El encuentro

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- ¡Madre mía! Abuelo, ¿Eso és un muflón?
- Exacto cariño, esto de aquí es un precioso ejemplar macho de muflón.-dijo orgulloso hinchando el pecho-.
- Pero abuelo, está prohibido cazar en esta época del año. Si alguien te viera nos podria traer problemas.
- Tranquila nadie me ha visto. Además no lo he matado con la escopeta, estaba revisando las trampas para los conejos cuando lo ví herido. Debió de atacarlo un lobo, iba a morir de todos modos.
- En ese caso deberiamos darles su parte a los lobos, ¿no crees? Ellos siempre respetan nuestras presas.
- Estoy muy cansado por haber cargado a este bichejo hasta casa. Ya iré mañana.
- No te preocupes, yo lo haré. En cuanto terminemos de cenar me iré.

Dado a que mi abuelo y yo llevamos muchos años cazando en estos montes, hemos coincidido muchas veces con lobos, zorros y demas animales que también viven de la caza. En el caso concreto de los lobos, al principio traían problemas. Se llevaban nuestras presas cuando las abatiamos, nos robaban la comida de la casa e incluso una vez se zamparon a nuestras gallinas.
Una tarde, encontré una loba con la pata atrapada en una trampa para jabalíes. Intenté liberarla pero me mordió. Entonces quemé frente a ella unas hierbas que, según mi abuela, producian un potente somnífero al arder.
En un minuto la loba se durmió. Al dia siguiente despertó en nuestra casa con la pata vendada y con comida y agua preparadas para ella. Sólo queria curarla asi que dejé la puerta abierta para que se fuera, pero para mi sorpresa se esperó delante de la puerta hasta que volví. La seguí y me llevó hasta la cueva en dónde viven los lobos.
Desde ese dia los lobos dejaron de interferir en nuestra caza y son bienvenidos en casa, a veces soy yo la que va a verles o a traerles parte de nuestra caza cuando la presa es muy grande.
- Yo ya he cenado cariño, en cuánto termine de arreglar lo que queda de corzo me iré a la cama.
- Vale, entonces cenaré con los lobos. Me voy abuelo, hasta mañana, que descanses!
Le dí un beso a mi abuelo en la mejilla, puse todas las partes del corzo que nosotros no nos comemos en una bolsa, la metí en mi mochila y salí de la casa para dirigirme a la cueva.
Al llegar, los lobos ya me habian olido y me esparaban fuera. Entré delante de ellos en la cueva, me senté dónde suelo hacerlo siempre y les lancé al suelo el contenido de mi bolsa.
Creó que les gustó mi regalo. Me quedé observando cómo comían, hasta que poco a poco me quedé dormida.
~~~~~~

- Señores pasajeros, han llegado a si destino. Bienvenidos a España.
- Por fin! Ya estaba harto de esa mierda de asientos de ese puto avión sin poder siquiera levantarme ¡Joder! -se quejó Hidan-.
- Arg Hidan, ¡Deja de decir tacos cada puta vez que abres esa mierda de boca tuya!-se quejó Kakuzu-.
- Hah, creo que se te ha pegado su mal vocabulario-se burló sasori-.
- Callate enano.
-¡BASTA! -gritó Madara, harto de tanto jaleo- Orochimaru, manda a tus serpientes a buscar la salida de la ciudad más proxima, Deidara, empieza a moldear pájaros de arcilla para cuándo llegemos a las afueras.

Ambos cumplieron sin rechistar. Al rato las serpientes de Orochimaru volvieron y éste empezó a andar. No hacian falta palabras para saber que tenían que seguirle. La ciudad era grande, tardarian un rato en llegar a un lugar con poca gente.
- Oi... Madara, hay algo raro en esta gente.-dijo Obito-.
-¿Hm?
- Tu, ¿Los entiendes?
- Claro que no cabeza hueca, estamos en España, esta gente habla español.
- Entonces ¿Como demonios vamos a entenderles?
- No es necesario, venimos aqui para poder vivir tranquilos y alejarnos de los otros ninja, no a hacer amiguitos.
- ¿No era que queriamos vivir pensando en nosotros mismos y no en la paz mundial? Yo quiero vivir mi vida, conocer gente, ser alguien distinto a quien fuí, tener otra oportunidad.
- Tu mismo lo has dicho: TÚ, quieres eso. No yo. Y les demás cada uno querrá una cosa. Pero lo primero es encontrar un lugar seguro y una vez podamos relajarnos que cada uno haga lo que le venga en gana.

Al rato llegaron al límite de la ciudad, dónde habia un cartel que indicaba el fín de esta y la carretera seguía hasta dónde se podian divisar grandes montañas.
- ¿Qué pone ahí?-dijo Kisame señalando el cartel-.
- Asot -respondió Orochimaru-.
- Sabes español? -preguntó Itachi-.
- Por supuesto, a pesar de que tal vez los lenguajes que conozco esten un poco anticuados o alguno ya no exista, cuando aún vivía aprendí a hablar, leer y escribir todos los idiomas existentes.
- ¡Enseñame! -pidió Obtio casi gritando-.
- Jajaja Nada es gratis en este mundo mi querido Obito, pero lo pensaré.
- Obito, siempre has sido un estupido muy manipulable, si quieres vivir ltra vida te aconsejo que no te dejes influir, otra vez. -regañó Madara-.
- ¿Y a tí que más te da lo que haga yo con mi vida? Al fin y al cabo fuíste tu quien más me manipuló. Incluso mataste a Rin para que despertara mi mangekyo. -acusó con enfado-.
- Por eso mismo te digo que eres demasiado facil de manipular, mocoso.
- Ya vale -intervino Yahiko- No estamos aqui para pelear, vayamos al bosque y una vez allí ya os podéis matar si quereis.
-Tssk...
- Hm.
Una vez llegaron a los límites de la primera montaña y vieron el frondoso bosque, Madara se detubo.
- Orochimaru, debo agradecerte la información dada, pero no esperes que te devuelva el favor, al fin y al cabo sólo lo hiciste porque no era capaz de hacerlo sólo. Hasta aquí os acompaño. -dijo paseando su mirada por todos los presentes- Ya llegamos al bosque, de aquí en adelante cada uno seguirá su propio camino.
- Pero Madara, y entonces ¿Porqué me pediste que moldeara mis pájaros? -preguntó Deidara-.
- Obviamente para que cada cual se vaya por su lado. ¿No creeríais que después de todo seguiriamos todos juntos como si esto fuera una familia, verdad?

Nadie respondió. Cayó sobre ellos un silencio incomodo. Ninguno de ellos quería quedarse sólo a excepción de Madara. Además, ya se habian acostumbrado sus presencias en su anterior vida. No fueron necesarias las palabras para que ese sentimiento fuera percibido por el uchiha mayor.
- Tsk, sois unos débiles.
Madara mordió su dedo e invocó a Tai, el jefe de los halcones, se subió entre sus alas y despegó sin mirar atrás.
Desde las alturas, en la parte mas frondosa del bosque, divisó un claro con una cascada y un lagó. Pensó en los siglos que hacia que no se daba un baño, así que saltó al vacio en esa dirección. Pese a la altura, cayó de pié cómo si no hubiera tal distancia. Se quitó la ropa, la dejó tendida en un árbol y se metió en el agua fría.
Miró hacia el cielo y observó la luna, habia luna llena. Ni siquiera se habia dado cuenta de en qué momento anocheció.
De pronto sintió la presnecia de un grupo de individuos, 4, tal vez 5. No parecía que tubieran chakra en su cuerpo, por lo que no debía molestarse en vestirse. Se concentro en la naturaleza de esas energias. Lobos.
Al poco de notar su presencia comenzó a escucharlos aullar a la luna. Pero había algo extraño, ahí arriba se veía la sombra de alguien más, de un humano.
¿Como és posible? No puede haber un hombre entre los lobos y que no me haya dado cuenta. No... No siento su energía. No, espera, sí la siento, pero es distinta. Su energía fluye cómo si fuera una con la naturaleza. ¿Será alguien en modo Sennin?
Las dudas llenaban su mente, jamas habia sentido una energia así, ni le habia pasado desapercibida ningun presencia desde que era crío. La figura pareció percatarse de que la observaban y miró en su dirección.
Madara abrió los ojos de pura sorpresa cuando la luna iluminó su rostro y vió que era...

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Siento algo, algo húmedo. Esa cosa me esta mojando el brazo. Al abrir los ojos me encontre con uno de los cachorros de Loba lamiendo mi brazo cómo si fuera un jamón.
- ¿Te ja gustado el festín, chiquitín?

Y si, la llamo Loba, y a su macho Lobo. Aunque hay más lobos y más parejas que ellos siempre los llamo así. No soy buena poniendo nombres y ellos se dan por aludidos con ese nombre así que, ¿Qué más da?
Oh, cielos. Que oscuro se ha hecho. Me quedé dormida en la cueva, debería volver. Pero de pronto escucho aullidos. Me asomo al exterior de la cueva y vuelvo a oírlos. Me dispongo a seguirlos cuando me doy cuenta de que es luna llena. Los lobos siempre aullan cuando hay luna llena.
Llego junto a Loba, y me siento en una roca que sobresale a un lado de la cascada. Me quedo así un rato, con los ojos cerrados, sintiendo la suave brisa nocturna y disfrutando la bella melodía que entonan las voces de los lobos.
En cierto momento, mi calma se ve interrumpida por una sensación extraña. És cómo si alguien me estubiera observando, pero nunca viene nadie a éste bosque, y menos fuera de la temporada de caza. Abro los ojos y cuando la brisa aparta las nuves, la luz de la luna refleja en el agua del lago iluminando lo que parece ser...
- ¡Ahhh! ¡¡Un hombre!! ¿Y... Y... Me está mirando? ¿Y que mierdas hace desnudo en el lago?

Ore wa... Uchiha Madara.Where stories live. Discover now