Akatsuki

332 29 2
                                    

POV Alba
Hoy es el dia en que conoceré en persona a los Akatsuki. Después de dos semanas de entrenar a todas horas ya puedo defenderme un poco en taijustu. También aprendí a curar heridas superficiales y algun jutsu de fuego. Al parecer tengo el mismo elemento que uno de los de Madara.
Traigo conmigo el papel del jutsu de idioma, un cuchillo de caza y algo de comida y bebida, aunque Madara dijo que queda cerca.
- Bien, ya llegamos. Recuerda, si tienes miedo que no se note, vas conmigo y yo soy el más fuerte. No creas nada sin consultarmelo antes. Tampoco esperes que te trate igual que cuando estamos a solas, no pretendo que te tomen por mi punto debil. ¿Alguna pregunta?
- ¿Soy tu punto debil? -pregunto con una risita picarona, ya he aprendido a jugar un poco su juego-.
- Jaja Claro que si. Ahora, vamos.
Vaya, no esperaba una respuesta afirmativa. Entramos en una cueva, estaba muy oscuro, no veía nada. Aunque estoy segura que Madara sí veía gracias al sharingan. Después de unos minutos caminando en total oscuridad vemos a lo lejos unas antorchas y unas escaleras que descendían hacia lo que parecía un gran comedor.
Desde luego se lo han montado bien, menuda guarida han construido en la roca.
- Konnichi ha, Madara-sama.
- Ohyou, Nagato. Mina wa doko desu ka? (¿Dónde están todos?)
- Dainingurumu de. (En el comedor)
Madara siguió andando y yo detras de él. Notaba la mirada de Nagato en la nuca y la presencia de más personas en la siguiente habitación. Al entrar estaban todos hablando casi a gritos, algunos comiendo aún. Todos pararon de hacer lo suyo cuando entramos.
- Sono ona wa dare? (¿Quién es la mujer?) -preguntó Deidara-.
- Kanojo wa watashitoisshoni kuru. (Ella viene conmigo). Orochimaru, watashitachi wa hanashi o shinakerebanaranai. (Tenemos que hablar)
Orochimaru se levanto de su asiento y se acercó a nosotros.
- Hajimemashite, anata no namae? (Encantado, ¿tu nombre?)
- Alba desu. -respondí tratando de hablar lo menos posible-.
- Podemos hablar en tu idioma si te sientes más cómoda. Al fin y al cabo fuí yo quien ayudó a Madara a hablarlo.
- Lo sé. Gracias por ello.
- Seguidme.
Siento los ojos de todos clavados en mi mientras nos vamos con Orochimaru. Llegamos a una espécie de laboratorio y allí nos ofrece asiento en una mesa.
- ¿Que os negocios os traen por aquí?
- Hay algo que quiero que fabriques para mí.
- ¿De qué se trata?
- Dáselo. -ordena Madara sin mirarme, pero me doy por aludida igualmente. Dejo el papel sobre la mesa y Orochimaru lo recoge y lo lee.
- ¿Que obtengo yo a cambio?
- Te daré una muestra de mi sangre. Sigues queriendo investigar el linaje Uchiha, ¿No es así?
- Mmm, interesante. Pero no quiero una muestra tuya, quiero una de ella. -dijo lamiéndose los labios.
- Eso no es decisión mía.
- Está bien, no tengo inconveniente. -afirmé.
- Muy bien, entonces voy a extraerte sangre, preciosa. Después solo deberás esperar a que esté terminado.

Orochimaru me extrajo dos tubitos de sangre y se extrajo uno él mismo para hacer el jutsu con su sangre, así seré capaz de hablar las mismas lenguas que él. Dijo que en unas horas estará completo, así que nos quedaremos en esta guarida de mientras.
A salir nos encontramos con Obito. Madara habló con él en Japonés y no entendí nada.
- Alba, tengo asuntos que atender. Te dejo con Obito, no te alejes de él, ¿De acuerdo?
- Vale. -respondo no muy segura.
Obito me lleva la sala principal. Parece la sala de estar de una casa normal, un sofa, una tele...
Todos se quedaron mirándome al verme. Y empezaron a avasallarme de preguntas, lástima que todas en japonés. Obito se puso delante de mi y dijo algo que tampoco entendí. Mis ganas de tener el objeto que me permita hablar con ellos aumentan por momentos. De uno de los sofás se levanta un chico alto, bastante guapo con el cabello plateado, debe de ser Hidan. Se me acerca con una sonrisa socarrona en los lavios.
- Buenos días señorita, yo defenderme en español. ¿Quieres dar paseo?
- Hahaha No gracias, Madara me pidió que lo esperara aquí.
- ¿Quieres que yo te enseñar mi habitación?
Es justamente tal y como Madara lo describió, lo rechazo amablemente y no puedo evitar reír. Obito y yo nos sentamos en uno de los sillones. Obito también tiene sharingan asi que supongo que también ha aprendido mi lengua.
- Obito, tu me entiendes, ¿Verdad?
- Mmm... Si, pero me cuesta hablar.
- Porque de seguro has podido practicar poco.
- ¿Y tu, sabes algo de japonés?
- Muy poco, palabras sueltas. Lo justo para entenderme con Madara antes de que aprendiera.
- Así que tu eres su motivo.
- Eso parece.
- ¿Qué relación tienes con él?
- ¿Relación? Pues no sabría ponerle una palabra. Vive conmigo, buscamos información juntos y me entrena. Supongo que somo compañeros o algo así.
- Madara no tiene compañeros, siempre va sólo. No dejes que te tome el pelo como hizo conmigo. -su mirada se ensombreció con esas palabras- Así que te ha entrenado. ¿Quieres que vayamos a entrenar?
- ¿Eh? No, no... Yo recién he empezado hace dos semanas y todavía me falta nucho para estar a tu nivel.
- Vamos, solos tu y yo, nadie más verá el entrenamiento, lo prometo.
- No se yo...
Obito se levanta con un entusiasmo increíble, me toma de la mano y hecha a correr. Les dice en japonés que cuando Madara u Orochimaru pregunte por nosotros les digan que estamos en la sala de entrenamientos número 3. Llegamos a una sala bastante espaciosa, parece un gimnasio, con el suelo acolchado y varios muñecos de madera distribuidos aleatoriamente.
- Vamos, atácame.-activó el sharingan-.
Me lanzo hacia él, tal como he hecho tantas veces con Madara. Le hago creer que iré directo a su cara, pero giro hacia un lado y lanzo un rodillazo a sus costillas, él se cubre con ambos brazos, doy la vuelta quedándonos espalda contra espalda y le doy con el codo en medio de esta. Él se dobla hacia delante lanzándome una potente patada hacia atrás. La esquivo agachandome, pero su patada era tan fuerte que con el viento que provocó perdí un poco el equilibrio, pero me recuperé rápido barriendo su pierna de apoyo. Antes de caer al suelo se apoyó con el antebrazo girando como peonza dándome un patadón en la cara que me envió a volar. Dí de lleno contra la pared, aproveche la distancia que Obito habia creado entre nosotros para lanzar un jutsu de fuego, mientras hacia los sellos le cambió la cara a Obito, desapareció en un remolino y reapareció delante de mi.
- Detente.
- ¿Eh?
- Estamos en la sala de taijutsu, si usas ninjutsu vas a tener problemas, Kakuzu odia que gastemos dinero para arreglar los muñecos de entrenamiento.
- Oh, lo siento.
- ¿Sabes? Esperaba mucho menos de ti, pudiste atacarme decentemente, esquibar algún golpe e incluso me diste.
- Gracias, supongo.
- Hace mucho tiempo que no entreno con una mujer, también hace mucho tiempo que no tengo a una mujer cerca. Eres hermosa... Seguro que Madara no te lo dice nunca.

Obito empieza a incomodarme, no me gusta el rumbi que lleva ésto. Además, está demasiado cerca.
- ¿Quieres seguir? -pregunto nerviosa tratando de desviar la conversación-.
- Hagamos una apuesta. Si eres tu la próxima en acertar un golpe, haré lo que quieras, si soy yo... Te daré un beso.
- ¿¿Eeehhh??
No me dió tiempo a rechistar que ya estaba lanzando puñetazos en mi dirección de nuevo. Los esquivé con dificultad. Quería pedirle que parara y decirle que no aceptaba el trato pero no me deja a tiempo apenas para respirar. Entonces mi unica opción es darle yo primero. Esquivo como puedo sus golpes, es muy rapido comparado conmigo. Veo una abertura y me lanzo hacia él cogiéndole el brazo, tirándolo hacia un lado dejando sus costillas a mi alcance, levanto la pierna con la que quiero pegarle en el mismo momento que veo su otro puño dirigirse a mi estómago. Suelto su brazo y uso la inercia del golpe que quería dar para saltar por encima de él esquivando el golpe. Mi intención después de saltar era caer encima de él con un codazo en el cuello apoyando mi peso para tumbarlo. Pero Obito me sorprende dándose la vuelta rapidísimo. Sujeta mis brazos uno con cada mano y le doy un rodillazo en un costado, pero el sigue sujetándome y me empuja contra la pared quedando su pecho pegado al mío y con mis manos sujetadas por encima de mi cabeza.
Ambos respiramos con dificultad.
- Creo que ésto es un empate.
- ¡Oye, yo en ningún momento acepté tu apuesta!
- Tampoco te negaste.
- Porque no me dejabas ni respirar. Además, yo pegué primero.
- Pero yo te inmobilicé, si esto fuera una pelea real la victoria sería mía.
- Sigo sin ver el empate por ningún lado.
Estoy nerviosa, no puedo hacer nada contra Obito y parece que no piensa dejarme en paz. ¿Madara, porqué tardas tanto?
- Pués lo és. Así que primero yo voy a darte el beso y después tu podrás pedirme lo que quieras.
- No, Obito yo no quiero que me beses.
- Lo querrás, y cuando lo haya hecho vas a pedirme que no pare.

Pega su cuerpo al mío terminando de acortar la distancia que quedaba y puedo notar un bulto cerca de mi entrepierna. ¡Oh, Dios no, este hombre no piensa soltarme! Se acerca peligrosamente a mi rostro y le doy un cabezazo los más fuerte que puedo. Se queja y suelta una de mis manos para sujetarse la cabeza. Aprovecho la ocasión para darle un puñetazo en la cara y una patada en la entrepierna. Antes de que llegue mi patada a su destino la detiene y...
- ¡Alejate de ella, Obito!
Oímos gritar a Madara. Antes de que Obito pueda siquiera girar la cabeza, recibe un fuerte puñetazo en la cara que lo envía derecho a la pared del fondo haciendo un hueco en ésta. Miro la escena sorprendida por la fuerza de Madara. Siento que tira con suavidad de mi brazo atrayéndome hacia él y me acerco correspondiéndo a su abrazo.
- ¿Estás bien?
- Si, sólo estabamos entrenando. -me miró mal ante mi comentario así que maticé- Pero de repente Obito quiso besarme.
Sentí como el agarre de Madara se tensó al escucharme decir aquello.
- ¿En que rayos pensabas Obito? Te dije que cuidaras de ella, no que intentaras llevártela a la cama.
- Yo... Lo siento, no era mi intención. Hace tanto tiempo que no toco a una mujer. Creí que ambos podíamos disfrutarlo. Dime Alba, ¿porqué? ¿Es por las cicatrices, no te parezco atractivo?
Me acerqué a él bajo la atenta mirada de ambos azabaches. Y le abofeteé.
- No me trates como si fuera una cualquiera, no vas a conseguir un beso mío solo porque seas medio guapete.
- Hah, al menos se que me ves guapo. -sonrió- Te pido disculpas, no me supe controlar. Te prometo que no volveré a intentar forzarte, pero no creas que me he rendido, algun dia te besaré.
- Vámonos. -ordena Madara- Antes de que lo mate. -dice mirando con el sharingan activo a Obito.
Sigo de cerca a Madara hasta el lugar dónde nos llevó antes Orochimaru. Éste me sonríe y me entrega una cajita. La abro y en su interior veo un collar con una piedra roja muy bonita.
- Póntelo. -pide Orochimaru.
Hago lo que me dice y siento una pequeña corriente eléctrica provinente del collar.
- ¿Cómo lo sientes? -pregunta en francés. Espera, es francés y lo he entendido.
- Un poco raro -confieso. ¡También en francés!
- ¿Te has divertido mientras esperabas? -ahora en alemán-.
- Bueno, ha sido entretenido. -también en alemán-.
- Parece que funcionó a la perfección. Ya puede hablar cualquier idioma que yo conozca.
- Bien, gracias por ello. Te debo una. -dice Madara un tanto seco. Creo que sigue molesto por Obito.
Al salir, Obito sale a nuestro encuentro y se disculpa ante Madara.
- No es a mí a quién tienes que pedir disculpas.
- No te preocupes Obito, te lo perdono con tal de que no se vuelva a repetir. -digo en un perfecto japonés-.
Todos los Akatsuki me miran boquiabiertos.
- ¿No era que sólo hablaba español? -pregunta Konan-.
- Bueno, Orochimaru consiguió hacer algo para que hable en algunos idiomas más. -explicó Madara-.
Nos quedamos un rato más en la guarida, ahora que les entendía todos querían hacerme preguntas. Algunas más personales, algunas sobre la sociedad actual... Y así pasamos el resto del día, conociéndome más con los Akatsuki.

Ore wa... Uchiha Madara.Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang