Pelea

98 15 3
                                    

POV Alba

- Muy bien, demuéstrame de qué eres capaz.

Le sonrío a Madara, agradecida. Ésto es algo que debo hacer. Por todas las veces que Tobirama me ha humillado.

Pienso en lo que dijo Hidan. Me dijo que si tenía que pelear, que lo hiciera cómo cuándo me enfrenté a él.

Hidan me enseñó a usar armas, Kakuzu me enseñó a evadir cualquier ataque, Itachi, Obito y Madara me enseñaron poderosas técnicas de fuego, Nagato fué especialmente duro con el taijutsu, y Hideki me enseñó el puño suave.

Tengo que combinar todos los estilos de lucha que he aprendido y crear uno propio, sólo así venceré.

Trato de controlar el chakra a la perfección, siento cada poro de mi piel. Ambos somos lo suficientemente poderosos cómo para realizar jutsus sólo haciendo sellos, sin pronunciar el nombre de la técnica, eso hace que sea más difícil predecirle, pero también debe de pasarle a él conmigo.

Concentro el chakra en mis pies y corro hacia él. Hago los sellos de la bola de fiego sencilla, él los reconoce y tal cómo esperaba hace los sellos para un disparo de agua. Pero mi técnica era sólo un señuelo, no uso ningún ninjutsu y por el contrario esquivo su técnica hasta llegar a él.

Me mira sorprendido, hasta ahora no había peleado con ninguna táctica, sólo atacando y defendiendo.

Aprovechando la carrerilla y el chakra de mis pies, lanzo una patada dirigida a su cabeza. Ha tenido que usar los dos brazos para pararla.

Nos miramos frente a frente y trato de meterle en un genjutsu. Saco mi tessen y mi intención es cortarle el abdomen, pero se recupera casi al instante del genjutsu y me sujeta la muñeca.

Concentro mi chakra en la otra mano y consigo darle un par de golpes en los puntos hakke del brazo con el que me sujeta.

Inmediatamente me suelta y me alejo de un salto y cambio a una postura defensiva. Tal cómo imaginaba, no me deja tranquila ni un segundo y se lanza a por mí.

Uso los movimientos del puño suave para repeler sus golpes, pero es incluso más rápido que Hideki, menos mal que tengo el sharingan.

Me está haciendo retroceder, si sigo así va a acorralarme. Uso el kamui y aparezco a su espalda. Dirijo mi tessen a su cuello pero se agacha y me hace un barrido, aunque consigo saltar.

Intento darle una patada en el aire, pero él ya se lo imaginaba. Intenta cogerme la pierna pero vuelvo a usar el kamui y con el mismo impulso que llevaba le doy la patada con todas mis fuerzas en su espalda.

Le mando a volar hasta la otra punta de la barrera. Se levanta de un salto y vuelve a formular sellos, no me espero a ver de qué son y hago yo los míos también.

Empieza a salir la humedad del suelo y se forman cuatro grandes dragones de agua que vienen a por mí a toda velocidad. Mi técnica es demasiado débil contra la suya, pues había hecho los sellos para la lluvia de bolas de fuego. De todos modos, mando las bolas de fuego a por su cuerpo mientras está concentrado en dirigir los dragones.

Tengo que esquivarlos cómo sea. Recuerdo cuándo Kakuzu me atacaba con los cuerpos de cuatro corazones a la vez, ésto es lo mismo. Saltando y usando el kamui, esquivo todos sus ataques hasta que los dragones se deshaces porqué ha tenido que interrumpir su concentración debido a mis bolas de fuego.

Observo complacida cómo tiene una gran quemadura en la pierna izquierda. Realiza más sellos rápidamente y aparecen tres bunshins. Él se queda en la retaguardia y los bunshins vienen a por mí con kunais en ambas manos.

Consigo esquivar la mayoría y detener algun golpe con el tessen, pero consiguen acerme algunos cortes superficiales de todos modos.

Consigo golpear los bunshins haciéndolos desaparecer, pero he perdido un tiempo de lo más valioso, que le ha permitido a Tobirama preparar su técnica.

Veo el suelo empezar a encharcarse, la tierra se mezcla con el agua y pronto estamos encima de una ciénaga. Siento que empiezo a undirme cómo si fueran unas arenas movedizas y me cuesta levantar los pies del suelo.

Concentro el chakra en mis pies y salto, alejándome del suelo. Para mi mala suerto Tobirama pensó que haría eso y me espera arriba para darme un golpe con ambas manos, pero uso el kamui y pasa a través de mi.

Caigo unos a unos metros de distancia y uso mi chakra cómo si estuviera caminando sobre el agua, para no volver a undirme.

Estoy cansada, no sé cuánto tiempo llevamos así. Tobirama es un enemigo fuerte y con mucha experiencia en batalla. Tengo que hacer algo para terminar pronto, me estoy quedándo sin chakra.

De pronto me viene a la cabeza una técnica enormemente destructiva. Sólo la he visto tres veces, y dos de ellas estando dentro de un genjutsu, y sólo una vez sus sellos, nunca antes la he probado, pero creo que podría ser mi ataque final.

Vuelvo a cargar contra Tobirama y nos enzarzamos de nuevo en una pelea cuerpo a cuerpo. Sé perfectamente que prefiere los ataques a distancia con ninjutsu, así que no tarda en saltar hacía atras para poner distancia entre nosotros.

Ahora, es ahora o nunca.

Hago los sellos tal como los ví en el genjutsu y cuándo estoy a punto de terminar veo la sorpresa en los ojos de Tobirama.

- ¡Katon: gōkka mekyaku!

Una grande, gigantesca, inmensa, monstruosa ola de fuego sale de mis labios, drenando mi chakra y arremolinándose dentro de la barrera. No veo a Tobirama, deduzco que le habré pillado dentro denla técnico y trato con todas mis fuerzas de aumentar aún más su poder.

Se oye un crujido, después otro y finalmente la barrera de agua que nos mantenía encerrados se disipa. El fuego de mi técnica sale quemando todo a su paso. La detengo en cuanto se rompe la barrera, pero ya he quemado una gran área y el fuego empieza a extenderse por el bosque.

Empiezo a alarmarme aunque poco después veo una gran ola de agua apagar las llamas, evitando un incendio.

Veo a Tobirama, con la ropa chamuscada y en bastantes malas condiciones, aunque todavía no le he vencido. Me pongo en posición de ataque, pero éste levanta una mano.

- Dejémoslo en empate, por hoy.

- Todavía no he terminado contigo.

- Ha sido divertido, pero el sol ya está saliendo, tengo que llevar a los muchachos a un lugar seguro, y no puedo permitirme debilitarme más estando Madara presente.

Madara se acerca a mí y pone una mano en mi hombro.

- Ya has hecho suficiente, has luchado bien.

- No obstante, aún no renuncio a tí, nos volveremos a ver.

Veo a los chicos a lo lejos, dentro de una barrera de agua que les ha protegido de mis llamas y a Tobirama deshacerla, para después llevárselos usando el Hiraishin.

- Maldita sea... ¿Tanta diferencia hay?

- Vámonos, ya hablaremos de ésto más tarde.

Ore wa... Uchiha Madara.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora