a la parte trasera de los jardines, para reunirme de nuevo con Madara.

¿Estará enfadado?

Mi corazón se estruja pensando en que si verdaderamente él es quien dice ser, ha tenido que resultarle duro verme así con Tobirama.

Llego al lugar, pero no hay nadie.

Ésto es raro, Madara siempre está cuando yo llego.

Miro alrededor, pero no hay nadie, no veo motivos para que se esconda.

A menos que no quiera verme.

Pero maldita sea, hoy será la última vez que pueda hablar con él antes de partir, debo de decirle que...

Espera. ¿Y si él es el acosador? No serviría de nada irnos a otro lugar, estaría revelando nuestras intenciones y podría poner en peligro a Tobirama.

Mierda.

Mis dudas se disipan cuando veo algo moverse entre los árboles. Unos ojos rojos me observan.

Me acerco al límite de la barrera, esperando que él haga lo mismo, pero eso no sucede.

Para mi sorpresa, a su lado aparecen más personas, y éstas sí se acercan a mí.

Mantengo la calma, pues sé que la barrera me protege.

Uno de ellos debe de ser otro Uchiha, pues sus ojos tienen el sharingan. A su lado, un hombre alto, pálido, de ojos violeta y pelo plateado. Y tras ellos una joven de largo pelo castaño recogido en una trenza, a medida que se acercan me da la sensación de que se parece a... No, imposible.

— ¡Fran!

Ella no responde a mi llamada, siquiera me mira, pero una ligera sonrisa asoma en los labios del azabache.

— ¿Qué le habéis hecho? - grito asustada-.

— Tranquila, no le hemos hecho nada. No puede verte ni oírte por culpa de la barrera. Él tampoco.

— ¿Quién eres?

— Me llamo Itachi Uchiha. Y tú misma me pediste que cuidara de Franchesca.

— ¿Yo? Pero...

— ¡Es cierto! - interrumpe Fran con voz chillona debido a los nervios- Madara nos ha explicado que has perdido la memoria. Hemos venido a hacerte recordar.

— Fran...

— No puedo verte, tampoco oírte. Por eso Itachi nos va a transmitir tus palabras. Por favor, habla con nosotros.

Itachi deja reposar una mano sobre la cabeza de mi amiga, la qual ha empezado a llorar.

— No te preocupes, la sacaremos de ahí.

Sorprendiéndome aún más, Fran se acerca a Itachi y lo abraza, escondiendo sus lágrimas en su pecho.

Si Fran actúa así con él deben de ser muy cercanos.

¿Y él? - pregunto señalando al albino-.

— Es Hidan, tu mejor amigo. Pensé que tal vez sería de ayuda.

— ¿Perdona? ¿Acabas de decir mi mejor amigo?

— Más te vale recordarme pronto, mocosa. Tu y yo tenemos asuntos pendientes que resolver.

— ¿Él tampoco puede verme, verdad?

— No, tan sólo Madara y yo, de los que estamos aquí.

— ¿Porqué Madara no se acerca?

— No lo sé, tu eres la única que conseguía comprenderlo.

Una pequeña espina se clava más en mi corazón a medida que creo en sus palabras.

¿Tobirama es el impostor?

— Puedes preguntar lo que quieras, yo haré de mediador.

— Fran, ¿Cómo los conociste?

— Alba te pregunta cómo nos conociste.

— ¿Eh? Pues... Laura te regaló un teléfono en tu cumpleaños y... Bueno, hablamos de vernos cuando te-terminé de estudiar. Pero tu vivías en el bosque con ellos y me invitaste a venir por una temporada. Vivía contigo y con todos ellos cuándo Tobirama te secuestró por segunda vez.

— ¿Segunda... Vez?

— La primera no llegó tan lejos cómo para borrarte la memoria. - aclaró Itachi-.

Cabizbaja, trataba de procesar todas las novedades que llegaban pesadamente a mi mente, tratando de recuperar algún recuerdo, pero no conseguía recordar nada.

— No se me dan nada bien las jodidas palabras, ya le dije a Madara sama que no era buena idea que yo viniera, así que escúchame buen porque no pienso repetirlo. A ver, enana, - dice señalando enfrente suya, creyendo qué estaría más o menos por ahí- estás siendo un jodido grano en el culo, te enseñé a pelear para que éstas mierdas no pasaran, pero por desgracia el gilipollas del segundo hokage es más fuerte tú. Así que haz el jodido favor de dejarnos sacarte de ahí de una puta vez. Después ya recuperarás tus recuerdos con la ayuda de Madara sama, pero primero tenemos que sacarte de ahí.

Sus palabras, sus gestos, su forma de hablar... Me resulta tremendamente familiar. Además, me encaja perfectamente que me lleve tan bien con una persona así.

— ¿Hidan, verdad? Me alegra haber hecho un amigo cómo él.

— ¿Eso significa que nos crees?

— Si, Itachi, os creo. Pero no sé cómo pretendéis sacarme de aquí. Además, en unas horas me iré con Tobirama lejos de aquí.

— ¿Qué? Eso no estaba previsto, habrá que acelerar el plan.

Itachi le hace unas señas a Madara, que nos miraba desde las sombras. Éste finalmente se acerca con el ceño fruncido.

— ¿Pasa algo?

— Dice que se marchan.

Los ojos de Madara caen pesados sobre los míos, y los recuerdos de la noche anterior vienen a mí.

— ¿A dónde?

— No lo sé. Pasó algo y Tobirama decidió que éste ya no es un lugar seguro. Tal vez esté relacionado con vosotros... ¿Por casualidad conocéis a una chica llamada Mei?

— ¿Mei entró en la barrera?

— Si, hablé con ella ayer al mediodía, pero Tobirama dijo que era una traidora y la hecharon.

— Qué raro... Mei no ha vuelto con nosotros aún. - pensó en voz alta Itachi-.

— Bueno, las palabras literales de Tobirama fueron: "ya no volverá a molestarte". Supuse que la habían hechado.

Ambos Uchiha se miraron entre sí, entendiendo algo que a mí se me escapaba.

— Las cosas no son cómo tu crees. Ese Senju no dejaría escapar a nadie que conociera tu paradero, es más estoy seguro de que ya debe de saber que estamos aquí. - dijo Madara serio- Tenemos que sacarte de aquí, ya.

— ¿Cómo lo hacemos?

— ¿Recuerdas saber pelear?

— ¿Eh? No, lo siento.

— Avisaremos al resto y empezaremos en cuánto estén listos. Romperemos la barrera y fingiremos un ataque. En cuánto oigas el alboroto trata de llegar hasta alguno de nosotros, en cuánto te tengamos nos iremos.

Ore wa... Uchiha Madara.Where stories live. Discover now