XLIII

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FP se dió un tiempo para ir a recoger a su hija a la escuela, la había visto curiosear cerca de donde estaba su moto. Alice ya tenía siete meses y medio de embarazo y por la mismo se fue a vivir con ella, Betty y Kristell, Juguead por querer vivir con su novia dejó a su mamá y a Jellybean en el remolque, pues a pesar de que tanto FP como Gladys, trataban de hacer entrar a la niña en razón de que no tenía porque portarse así, no funcionaba.

Kristell estaba caminando con rumbo a la salida con una carpeta en la mano, pero se detuvo en seco al ver al novio de su mamá acercarse a ella, solo sonrió al hombre.

- ¡Hola! ¿Qué haces aquí? - le dió un beso en la mejilla

- Vine por ti

- ¿Me vas a llevar en la patruya? - rió

- No, no traigo el uniforme ¿Querías subirte a la patruya?

- Tal vez - caminó con FP a la salida

- ¿Y tu camioneta o el carro de mamá?

- No nos iremos en nada de eso. Te he visto andar de curiosa en el garaje y creo que a lo mejor querés irte en mi moto - señaló el lugar donde la había estacionado

- No creo que sea buena idea, si lo mamá se entera que me subiste a la moto te va a matar y de paso a mi también

- No creo que te quieras ir caminando, así que sube - el se subió a la moto y le pasó un casco que la rubia tardó en agarrar

- Mi mamá nos va a matar. Nunca me ha dejado subirme a una moto

- Te enseñaré a manejarla vas a ver

- Si quieres morir por mi está bien - soltó una risa

- Agárrate bien - su hija se abrazó a él

El castaño arrancó y se dirigió a su casa. Se moría de ganas de decirle a su hija que él era su papá y no el idiota de Hal, últimamente la ojiverde había estado teniendo pesadillas con él.

Llegaron a la casa y entraron, se iban riendo de algo que FP había dicho.

- ¿Te gustó?

- Si, pero me debes las clases

- Te enseñaré, pero no le digas a tu mamá, que quede entre tú y yo, no se puede enterar porque...

- ¿De qué no me puedo enterar Forshyte Pendleton Jones Junior? - salió con los brazos cruzados de la cocina

- Nada mi amor - se acercó a ella y le dió un beso

- Tú si me vas a decir - le dijo a su hija

- Nada mamá. Voy a subir a mi habitación y de paso, pasó a ver qué hace la otra parejita de la casa. Pensándolo bien, creo que debería conseguirme un novio y que venga a vivir aquí conmigo para no sentirme mal tercio en todos lados de la casa

- Nada de novio señorita - dijo la rubia

- Si no quieres que tenga novio, pues tengo dos como Hermoine me dijo, dice que es más divertido - se fue corriendo escaleras arriba

- Voy a matar a Hermoine, te das cuenta lo que le dice, no quiero que mi hija sea como ella que sale con dos

- No juzgues

- No la crítico, pero mi hija no ¿Te gustaría que tuviera novio?

- No, obviamente no y si llegara a tener tendría que pasar unas pruebas que Juguead y yo le pondríamos

- Eres demasiado celoso ¿Sabes?

- Son las mujeres de mi vida, son mías, de nadie más

- Muy bonito todo eso pero ¿Te parece si ya comemos? Nada más los estábamos esperando a ustedes

El hilo rojoKde žijí příběhy. Začni objevovat