XXIV

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"Entonces empezó el viento, tibio, incipiente, lleno de voces del pasado, de murmullos de geranios antiguos, de suspiros de desengaños anteriores a las nostalgias más tenaces" - Gabriel García Márquez

La tercer noche que asistían a la escuela, solo les faltaba una para dar por terminado el juego. Antes de empezar a jugar siempre se juntaban para dividirse e ir a revisar que nadie anduviera por la escuela.

— Fred ¿Qué tanto le vez a Hiram y a Hermoine? — le preguntó a su ex marido — Fred, te estoy hablando

— Perdona ¿Qué decías?

— Hiram, Hermoine — también los miró

— Lo mismo de siempre — sonrió amablemente, vayamos a jugar

Estaban sentados en el suelo, con el tablero en medio de ellos y las miradas más preocupantes que podían tener.

— Caballero tiene que besar. Ala Reyna roja  — Penélope habló. La verdad con la llegada de Mary todo se había vuelto raro, con el asunto de Fred, Hiram y Hermoine

— Ya hazlo Fred, no va a pasar nada — la rubia se recargó en FP últimamente había estado muy cansada, era demasiada presión la que ya estaban teniendo  — ya la has besado antes

— Si, tienes razón Alice — se acercó a Mary para besarla, pero fue detenido por Penélope, que era la ama del juego — ¿Qué pasa?

— Un momento, no me dejaron terminar, aquí dice que al mismo tiempo tienes que besar a la ladrona

Los ojos de Hermoine se abrieron como platos, eso ya no le estaba gustando y solo miró a Hiram e hizo algo que nunca había hecho delante de los demás, le tomó la mano.

— Yo no voy a hacer eso

— Esto ya se volvió demasiado incómodo — Sierra habló — ¿De verdad eso dice? No somos adolescentes como para hacer estás cosas

— Lee la misión por ti misma — le entregó la tarjeta — tienen que hacerlo para que nos den una pista para saber porque estamos aquí jugando

— Por mi no hay problema — la otra pelirroja habló

No queriendo Hermoine soltó la mano de Hiram y se acercó a Mary y a Fred que estaba sentados juntos, solo movió la cabeza de arriba a abajo para darles autorización. Los tres se unieron en un beso.

Hiram trataba de mirar a otro lado, que mejor se levantó y se sentó detrás de Alice y FP, recargando su espalda en los dos para quedar mirando a la pared.

— Me dicen cuando terminen — se cruzó de brazos y cerró los ojos

— Hiram, ya terminaron — la rubia se volteó para informarle al moreno

— Muy bien ¿Qué sigue Penélope? — Hiram preguntó

— Ir a buscar más monedas

Todos se levantaron y se fueron, pero cuando volvieron a unirse faltaba Penélope Blossom.

— Un minuto ¿Dónde está Penélope? — la ojiazul preguntó, pero antes de que alguien pudiera responderle, escucharon el gritó de la pelirroja y corrieron a buscarla

— ¿Qué pasó Penélope? — FP trató de hacerla regresar en si, pero solo señaló un lugar, todos voltearon y vieron un anunciado en el pizarrón escrito la parecer en sangre "Salgan al jardín, a donde mataron a ese pecador"

Se dirigieron a dónde decía y llegaron. Los recuerdos comenzaron a golpear sus mentes, aún recordaban exactamente cuando habían llegado y ese hombre tenía a Hermoine y a Penélope contra el suelo, arriba de ellas para que no pudieran soltarse, lo que vieron e hicieron esa noche, los dejó traumados. Es hombre besaba el cuello de Hermoine y con la mano tocaba a Penélope, por más que la pelirroja quiso, nunca pudo safarse para salvarse a ella y a la morena,las encontraron semidesnudas, su ropa tirada a una distancia de ahí toda desgarrada.

— Vámonos de aquí — Hermoine tenía los ojos cristalizados. Se quiso ir pero Alice la tomó por la mano

— Todo va a acabar — le dio un abrazo — que se quede Martí con nosotras en lo que ustedes van a ver qué hay ahí

Los hombres aceptaron y Mantle se quedó con ellas, desde el lugar en el que estaban veían como Fred, Hiram, FP y Tom sacaban unas palas detrás del arbusto en el que había pasado todo hace años.

— Martí ven — gritó Fred

— ¿No nos vas a dejar solas verdad? — preguntó Hermoine

— No, pero tengo que ir. ¿Pueden ir? — miró a la latina y a la pelirroja, ellas asintieron — bien, vamos — caminó detrás de todas las mujeres, hasta llegar a dónde estaban los demás

— Encontramos un papel, que dice que tenemos que cavar — Hiram dejaba su sacó en el suelo — toma una pala

Los 5 hombres se pusieron a cavar un hoyo. Después de un rato FP golpeó algo y se apresuraron. Encontraron el cuerpo que no habían encontrado en el bosque.

— ¿Cómo llegó aquí? — Tom preguntó, mientras se tapaba la nariz, el olor putrefacto del cuerpo era fuerte — salgamos de aquí — salieron del hoyo

— Huele horrible — la rubia habló

— ¿Qué querías? No iba a oler bonito, no sabemos momificar cuerpos, no lo llevamos a la morgue — dijo FP mientras la abrazaba

— ¿Qué vamos a hacer con el cuerpo? — Sierra miró a Tom — no lo podemos dejar ahí

— No lo sé amor — hizo lo mismo que FP

— Nadie tiene la mente fría para variar ahorita, ni siquiera Hiram — Mary dijo — no estamos aquí ahorita, nuestra mente se regresó a hace años cuando lo matamos — dijo con lágrimas en los ojos

Una ola de viento y polvo los golpeó en las caras, agitando el cabello de las mujeres. A lo lejos Martí vio una sombra corriendo hacia ellos, de la nada una figura se les apareció, era el rey gárgola, Hermoine se desmayó, cayendo sobre los brazos de Hiram. Estaban en shock, la figura comenzó a perseguirlos, Hiram cargó a Hermoine e intentaron correr lo más que pudieron, ese juego tenía un impacto psicológico sobre ellos demasiado fuerte, las piernas dejaron de responderles a la mayoría. La figura no iba a una velocidad rápida, pero los estaba acorralando, los carros estaban lejos, del otro lado de la escuela, de la nad auna camioneta apareció y pudieron ver a una castaña.

— ¡Suban rápido! — gritó y al reconocerla subieron a la parte de atrás, estaban perdiendo tiempo en subir que el rey gárgola los estaba alcanzando

— Fred — gritó Hiram — toma a Hermoine — el hombre recibió a la pelinegra y los demás lo ayudaron. El último en subir fue Hiram — Vámonos Gladys, arranca

La castaña hizo caso y pisó el acelerador, derrapando sobre la pavimentación. Jamás pensaron que Gladys Jones los salvaría, pero en ese momento estaban agradecidos.

El hilo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora