Ore wa... Uchiha Madara.

Despertar

POV Alba

Siento mi cuerpo hundirse en la mullida cama que hay debajo de mí. Me cobijo entre las sábanas, tratando de cubrir mis ojos de la luz.

Siento un movimiento a mi lado que me hace revolverme incómoda. Abro lentamente los ojos, y termino de abrirlos de golpe asombrada al ver un hombre durmiendo a mi lado.

- ¡Aaaaaaahhhhhh!

Empujo con ambas piernas al hombre, tirándolo de la cama. Me levanto de un salto y pongo distancia entre nosotros. Miro alrededor y me altero aún más al no reconocer la habitación.

Busco por todos lados algo con lo que defenderme y cojo con ambas manos una lámpara que había sobre una mesa.

- ¿Qui-qui-quien eres? ¿Dónde estamos? ¿Y porqué demonios estábamos en la misma cama?

- Buenos días, por cierto. - dijo el hombre misterioso sobándose la cabeza por el golpe- ¿No recuerdas nada?

- ¿Recordar? ¿Qué se supone que deba recordar?

El extraño me dedica una sonrisa, se levanta del suelo y se acerca a mí con toda la calma del mundo.

- No te acerques. - le amenazo con la lámpara-.

- Baja eso.

- No hasta que respondas mis preguntas.

- ¿De veras no me recuerdas?

- ¡No, joder, no! Ahora dime de una vez qué está pasando aquí.

- Calma, - dijo levantando las manos en son de paz- soy yo, Tobirama.

- Lo siento pero no conozco ningún Tobirama.

- ¿Qué dices, Alba, tanto te afectó?

- ¿Afectarme el qué?

Tobirama me mira pensativo y me da la espalda para sentarse en la cama. Posteriormente da unos golpecitos invitándome a sentarme a su lado.

- No hasta que sepa que puedo fiarme de tí. - niego con la cabeza- Explícate.

- Te secuestraron. - dijo tras una pausa, sin apartar sus ojos de los míos- Una organización criminal te secuestró y te lavó el cerebro. Conseguí rescatarte, pero te diste un fuerte golpe en la cabeza y parece ser que tienes amnesia.

Abrí los ojos impactada por su explicación. ¿Yo? ¿Secuestrada? ¿Organización criminal?

- Disculpa pero... Eso me suena a película. ¿Para qué iba a secuestrarme a mí nadie?

- Porqué su lider se obsesionó contigo.

Mi cara no podía reflejar mejor la confusión que sentí en esos instantes.

- Lo siento pero... Yo... No entiendo nada.

Tobirama se levanta de la cama y se acerca nuevamente a mí, aunque ésta vez no intento atacarle.

- Deja eso. - dice señalando la lámpara-.

Me lo pienso unos segundos pero finalmente suspiro volviéndo a dejarla sobre la mesa.

- ¿Cómo has dicho que te llamas?

- Tobirama.

- ¿Y... Quién eres? Lo siento pero no te recuerdo en absoluto.

- Soy tu novio.

Vale, corrijo, si que podía estar más confusa aún. ¿Novio? ¿Yo, qué jamás me había interesado por ningún chico?

- No te creo.

Frunció el ceño, no pude descifrar bien su mirada pero tardó poco en responderme.