LXII

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"La pesadilla de la esquizofrenia, es no saber que es verdad"

Alice, FP, Juguead y Betty, estaban en la sala sentados, mirándose los unos a otros. Kristell se había encerrado todo el día en la habitación y los gemelos dormían plácidamente. Por suerte Betty había convencido a su madre de que se alejara un rato de ellos, pues no se había querido separar de ellos en ningún momento.

— Voy a ver a los gemelos — se alizó el pantalón y se levantó

— Alice, están dormidos — interrumpió Juguead, están bien

— Si, pero creo que debería ir

— Mamá, estás muy nerviosa

— ¿Cómo quieres que no esté nerviosa? Si tu padre anda por allá afuera — levantó la voz — lo siento Betty, no quise

— Tranquila — asintió — no pasa nada

— Ven — la jaló de la muñeca y la sentó en su regazo

En el piso de arriba se encontraba la hija mayor de Alice y FP, desde la mañana había estado recibiendo mensajes, que por más que quiso ignorar no pudo. Algo desconcertada y fuera de si, se levantó de la cama para dirigirse a la habitación de sus hermanos menores.

Al llegar se quedó parada en la puerta unos segundos, vio las cunas, las decoraciones que sus papás habían puesto, una foto de ellos con los gemelos en el hospital. Comenzó a caminar a pasos lentos hasta que se detuvo en las cunas, miró a los dos dormir tranquilamente.

— Nunca me gustaron los bebés ¿Sabían? — con su mano derecha acarició la mejilla de Astrid y con la otra a Patrick. Los dos niños comenzaron a removerse — No se muevan, no quiero que lloren, porque si lloran no será nada bueno

Cómo si se los hubiera pedido, los gemelos comenzaron a llorar, cosa que hizo que comenzara a desesperarse, se llevó las manos a la cabeza y tiró de su cabello rubio.

— ¡Les dije que no lloraran! — gritó

FP y Alice llegaron corriendo amla habitación de los gemelos, vieron a su hija sacando a Patrick de la cuna. Los dos se preocuparon, estaba hablando cosas sin sentido para ellos. 

— ¿Qué les hiciste? — preguntó Alice

— Mamá — se volteó rápidamente y la ojiazul notó en sus ojos que no estaba bien

— ¿Qué te pasa? — preguntó preocupada

— A mi nada — negó con la cabeza — dame a Patrick, se te puede caer

— ¡No! — gritó y el niño comenzó a llorar más fuerte — Dime algo Alice ¿Porqué tenías que meterte otra vez como él? — miró a FP — ahora por culpa de eso y porque estos dos niños nacieron, Hal se enojó y ahora todo el pueblo está hablando de que estoy loca

— Vamos a hablar — se acercó a ella y con la mirada le dijo a Alice que sacara a la niña de la cuna, y así fue

— No quiero hablar... Y ni pienses en acercarte más — caminó hasta la ventana — ni se les ocurra acercarse

— Alice háblale a Juguead — la rubia salió en busca del hijo de su novio — tu mamá ya se fue, ahora dame a tu hermano. Te puedes lastimar, retirate de la ventana

— Oh por Dios — dijo Juguead

— ¿Porqué nunca me dijiste que la vez que quise enterrarle un cuchillo a Hal y me internaron, tú prohibiste ir me visitaran? Me dejaste ahí por dos meses, creyendo que se habían olvidado de mi

El hilo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora