Despedida

318 31 0
                                    

POV Madara
Han pasado tres mese desde que traje a Alba por primera vez a Akatsuki. Se podría decir que se lleva bastante bien con todos. Ahora pasamos casi todo el tiempo en la guarida, yo me dedico a buscar y compartir información con Orochimaru y Nagato, mientras Alba entrena con los demás.
Me dijo que le gusta estar con ellos y hacerse más fuerte, también ha hecho una buena amistad con Konan, creo que incluso le cuenta más cosas que a mí. Sigo sin fiarme de Obito, no me gusta como la mira, aunque no ha vuelto a intentar nada.
- Madara-sama, ¿Que vamos a hacer con los Kages? -pregunta Nagato-.
La actividad de los antiguos kages ha ido en aumento. Al parecer no estan solos, tienen equipos organizados que estan peinando todo el mundo para tener controlados a los resucitados. La última pista que tenemos la encontró la invocación camaleón de Nagato en un pueblo al norte de España, tres tumbas frescas de cuerpos en los que se sentía la presencia de chakra.
- Se han acercado demasiado, deberíamos de hacerles una visita para asegurarnos que no nos molesten.
- Pero Madara, nos atacaran en cuanto lo vean a usted. -remarcó Orochimaru.
- Tal vez, pero debemos dejar en claro que no tenemos ningún tipo de plan malvado y que deseamos una vida tranquila, sinó trataran de destruirnos.
- ¿Y que pensais hacer?
- Iré personalmente a hablar con ellos, me llevaré a Obito también.
- ¿Que harás con Alba?
- Ella se quedará aquí, confío en que puedo dejarla bajo vuestra vigilancia.
- Como deseeis, Madara-sama. -concedió Nagato-.
Salgo por la puerta en dirección a la sala de entrenamiento número 1. Al llegar estan peleando Sasori y Kakuzu. Alba esta sentada junto a Hidan, Deidara y Obito, comentando la pelea.
- Obito.
El nombrado me sigue y le explico como esta la situación. Le pido que llame él mismo a Alba y nos deje solos.
- Madara, ¿Pasa algo? Obito dijo que querías hablar conmigo a solas y parece un poco nervioso.
- Voy a ir a buscar a los Kage, están demasiado cerca. Obito vendrá conmigo. Ya les he dicho a Nagato y Orochimaru que mantengan un ojo encima de ti.
- ¿Cuándo os vais?
- Mañana a primera hora.
Siento que su flujo de chakra se ha alterado. Yo tampoco quiero irme, prefiero mantenerla cerca pero es más seguro que se quede aquí.
- ¿Y si os acompaño? Tal vez ayude a convencerles de vuestra vida pacífica el testimonio de alguien de esta época.
- Buen argumento, pero no voy a ponerte en peligro.
- Tu mismo me has entrenado, sabes que soy capaz de defenderme.
- Se trata de los Kage, no son unos shinobis cualquiera.
- Lo sé, lo siento. No debí cuestionarte.

Alba ha aprendido que mis decisiones son siempre las mejores y que aunque no vea el motivo detras de mis acciones siempre lo hay. Normalmente se limita a confiar en mi palabra y obedecer sin rechistar, creo que ya puedo decir que me conoce y sabe como soy. Pero entiendo que haya querido questionarme cuando se trata de separarla de mi lado. La verdad es que nos hemos vuelto muy cercanos. Tampoco será fácil para mi.
- ¿Te portaras bien y esperarás mi regreso, pequeña?
- Por supuesto. Seguiré entrenando y te sorprenderé con alguna nueva técnica cuando vuelvas.
- Jajaja Esperare con ánsias ver tus progresos.
Me abrazó fuerte tomándome por sorpresa, pero correspondí su abrazo. Me gusta sentirla cerca.
- Madara, sólo te pido que vuelvas, por favor.
- Lo haré, pase lo que pase, no lo dudes.
Y así nos quedamos un rato más, en silencio abrazados, diciendo a través del abrazo todo lo que no nos atrevímos a decir con palabras.
Lo siento pequeña, pero no debo mostrate mis sentimientos. Mi mundo es demasiado peligroso para ti y parece perseguirme como una maldición. Pese a todas las mentiras que hay detrás, tal vez si exista una maldición por la cual los Uchiha no podemos amar y estemos destinados a seguir con el odio hasta el fin de nuestros días. Al menos si mantengo contigo una relación sensei-alumna o incluso de amistad, no te verás arrastrada a todo lo que ser un shinobi comporta. Tal vez mi época pasó, pero los ninjas hemos vuelto en un tiempo en el que nadie puede hacernos frente, el más débil de los ninja derrotaria al más fuerte de los hombres actuales.
Alba y yo pasamos el resto del dia sin separarnos el uno del otro y nos fuimos pronto a dormir, abrazandonos y disfrutando la compañía del otro, sin saber si llegaría el dia en que podríamos volver a dormir juntos. Ésta noche me hubiera gustado confesarle mis sentimientos y hacerle el amor como si fuera mi mujer, pero no debo mezclarla tanto en mi vida, debo mantenerla a distancia, por ella, por mí, por ambos.
Al amanecer, me levanto mientras ella aún duerme placidamente. Escribo una nota y la clavo en la pared con un kunai. La miro por última vez, dejo un beso en su frente y voy a mi encuentro con Obito.

POV Alba
El aire de la mañana y el sonido de los pájaros se cuela por la ventana. Siento la cama aún caliente, hace poco que Madara se fué. Me levanto, me doy una ducha y me visto con unas mayas cortas negras de deporte y una camisata de tirantes ancha. Ha aumentado en mi armario la ropa de deporte cómoda, puesto que me he aficionado a entrenar con ciertos ninjas de otra época.
Me dispongo a ir con los Akatsuki cuando veo una nota clavada con un kunai en la puerta de mi habitación.

No confíes en nadie,
Sé fuerte por ti misma, cuando todo ésto acabe te buscaré.

Muy típico tuyo, Madara. Confía en mí, yo jamás te fallaré. Seguiré entrenando para hacer más fuerte y mantenerme siempe a tu lado, no quiero que vuelvas a sentir los mismos sentimientos que en tus otras vidas, yo estaré aquí para cuidarte, aunque quieras que sea sólo una amiga, para mí significas mucho más.
Siempre velaré por tí, allá dónde vayas. Me guardo el kunai y sigo mi camino, tal vez deba pedirles que me enseñen a pelear con armas además del taijutsu.
- Abuelo, iré a entrenar con los chicos.
Mi abuelo cree que tengo un grupo de amigos con los que vamos a caminar por el monte y hacer aerobic.
- Vale niña, yo iré a cazar, nos harán falta reservas y no sabemos si Madara se quedará aquí de nuevo cuando regrese de sus vacaciones.
- Abuelo, ya estás mayor para ir a cazar, deberías quedarte en casa, yo iré.
- No es necesario, aún estoy fuerte y tu has quedado con tus amigos.
- Está bien pero no te alejes mucho, y otro dia que falten reservas me avisas y voy yo.
- Ya niña, vete, no los hagas esperar.
- Jaja Vale abuelito, ve con mucho cuidado.
Le doy un beso en la mejilla, lo abrazo y me voy. Pain y Madara me han estado instruyendo en el control del chakra y ya puedo hacer cosas simples cómo saltar entre los árboles y andar por el agua, cosa que me permite llegar antes.
Llego al mismo tiempo que veo a Hidan y Kakuzu en la entrada.
- Oi enana, date prisa que te esperamos.
- ¿Y eso que me esperáis?
- Sentimos tu chakra cerca y decidimos esperarte antes de entrar. -aclaró Kakuzu-.
- Ah gracias y... ¿Cómo es que Hidan está con la apariencia Jashinista?
- Ah, bueno, llegó un halcón de Madara temprano diciendo que habia unos ninja débiles cerca, para que les sacáramos información.
- ¿Y?
- Nada, sólo huían hacia el maldito sur para alejarse de dónde fueron vistos los putos Kage, así que se los ofrecí a Jashin-sama.

Soy consciente de que me junto con una panda de criminales y asesinos, pero sigue dejándome sin palabras en situaciones como esta y que ellos lo vean tan normal. ¡Acaba de matar a dos hombres, joder!
- Oi Alba, te veo jodidamente pensativa hoy. ¿Pasa algo?
- Mmm... Pués si, verás, Hidan ¿Tu eres experto en la lucha con armas, verdad?
- Efectivamente preciosa, pero mi preferida es la puta guadaña, corta la jodida carne sin dificultar mis malditos movimientos, me pone cachondo.
- Hidan cierra esa puta boca si sólo vas a soltar puta mierda. -vociferó Kakuzu harto de su compañero.
- Tranquilo colega, a Alba y a Jashin-sama no les molesta que hable así.

Está decidido, Hidan es el adecuado para esto. Acelero el paso y me pongo delante de Hidan barrándole el paso, o ahora o nunca.
- Hidan ¡Enseñame a pelear usando armas por favor!
Al igual que es costumbre en su país de origen me inclino hacia delante poniendo mis manos en mis rodillas en señal de ruego. Ambos se han quedado quietos. No levanto la cabeza pero siento sus miradas sobre mí. Oigo a Hidan suspirar.
- ¿Tu sabes lo que me pides, preciosa?
- ¿Eh? -pregunto levantando la cabeza.
Abro los ojos sorprendida al ver en Kakuzu una mirada de interés y a Hidan serio. És la primera vez que lo veo hablando tan en serio, pero parece que tengo una oportunidad y no la voy a desaprovechar.
- Soy consciente de lo que supone un entrenamiento con armas, os he visto hacerlo. Los mejores con las armas sois tu e Itachi, sé que se lo estoy pidiendo a la persona adecuada.
- A Madara no le va a gustar nada ésto.
- Soy yo la que te pide que me entrenes, toda culpa cae sobre mis hombros. Si llega a pasarme algo todo es bajo mi própia responsabilidad.

Hidan sin apartar su vista de mi lleva una mano a su guadaña, la levante y la baja de golpe llevándola a mi cuello. Sé cómo funcionan éstas cosas, solo quiere meterme miedo y me heche para atrás, pero no pienso hacerlo. En ningún momento cierro los ojos, ni para parpadear, levanto más la cabeza mirándolo fijamente a los ojos e inflo el pecho con orgullo. Hidan ladea la cabeza y me sonrie satisfecho.
- De acuerdo, pero te advierto que no tendré piedad. -dice y me corta en la mejilla. Se lleva la guadaña a la boca y lame mi sangre, volviendo a oscurecer los tatuajes que ya empezaban a desvanecerse en su piel.
- Hah, esto será interesante. -apuntó Kakuzu.
Y así fué cómo paso a paso me fuí integrando en Akatsuki, aprendiendo, peleando y tratando de acercarme al mundo del que Madara quiere alejarme.

Ore wa... Uchiha Madara.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon