Franchesca

220 25 6
                                    

POV Alba
Hoy por fin es el dia acordado, hoy va a venir mi amiga Fanchesca a la guarida a quedarse un par de dias conmigo. Lleva años en el estranjero pero siempre ha sido de mis mejores amigas junto con Ana, me muero de ganas por verla. No se como se tome todo esto de los ninjas pero no quiero tener secretos con ella.
No tener secretos... Eso es algo que decidí tras perder a mi abuelo. Se que él confiaba en Madara, que le hubiera gustado saber que estábamos juntos y hasta que punto me quiere, pero no pudo ser. Al menos con su muerte pude despertar el mangekyou y nuevas habilidades que me ayudaron a escapar de los kages cuando me secuestraron junto con los espadachines de la niebla.
- Alba, te veo distraida. Te recuerdo que yo no conozco el camino.
- Tienes razon, Itachi. Me perdí un poco en mis pensamientos lo siento. Debemos seguir por esa calle. -dije señalando a nuestra izquierda.
Efectivamente, como Itachi iba a ser el vigilante y cuidador de mi amiga me habia acompañado a buscarla a la estación. Madara no queria que fuera sola pero tampoco le entusiasmaba la idea de dejarse ver por la ciudad, así que Itachi era el mejor acompañante para elegir en esta ocasión.
Llegamos pronto, todavía faltaban 10minutos para que llegara su tren. Mientras esperamos yo no podia parar de hablar de Franchesca, de lo amigas que éramos y de los buenos momentos que pasamos juntas. De seguro Itachi incluso se planteó que me gustara mi amiga por lo feliz que estaba de volver a verla. No podia borrar la enorme sonrisa que permanecía pintada en mi cara.
Por fin, después de la larga, larga espera, llegó el tan ansiado tren. Ví vaja multitud de personas, grandes, pequeños, jóvenes, viejos... Hasta que por fin la ví a ella, a mi amiga de la infancia que tanto tiempo pasé sin poder ver. Corrí hacia ella ahogándola en un abrazo provocando que soltara su pesada maleta.
- ¡¡Fraaaaaaaaaan!! -exclamé feliz-.
- ¡¡Albiiiiiiii!! -correspondió a mi abrazo con la misma intensidad- Te he hechado tanto de menos amiga... Me sentí tan sola al dejaros aqui...
Ví como una lágrima traicionera se escapaba de los ojos de Fran, haciendo que la abrazara más fuerte.
- Em... Disculpad, chicas. Sé que os echabais de menos, pero tal vez podríais hablar en la guarida y no aquí en medio de tanta gente, esto es incomodo... -dijo Itachi lo suficientemente alto como para que solo lo escuharamos nosotras dos. Nos separamos lentamente y pude ver una mirada de confusión en los ojos de Fran.
- Este chico es tu novio?
- No, él no podía venir. Pero pronto lo conocerás. Él es un buen amigo, te presento a Itachi.
- Itachi Uchiha, un placer. -dijo con una pequeña inclinación de cabeza-.
Pude ver a Fran sonrojarse hasta los topes, ai pobre, no me acordaba de lo tímida que es con los chicos... Bueno, ya se le pasará.
Después de las presentaciones nos encaminamos hacia la guarida. Por el camino ambas hablábamos amenamente sobre lo sucedido en nuestras vidas durante esos años que estuvimos separadas, mientras Itachi no seguía por detrás sin decir palabra escuchando atentamente nuestra conversación. Detube nuestro diálogo al llegar al lindar del bosque.
- ¿Dónde vámos? ¿Tus amigos también viven en el bosque?
- Si. Bueno, verás... Ahora que ya estamos lejos de la gente ya puedo explicarte un poco como está la situación.

En un lapso de tiempo de aproximadamente media hora le resumí que son ninjas resucitados, que estan perseguidos, que fueron criminales, que me he enamorado perdidamente de su lider, le dije un poco de cada uno y que yo también habia entrenado y ahora tenia chakra, entre otros asuntos que creí importantes. La cara de mi amiga era un poema, me miraba como si fuera un alien.
- ¿Alguna duda?
- Mmm... ¿Tomas medicación o algo?
- Aix, sabía que te iba a costar de asimilar. Pero no me preocupa, verás en seguida que lo que digo es cierto. Itachi, vayámos por los árboles, llegaremos antes.
- ¿Quieres que la llebe, verdad?
- Exacto. -sonreí maliciosamente-.
Sin preguntar, Itachi se acercó a Franchesca y la cogió en brazos como si fuera una princesa. Ella se quedó paralizada balbuceando.
- O-oy-oye que que que crees que esta-estas ha-haciendo?
- Sujétate fuerte, iremos rápido.
Dicho esto ví como Itachi empezó a saltar velozmente entre las ramas sin esperarme siquiera.
- ¡Aahh! ¡Bájameeee!
- Fran ya deja de gritar o creeran que alguien nos ataca.
Al llegar pude ver la cara de miedo que traía mi amiga. Al parecer no le gustó demasiado esto de verse volando entre los árboles a gran velocidad. Itachi la bajó delicadamente hasta que sus pies tocaron el suelo.
- Por fin... -suspiró-.
- Vámos, ya casi es la hora de comer. Hoy le toca a Itachi cocinar así que nos quedaremos con él y te presentaré a los demás mientras comemos.
Ambos asintieron con la cabeza y me siguieron hasta la cocina. Fran y yo nos sentamos en la pequeña mesa de la cocina mientras Itachi preparaba la comida. Al reto alguien nos interrumpió entrando en la cocina.
- Oh, vaya, así que ella es la amiga de Alba. -dijo Hidan con una sonrisa socarrona enmarcando su rostro-.
- Bueno os presento, Fran Hidan, Hidan Fran.
- Un placer, belleza.
- Gra-gracias, su-supongo. Encantada de co-co-conocerte.
- Vaya, ¿Mi presencia te pone nerviosa, nena?
- ¿Que? ¿Po-porqué di-dices eso?
Hidan a medida que hablaba se estaba acercando de más a mi amiga, provocandole una incomodidad apreciable a kilómetros de distáncia.
- Hiiiiidan... -iba a regañarle cuando de golpe...
¡¡¡PLAAASSS!!!
- Oii, Puto Itachi de los cojones. ¿Porque mierda hiciste eso?
¡¡¡PLAAASSS!!!
Hidan se alejó sobandose la cabeza después de los dos sartenazos que le habia metido Itachi, previniendo un tercer ataque mientras nosotras nos partíamos de la risa.
- El primer golpe por molestar a la muchacha, el segundo por tu molesto vocabulario. Y si vuelves a molestarla no será una sarten lo que impacte contra tu cabeza.
- ¿Quieres pelea?
- Ei, ei, ya chicos, no lo llevemos más allá de lo que es.
Ambos permanecieron chocando miradas unos segundos hasta que finalmente los dos estallaron en risas.
- Más te vale que no sea una sartén la próxima vez, porque yo no tendré piedad. -dijo saliendo de la cocina y dejándonos a los tres solos de nuevo.
- ¿Son bipolares o qué? -susurró Fran intentando que solo yo la oyera-.
- Algo así... -concedió Itachi con una pequeña sonrisa provocando el sonrojo de ella.
- Bueno, yo me voy a ir avisando a la tropa para que vengan a comer, os dejo solos un ratito.
- ¿Eh? Pe-per-pero si a-apenas lo co-co-conozco, no me dejes so-sola...
- Tranquila, no te hará nada, es el más normal de por aquí.
- Eso no me ca-calma mucho que digamos.
- Tranquila Franchesca, -habló Itachi- no voy a morderte. Estoy aqui para cuidar de tí.
Ella solo agachó la cabeza sin responder y me fuí dejándola más roja que un tomatito. Caminé por los pasadizos de la guarida llamando a todos. Les avisé también de que mi amiga estaba aquí y que fueran simpáticos con ella. Mientras cerraba la puerta del cuarto de Deidara sentí unas manos grandes y fuertes posarse en mis caderas mientras una larga melena caía rozaba mi brazo.
-Madara...
- Te he hechado de menos, princesa.
- Y yo a ti.
Giré para quedar frente a frente y nos besamos con ganas. Tan solo habian sido un par de horas pero ya anhelaba sentir de nuevo su toque sobre mi piel.
- ¿Todo bien con tu amiga?
- Si, está en la cocina con Itachi. Aunque creo que le costará un poquito asimilar todo lo de que sois ninjas resucitados y tal.
- No te preocupes por eso, Itachi se encargará de que entienda. Y sinó le borramos la memoria y listos.
- Madara...
- Solo bromeaba. -dijo antes de dejar otro beso en mis labios-.
- Ei, la comida es en otro lado. -dijo un molesto Hideki pasando a nuestro lado-.
- Alba es mía y puedo degustarla siempre que me apetezca y dónde yo lo quiera, Hyuga.
- No, Madara, tiene razón, deberíamos de ir a comer.
Madara solo gruñó por haber defendido las palabras de Hideki, aún sabiendo lo que él siente por mí. Espero que no tengamos ninguna discusión delante de mi amiga, ya esta lo suficientemente incómoda sin conocer a nadie como para que haya discusiones.
- ¡Aah!
Oí un grito que venía de la cocina. Madara, Hideki y yo corrímos en esa dirección y nos quedamos en la puerta observando la escena.
Una sonrojada Fran se encontraba sobre el pecho del azabache que a su vez la sujetaba por la cintura, apoyados en una de las paredes de la cocina.
- ¿Pero qué...?

Ore wa... Uchiha Madara.Where stories live. Discover now