Siempre

103 17 2
                                    

- ¿Que Madara te ha pedido qué?

Miro a Naruto aún con lágrimas en los ojos creyendo haberle escuchado mal.

- Obito me pidió que hablara contigo porqué dice que pareces anclada en el pasado. Después Madara habló conmigo en privado. Dejó su orgullo a un lado y me pidió que averiguara que fue lo que hizo para que le odiaras, para que después de todo prefirieses a Tobirama antes que a él.

Mi mente quedó en blanco.

- ¿Madara cree que le odio?

- ¿Lo haces?

- ¡No! Por supuesto que no. Yo... Le amo.

- ¿Entonces porque le apartas?

- Porqué... No soy digna de él. Yo... Me acosté con Tobirama, Naruto. Le fuí infiel.

- ¿Pero no recordabas a Madara, no?

- No, no lo hacía. Pero ahora lo hago. Y me siento tan culpable.

- No podías hacer nada.

- Podía no haberle creído... Podría haber peleado más para escapar, no lo sé, seguro que hay algo que hubiera podido cambiar.

- El pasado, es eso. Sólo pasado. Y tanto tu cómo Madara queréis estar juntos. Así que ahora vamos a volver y vas a decirle lo que sientes de verdad.

- No puedo, Naruto. No puedo mirarle a la cara.

- Debes mirar hacia el futuro.

- Madara no va a perdonarme.

- Debería ser él quien decida a quien perdonar y a quien no.

Permanecemos unos minutos más en silencio, yo reflexionando y Naruto dejándome darle vueltas al asunto.

- Naruto... Gracias.

El jinchuuriki del nueve colas me dedica una enorme sonrisa de zorro que se me contagia en seguida.

- ¿Volvemos con los demás?

- Hm. Si, volvamos.

Ofrezco mi mano al Uzumaki rubio y en cuánto éste la toma uso el kamui para volver a la guarida.

No me sorprende ver a todos, incluidos los de Konoha y Minato, ahí esperándonos.

Nadie dice nada, y la decisión que tenía hace apenas unos segundos se esfuma poco a poco.

Suelto la mano de Naruto y salgo a paso rápido de la guarida, deseando alejarme de todas sus miradas.

— Alba, espera.

Obito me alcanza y me sujeta el brazo impidiendo mi marcha.

— ¿Qué quieres?

— ¿Habéis hablado?

— Por supuesto. ¿Algo más?

No se que esperaba de mí, pero cómo no supo que mas decir finalmente me soltó.

— ¿Puedo al menos saber dónde vas?

— De regreso a la cascada, voy a ver a los lobos.

— ¿Cuándo regresarás?

— No lo sé, Obito. Necesito pensar.

— Si necesitas alguien con quien hablar... Estoy aquí para tí, pequeña.

Mi corazón dolió ante su afirmación, sabiendo que todos ellos sufrían por mi.

Me acerqué a Obito y sin que éste lo viera a venir le abracé. Se sorprendió, pero poco tardó en corresponder mi abrazo y reposar su cabeza sobre la mía, dando suaves caricias sobre mi espalda.

Ore wa... Uchiha Madara.Where stories live. Discover now