"Problemita"

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Después de unos segundos de tensión, en los que creía que Tobirama trataría de besarme, finalmente se apartó, se puso de espaldas a mí y empezó a desnudarse.

Aparté la vista y esperé paciente a que terminara de bañarse. Cuándo me lo pidió, le tendí una toalla, sin mirar.

Se me acercó por la espalda y acarició mi brazo con el dorso de su mano. Seguidamente olió mi pelo y suspiró profundamente.

- Dame tu mano, voy a volver a ponerte la cadena.

Ésta vez obedecí sin rechistar. No me apetecía pelear medio desnuda. Me puso la cadena y deshizo la barrera.

Pasó por mi lado para salir del baño y me sonrojé al ver que tan solo llevaba la toalla atada a su cintura. Bueno, estabamos más o menos en las mismas condiciones.

Coge su chaqueta, que habíamos dejado sobre la cama y saca un pergamino. Realiza un par de sellos y saca unos calzoncillos, unos pantalones y una camiseta de manga corta.

Mierda

- Em... Tobirama, ¿Por casualidad no tendrás ahí algo que yo me pueda poner, no?

Ambos nos quedamos mirando y sin necesidad de responder ambos comprendemos que esas son las tres únicas prendas de ropa disponibles para ambos.

Levanta una ceja y veo levantarse ligeramente la comisura de sus labios. Temiéndome lo peor noto que me estoy sonrojando y me empiezo a poner nerviosa.

- Yo... Lavaré nuestra ropa en la bañera para tener una muda para mañana, pero... Por favor, déjame algo de ropa.

- ¿Qué prefieres ponerte? ¿Los pantalones o la camiseta? - dice con una sonrisa adornando su rostro-.

- ¿Y si yo me quedo con ambos y tu con los calzoncillos?

- No me parece justo, soy el que se queda con menos ropa.

- También tienes menos cosas que cubrir. -objeto más roja que un tomate-.

- ¿Estás segura de eso? - questiona burlonamente avergonzandome aún más-.

- Arg, está bien, dame la jodida camiseta, pero me quedo los calzoncillos.

- Eso me parece más justo.

Se queda viéndome con los brazos cruzados, me acerco a la cama y tomo las prendas para ir al baño a cambiarme.

Me pongo la camiseta de Tobirama y sus calzoncillos, me miro en el espejo y ya me estoy muriendo de la vergüenza.

Al no llevar sujetador se me marcan los pechos, y su ropa interior me viene muy grande, como si llevara unos pantalones anchos pero me cabrían las dos piernas en cada lado. Tube que hacerme un nudo en un lado para evitar que se me cayeran, suerte que su camiseta me queda larga y me cubre hasta medio muslo.

Dios mío que vergüenza... Madara, lo siento, no tengo más opción, era ésto o desnuda.

Lavo la ropa que dejamos esparcida por el suelo y la dejo colgada en la mampara del baño.

Abro la puerta apenas un resquicio y asomo la cabeza. Veo a Tobirama sentado en la cama afilando una espada corta con el emblema Senju en la empuñadura.

Cómo sólo lleva el pantalón, me es imposibile no acordarme de que no lleva nada debajo, pues llevo yo sus calzoncillos.

- ¿Vas a quedarte ahí toda la noche o piensas venir?

- Etto... Gírate, por favor.

Se me queda mirando cómo si tuviera tres cabezas sin comprender mi petición.

- ¿Porqué? Seguro que llevas más ropa que antes. - aseguró levantando una ceja divertido-.

- Pero se me ve más... - digo en un susurro apenas audible- Por favor. - pido mirándole más roja que un pimiento-.

- Tu misma, quédate a dormir en el baño si quieres.

- Imbécil.

- Infantil.

- ¿Perdón?

- Hazme el favor de dejar de ser tan vergonzosa conmigo y ven a la cama.

Aparta la vista de mí y vuelve a volcar su atención por completa a su tarea con ka katana, malhumorado.

Suspiro, me armo de valor y con la vista fina en la puerta, para no mirarle a él, avanzo hasta materme en la cama y taparme con las sábanas.

- ¿Ves? No era tan difícil.

- Claro, porqué no eres tú el que lleva la ropa interior de otra persona.

- Por mí puedes dormir sin ropa interior, te recuerdo que yo no llevo nada debajo del pantalón.

- Cállate. No me lo recuerdes.

Me acurruco aún más, tapando mi cara con las sábanas. Oigo su risa resonar divertido con la escena.

- Voy a dormir, no hagas nada raro.

- Buenas noches, Alba.

Sinceramente, sabía que iba a costarme dormirme, aunque menos de lo que pensaba. El agua caliente del baño había conseguido realmente relajarme y terminé por caer rápidamente en los brazos de Morfeo.

Empecé a sentir frío, mucho frío. Hasta que desperté tiritando en medio de la noche. Cómo todavía no me habia despertado por completo, apenas salieron unos extraños ruidos de mi garganta, atrayendo la atención del albino.

- ¿No puedes dormir?

- Te-te-tengo frío...

Siento la cama moverse y reducirse el peso en cuánto Tobirama se levanta para cerrar la ventana. De nuevo la cama vuelve a hundirse a mí lado y siento unos brazos rodearme, poniéndome tensa.

- Lo siento, me gusta el frío, no pensé que fuera a molestarte.

- ¿Qué... Haces?

- Shhh... Intento dormir.

- Pués duérmete en otro lado.

- Deja de moverte testaruda, me apartaré cuándo hayas dejado de temblar.

- Grñgrñgrñ.

Apenas salió un gruñido de mi garganta en protesta por su cercanía y una corta risa de la suya.

Poco a poco, gracias al calor del cuerpo de Tobirama, dejé de temblar y volví a quedarme dormida. Pero él no se separó de mí en toda la noche.

A la mañana siguiente, cuándo apenas empezaba a somar el sol por el este, abrí los ojos lentamente sintiendo un peso sobre mí.

Tobirama estaba literalmente sobre mí. No sé cómo habíamos terminado en esa posición, pero no podía moverme en absoluto.

- Tobiramaaaa~...

- ¿Mmm?

- Quítate de encima...

- Cinco minutos más...

- Me estás aplastando.

Parece reaccionar un poco y se aparta "un poquitín" hasta que se queda abrazándome por la espalda y con una pierna encima de las mías, pero al menos ya no tengo todo su cuerpo encima.

Estoy todavía medio dormida, pero... Siento algo que me hace despertarme de golpe, incómoda.

- Oye... Tobirama...

- ¿Mmm?

- Dime que "ESO", no es lo que creo que es...

Siento su cuerpo tensare y después soltar un pesado suspiro.

- No pienses en nada raro. Es sólo un... pequeño problema matinal. 

Ore wa... Uchiha Madara.Where stories live. Discover now