XVII

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"Y cuando menos te lo esperas, cuando crees que todo va en el sentido equivocado, que tu vida, programada en cada mínimo detalle está naufragando…de repente, sucede" - Federico Moccia

La casa de los Cooper se volvió prácticamente una atracción turística, gente de todos Riverdale iba a ver la casa del enmascarado. Si veían a Betty, Kristell o a Alice, las acosaban, todo por obtener una entrevista de la esposa o las hijas del enmascarado. Hal había acabado con la vida de ellas también, las había matado en vida.

Jughead estaba con ellas, no sabía que decir, ni como actuar.

— Señora Smith — habló a la rubia que llevaba horas llorando, en realidad es lo que había estado haciendo los últimos días, y bebiendo

— Dime Juguead — respondió pero siguió mirando su copa

— ¿Puedo ir con Betty a Pop's? — su suegra no respondió — nos llevaríamos a Kristell, claro, si usted quiere, o nos podemos quedar con usted

— Llevalas, no tienen porqué quedarse con una vieja como yo — agachó la cabeza y en ese momento tocaron — ¿Puedes ver quién es?

Juguead se fue, por suerte no Erna reporteros, si no Fred y Hermoine, la latina llevaba en la mano una botella de vino. El joven de gorro los llevó al comedor donde estaba Alice.

— ¿Quién era Juguead?

— Nosotros — hablaron al unísono

— ¿Qué hacen aquí?

— Estábamos preocupados por ti y creímos que tal vez podríamos tomar algo — alzó la botella que tenía en la mano

— Mamá ya nos vamos. Kristell dijo que nos alcanzará más tarde

— Si cariño. Cuidalas Juguead

— Te quiero mamá — le dio un beso y se fue con Juguead

— Si quieres nos podemos ir

— No Fred, quédense, total Kristell va a alcanzar a Betty y a Juguead y que me quedaré sola, como es costumbre — se soltó a llorar más

Fred y Hermoine tomaron asiento, no sabían si acercarse o no a Alice, así que solo cruzaban miradas entre ellos y la latina con su pie acariciaba la pierna de Fred. Kristell bajó sorprendiendolos, pero no dijo nada, solo se despidió de su mamá y se fue, pero al abrir la puerta se topó a un hombre alto, de cabello oscuro que estaba a nada de tocar la puerta y sonrió al verlo.

— Oh, hola señor papá de Juguead

— Hola Kristell ¿A dónde vas?

— ¿Qué hace usted aquí en mi casa?. Perdón, voy justamente con su hijo y mi hermana, a estar de mal tercio porque mi mamá se la ha pasado llorandole al idiota de mi padre — sonrió

— ¿Y tú cómo estás con eso?

— Si de por sí sentía que me volvía loca, ahora sí lo estoy completamente — ella solía hacer referencia a su enfermedad con comentarios como ese, luego recordó que FP no sabía — perdón — lo agarró del brazo y lo jaló — pásale, mi mamá está en el comedor con Fred y Hermoine. Hazle compañía, así ya deja de ser mal tercio, tal vez, bueno, yo no sé, o tal vez si, desde mi punto de vista mi madre está frustrada

— Eso todos lo sabemos — dijo en un susurro — no le digas nada, ya vez como se pone

— O sea no, de esa manera no. Si no de la otra — le guiñó el ojo — tú me entiendes. Bueno, me tengo que ir — le dio palmaditas en su brazo — tú también te vez frustrado. Adiós — se fue y cerró la puerta

El hilo rojoWhere stories live. Discover now