XXXVI

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El día del cumpleaños de Alice llegó, solo había 15 días de diferencia con el de FP. Su alarma sonó, peor la apagó, ese día no iría al Heraldo, se quedaría en su casa con sus hijas y vería a Hermoine, Penélope y a Sierra, ese sería su cumpleaños. Volvió a conciliar el sueño pero se despertó por qué alguien le hablaba.

— Mamá — la tocó — mamá

— ¿Qué pasa? ¿Están bien?

— Estamos bien, pero... — Betty sonrió — feliz cumpleaños — la abrazó — te quiero mucho mamá

— Gracias Elizabeth, yo te amo más — le dio un beso en la frente — ¿Tu hermana ha despertó?

— Ya, está en la cocina

— ¿Qué hace en la cocina? Sabes que ni la estufa puede prender, va a quemar la casa

— Gracias pero no quemé la casa — entró con una charola con el desayuno de Alice — por el momento. Betty agarralo — entregó el desayuno

— No tenien porque molestarse

— Sé que no tenía pero Betty me despertó — se sentó la lado de Alice y la abrazó — Feliz cumpleaños mamá, gracias por soportar a está loca

— Hey, no te digas así, sabes que no me gusta — le dió un beso en la frente — En la tarde vendrá Hermoine, Penélope y Sierra a comer

— Te dejaremos con ellas mamá para que puedan platicar agosto sin adolescentes — se estaba haciendo su típica coleta

El reloj marcaba las dos de la tarde y el timbre sonó, Alice se paró a abrir y pudo ver a Fred con un ramo de rosas rojas y un pastel en la mano. Él hombre de la casa de enfrente le sonrió, le gustaba haber podido recuperar la amistad que había tenido con ella en la secundaria.

— ¿Puedo pasar? — la rubia asintió y se quitó para darle paso. Dejó el pastel en la mesita de centro que había y se giró a ella con las rosas en la mano — No son peonías, se que eres alérgica y me acordé que te gustaban estas

— No tenías porqué traerme nada

— Por supuesto que tenía, toma — ella recibió las rosas — Muchas felicidades Alice — se acercó para darle un abrazo — ¿Estás sola? — le dijo que si la ayudaba a sentarse, pero le respondió que aún podía

— No, Kristell está en el sótano leyendo y Betty está arriba

— ¿Guardo el pastel en el refrigerador?

— Porfavor — vio a Fred alejarse

— Es de chocolate, se qué ese bebé te trae loca con el dulce — regresó con ella — ¿Cómo está?

— Creciendo — acariciaba su vientre

— ¿Ya comiste? ¿Quieres que te prepare mi especialidad?

— Estoy esperando a Hermoine y a las demás, pero eres muy amable, nunca cambies

— Jamás

FP desde la mañana había andado vuelta y vuelta por la calle, paga ver si veía a Alice aunque sea, pero ni rastro de ella. No sabía si ir o no, nos ueria incomodarla, era su día y nada tenía porque arruinarlo y mucho menos él, a pesar de que las cosas ya estaban más tranquilas entre ellos dos, se seguía sintiendo mal por lo que le había hecho, la había dejado y se sentía miserable por eso. La peor cosa que había hecho, se la había hecho a ella, a la mamá de su hija y el que venía en camino. En una de sus tantas vueltas por su calle, la pudo ver afuera con Fred riendo, se veía contenta, feliz, tal vez ya lo había olvidado y eso le dolía. No sabía si al ir, lo correría o que haría, pero ya no importaba, solo quería que disfrutara su cumpleaños.

El hilo rojoOnde histórias criam vida. Descubra agora