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"Quienes se entregan a la venganza y se toman la justicia por su mano rara vez saben dónde está el límite" - Richelle Mead

Al ver qué Kristell no aparecía por ningún lado decidieron salir a buscarla por todos lados. Todos se habían separado y a Archie le había tocado revisar las cuadras cercanas, a lo lejos pudo ver a la rubia sentada temblando y abrazando sus piernas; corrió hacia donde estaba ella.

— Kristell — se arrodilló frente a ella — Calma, todo está bien, ya estoy aquí  — tomó su mano — te tengo que llevar a tu casa, vamos — la joven seguía temblando y con a mirada fija en un punto fijo, ignorando que Archie estuviera allí

Conocía a esa rubia de ojos verdes de toda su vida y le partía el corazón verla así. Para todos era secreto que cuando tenían 14 años habían salido a escondidas de Fred y Alice, pero cierto día ella lo terminó para desaparecer por un tiempo. Las cosas comenzaron a aclararse y se dió cuenta de que lo había dejado porque se había enterado de que tenía esquizofrenia. Ignorando todo eso la abrazó hasta que pudo darle tranquilidad, ella se aferró a él como si de eso dependiera su vida.

— Perdóname por no haber estado contigo hace años cuando te diganosticaron la enfermedad, pero... Tú me alejaste, jamás te hubiera dejado por eso — acariciaba su cabello

— Tenía que alejarme de ti, no quería hacerte daño, y mucho menos que cargaras con alguien como yo — el pelirrojo logró calmarla

— Tranquila, no tienes porqué darme explicaciones. Quiero que sepas que a pesar de todo me hubiera quedado contigo

— Gracias. Llévame a mi casa porfavor

— Vamos — recogió la mochila de la rubia — todos te están buscando. Dime ¿Qué pasó? ¿Porqué estabas así?

— Nada — tenía claro que no tenía que decir nada de Hal o su familia pagaría las consecuencias — ellos comenzaron a atormentarme y no pude llegar

Archie avisó que ya la había encontrado y que la llevaría a su casa. Al llegar, Alice corrió a abrazar a su hija, había estado llorando por miedo de que algo le hubiera pasado.

— ¿Estás bien? — la revisó con la mirada asegurandose de que no tuviera ni un rasguño

— Si, solo que tuve, no sé... — lloró — perdón, soy un desastre — abrazó a su mamá

— Aquí estás, nos tenías muy preocupados — apareció el castaño por la puerta uniéndose al abrazo de Alice y su hija. Dejó un beso sobre la cabeza de la rubia menor — Gracias por traerla Archie

— No es nada señor Jones

— Vamos a casa Archie — puso una mano en el hombro de su hijo

Para el club de media noche y como para sus hijos, la noche había sido larga, no habían podido dormir más de dos horas, que fueron interrumpidas por el sonido de sus celulares.

— FP — le habló a su novio — ¿Ya viste? — caminaba con Patrick en sus brazos mientras revisaba su celular

— Lo acabo de ver ¿Cómo crees que estén?

— No lo sé y no me atrevo a preguntar

— Nada les va a pasar a ustedes — se acercó a Alice y la besó — yo los voy a cuidar

El hilo rojoWhere stories live. Discover now