Volvemos a casa

95 17 1
                                    

Después de mi pelea con Tobirama, quedé tan débil que a penas me podía mantener en pié. Tuve que subirme a espaldas de Madara para regresar.

Supongo que Madara decidió regresar andando para que tubiera algo de tiempo para calmarme.

Pude realizar la técnica que le había visto hacer a Madara, pero no tuvo ni la misma potencia ni yo el mismo control sobre ella. Si Tobirama no hubiera estado allí, hubiera ardido el bosque y dañado a los de Konoha.

Me dolían las manos, quemadas por mis propias técnicas, tenía el cuerpo dolorido por todos los golpes de Tobirama, el pelo enmarañado y la ropa rasgada.

Él en cambio... Se adivinaban vestigios de la pelea en su ropa, pero apenas tenía algún rasguño.

La impotencia era insoportable y las lágrimas empezaron a inundar mis mejillas.

- ¿Porqué lloras? - preguntó Madara sin dejar de caminar ni bajarme de su espalda-.

- Porqué no pude vencerle.

- Ni podrás, no con tu poder y experiencia actuales.

- ¿Entonces porqué me dejaste pelear?

- Para hacerte más fuerte, y porqué habría herido tu orgullo alejándote de la pelea. Aunque ganas de matarle no me faltaban.

- Me siento tan impotente contra él, Madara.

- Luchaste bien, llegaste más lejos que muchos. Hubo Uchihas que murieron sin siquiera llegar a tocarle.

- Pero me da mucha rabia que sea tan superior a mí.

- Es un buen peleador, aunque no tan bueno cómo su hermano. En cuánto tenga la oportunidad, lo mataré.

- Por mi culpa se ha jodido la idea de vivir en paz, ¿Verdad?

- Tú no tienes la culpa de qué se haya obsesionado contigo.

- Estás muy comprensivo hoy, Madara.

- Estoy esperando el momento adecuado para desquitarme con el Senju. No solucionaría nada pagándolo contigo.

- Lo siento, Madara, por no ser más fuerte.

- Hasta hace un año no eras más que una civil normal sin conocimiento del chakra, no eres débil, y has superado a más de un Akatsuki. Es suficiente para mí, no pretendas alcanzarme a mí... Ni a él tampoco.

Al rato, cuando Madara sintió que mi respiración ya estaba más acompasada y mi chakra fluía con relativa calma, usó el kamui para reunirnos con los demás.

En cuánto nos vieron se acercaron corriendo a ver cómo estaba. Me avasallaron a preguntas que respondió Madara, hasta que pidió que me dejaran un poco de espacio.

- Me siento algo cansada por la pelea, si no os importa preferiría que hablaramos mañana.

- Oh, pequeña... Lo siento tanto... - se lamentaba Konan al borde de las lágrimas-.

- No te preocupes, ya viste todo lo que dijo, hubieramos terminado peleando de todas formas.

Madara, Itachi y Obito, nos llevaron usando el kamui a todos hasta la nueva guarida. Es más pequeña que la anterior, pero se ve muy acogedora. Siguen teniendo cada uno su habitación, excepto Madara y yo que la compartimos, y hay alguna de sobras. La cocina y el comedor están unidos y hay varias salas de entrenamiento en el sótano al igual que en la anterior.

- Hemos dejado habitaciones libres por si más adelante quieres traer a Fran o alguna de tus amigas. - me dice Orochimaru-.

- Gracias. Significa mucho para mí.

- Y no se parece en nada al lago de la cascada, pero hay unas balsas naturales cerca.

Orochimaru, Itachi y Sasori nos hicieron un tour por la casa y los alrededores, ya que han sido ellos los que la han construido. Es realmente impresionante cómo se pueden acelerar las cosas cuándo tienes las habilidades que ellos poseen. Sólo falta pintar y comprar algunos muebles más.

Madara se aseguró de pedirle a Orochimaru que borrara la marca que me había puesto Tobirama. No la había llegado a usar, pero era necesario asegurarnos de que no lo haría.

Nos estaba enseñando las balsas, y me quedé asombrada con la belleza del lugar. Estan en plena montaña, hay una balsa en la cima y el agua ha ido erosionando las rocas, de forma que se han creado pequeñas balsas a lo largo de toda la ladera.

Corro emocionada por el sendero que sube a la cima, haciendo una carrera con Hidan por ver quien llega antes. Llego la primera y doy saltitos de alegría celebrando mi victoria.

Pero mi momento de felicidad se escapa entre mis dedos como la niebla, cuando siento una mano en mi espalda y una presencia tras de mí.

El tiempo parece pararse y lo veo todo a camara lenta. Hidan, que iba tras de mí, lanza un kunai en mi dirección, cientos de papeles de konan se acercan a mí a toda velocidad, siento el poder de Nagato tirando de mi cuerpo en su dirección, y a Obito y Madara que estaban más lejos, aparecer frente a mí con el kamui.

Ambos intentan agarrarme y estiro mis brazos en su dirección intentanto sujetarme a ellos desesperadamente.

Siento la electricidad recorrer mi cuerpo y me mareo, obligándome a cerrar los ojos. Cuándo los abro, un paisaje totalmente distinto aparece frente a mí.

Pero no tengo tiempo para analizar nada, en cuestión de segundos, a parte de aparecer en otro lugar, siento las fuerzas abandonarme y mis manos atadas fuertemente a mi espalda.

Otra vez esa electricidad que me aturde, y otra vez, y pierdo la cuenta de quantas veces cambia el paisaje frente a mí. Hasta que finalmente se detiene en un lugar oscuro que huele a humedad y no puedo evitar el caer de rodillas, fruro del mareo y de la debilidad que siento.

- No quería tener que recurrir a ésto.

- Maldito seas... Tobirama.

- Sentí que borraban la marca que puse en tu cabeza, así que me has obligado a actuar antes de perderte la pista.

- ¿Cómo... me has encontrado?

- Volví a marcarte, durante nuestro combate. - dice acariciando la zona de mi espalda dónde habia notado antes su mano-.

Inevitablemente las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas. Sintiéndome incapaz de hacer nada, los chicos me han visto desaparecer en sus narices, Madara estará hechando humo ahora mismo.

Tobirama se sienta en el suelo contra la pared de piedra y tira de las cadenas que unen mis muñecas para que quede sentada entre sus piernas. Y me abraza.

- No llores.

- Va a matarte. Madara va a matarte.

- Que lo intente.

- Te recuerdo que ya te venció cuándo eras un resucitado.

- Entonces no disponía de todo mi poder.

- ¿Saben los otros Kages lo qué estás haciendo?

- Más o menos. Tsunade y Ai querían eliminarte junto al resto de Akatsuki, pero Naruto y Minato querían reunirse con ellos y hablar. Ninguna de las ideas me convencía, así que ahora voy por libre.

- ¿Qué quieres decir? Entonces... No vas a llevarme con los otros Kage?

- No, tengo otros planes para tí.

Ore wa... Uchiha Madara.Where stories live. Discover now