IV

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Los meses siguieron pasando. Alice gracias al esfuerzo de sus padres, pudo mudarse a una casa en la calle Elm. Mudarse fue lo mejor que pudo hacer, se alejó de FP y logró recuperar su amistad con Gladys, pero la de FP fue imposible.

Si se topaban en la escuela no se saludaban, ni la mirada se dirigían. FP  salió con otra niña, pero al igual que su relación con Gladys, no funcionó.

La soledad comenzó a invadirlo y fue a buscar a la única persona que podía ayudarlo, Alice Smith. Por Hermoine supo cuál era la casa nueva de la rubia y su habitación. Al llegar a la casa de los Smiths vio una escalera y la acercó a dónde Hermoine le había dicho, subió y lo primero que pudo ver fue una habítacion de color rosa pastel, nada habitual en Alice, ya que siempre había detestado ese color.

De la Alice que él conoció ya no quedaba mucho, su habitación había cambiado por un color que ella no soportaba, siempre había dicho que prefería el negro y el azul, lo único bueno es que aún conservaba esa ropa que los distinguía de los del norte, pero no por mucho tiempo ya ya la vio colgando ropa de tonos pastel en el clóset. Tocó y después de muchos meses hizo contacto visual con esos ojos azules, ella le abrió.

— ¿Qué diablos haces aquí Jones? — se sentó en su cama

— Vine a verte — bajó la mirada — Te extraño

Nuevamente, dos palabras, que tenían un solo significado, pero su uso muchas veces no era el adecuado.

— Por favor. Si me extrañaras, ni me hubieras estado evadiendo todo esté tiempo. Al otro día de que te dije lo que sentía por ti, tenía miedo de ir a la maldita escuela, no tenía el valor de verte ¿Te acuerdas que iba con Penélope y Hermoine? Te vi, ibas con Fred y con los otros idiotas, me viste y te diste la vuelta — comenzó a reclamar, pero él no la miraba, seguía con la mirada baja

— Es que literal si me gustas un poco, pero yo sé como soy y no quiero causarte algún daño

— No quiero escucharte, vete por favor — le volvió a abrir la ventana — cuidado, no te vayas a caer y si si, pues mejor. Ya no te veré ni siquiera en la escuela

— Eres increíble Alice — se enojó — vengo a decirte que me gustas un poco y ¿Eso es lo que me dices?

— No. A ti se te hace fácil venir a mi casa y decirme que te gustó un poco, cuando no tienes ni idea de que pude haber perdido a mi mejor amiga por enamorarme de ti

— Yo no tengo la culpa de que tú te confundieras, yo jamás te di señales

— No estoy confundida. Me enamoré de ti — estaba a nada de derramar unas lágrimas — Lárgate — lo empujó — que te vayas

— Quería recuperar nuestra amistad

— No sé puede. Adiós FP

FP comenzó a bajar las escaleras hasta llegar al suelo. Miró hacia arriba esperando que Alice estuviera en la ventana, pero no fue así.

Pasó un año desde que no habían cruzado palabra alguna, si se veían en la escuela solo se ignoraban. Alice tuvo una oportunidad de salir con Cliford Blossom, pero él no iba en serio, quería algo más y ella no estuvo de acuerdo, así que nuevamente Alice terminó con él corazón roto.

FP comenzó a beber, cosa que no había sido nada bueno, ya que había descuidado la escuela.

Los meses siguientes fueron duros para ambos, hasta que por fin FP decidió darle una oportunidad a Alice.

Habían quedado en conocerse, y así fue. El trato había sido que sería fuera de la escuela, dónde nadie los viera. Alice estaba perdidamente enamorada de él, que aceptó, al cabo de una semana todo se volvió diferente.

El hilo rojoWhere stories live. Discover now