XXIII

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"Los amores más duraderos son aquellos en que uno de los dos amantes es extraordinariamente celoso" - Mariano José de Larra

Alice se había enojado desde esa noche que FP había ido a su casa y olía al perfume barato de Gladys, como ella le decía. Jamás se tomó en serio eso que decía la gente de que la sangre llama, pero la conexión que tenía Kristell con FP era fuerte, desde el primer momento en que de conocieron, aunque claro no fue en una situación agradable. ¿De todas las personas que había en Riverdale, FP tenía que salvarla de suicidarse?. Esa niña era difícil de controlar y FP podía hacerlo y ella se tranquilizaba con él, pero bueno, él nunca sabría que ella era su hija y ella que el era su verdadero papá. No sabía cómo reaccionaría FP, tal vez no la perdonaría, su reacción le importaba, pero no más que la de su hija, que tal vez al enterarse de la verdad, su mente distorsionaria la realidad y podía hacer cualquier cosa y Alice no quería perder a la hija del hombre que había amado desde su adolescencia.

Ignorando los secretos familiares en los que vivía la rubia, tenía otro secreto que era compartido con sus viejos amigos del colegio y estaba acabando con la poca tranquilidad que se podía conseguir en Riverdale.

Otra vez los nueve de habían juntado, pero ahora en la escuela, tenían que terminar el juego que habían empezado y no concluyeron. El sobre que les había llegado especificaba que tenían que reunirse otras tres veces, tuvieron que entrar por la ventana.

- Parece que nunca fuimos - la voz cálida de Fred fue la primera en oírse

- Porque nunca lo hicimos - mencionó la única rubia del lugar

- El rey gárgola quiere que terminemos la noche de ascensión, así que comencemos buscando los cálices - desde que llegó no había mirado a Alice y ella tampoco. Él no cedería primero, si ella no le hablaba, el tampoco - luego lanzamos la moneda y bebemos

- ¿Quieres qué tomemos veneno?

- Casi, pero no - Sierra le respondió a Fred - ¿Penélope lo trajiste?

La pelirroja sacó unos frasquitos de su bolsa y los extendió para que los demás lo agarraran.

- El antídoto del cianuro, beban ahora y estarán a salvo toda la noche - todos se le quedaron viendo, dudaban de tomar de lo que había llevado, después de todo era una Blossom - Ay porfavor - bebió y los demás también

- Vamos por los cálices y terminemos con esto - habló el Sheriff

- ¿Esperamos a los Lodge?

- No es necesario Sierra, ya estamos aquí - irrumpio el moreno en la habitación

Los recién llegados tomaron de lo que Penélope había llevado y todos salieron del salón. Estaban en el pasillo, se pondrían de acuerdo para ver si no había nadie en la escuela.

- No podemos seguir adelante con esto, nos quedan tres noches todavía para venir a jugar - la latina dijo gesticulando con las manos

- Tenemos que hacerlo Mione - Fred le dio una sonrisa

- Tengo una duda que no tiene que ver con el juego - la pelirroja habló - ¿Ya se les acabó el gusto a los tórtolos? Lo digo porque desde que llegaron no se han hablado, ni comido delante de nosotros

- Han de estar peleados - la pelinegra miró a FP recargado en una pared, mirando a Alice platicar con Hiram

En la puerta que daba a la oficina del actual director se encontraba Alice hablando muy contenta con Hiram y demasiado cerca. FP tenía la mano hecha puño, Alice, estaba haciendo lo mismo que hacía cuando eran jóvenes, coquetear con la primer persona que se le pusiera enfrente para darle celos, cosa que a veces no le había funcionado, pero ahora estaba con Hiram, que tenía un cuerpo bastante tonificado. Veía a la rubia reírse de cada cosa que el moreno decía, le estaba dando celos y lo logró, se enojó que se encaminó hasta donde estaba Alice con Hiram y la tomó de la muñeca.

El hilo rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora