XVI

251 18 21
                                    

"Acepta la locura. Crea el delirio. Establece la duda. Alimenta la paranoia" - John Katzenbach

El camino a casa de Hermoine se le hizo eterno a Alice. Apenas Fred se estaba estacionando ella ya estaba abriendo la puerta y fue corriendo hasta la puerta de la que alguna vez fue su amiga y tocó desesperadamente.

— ¿Quién toca así? — bufó Hiram, pero al abrir la puerta vio a una rubia  a punto de tirar su lujosa puerta — Oh... — no pudo decir palabra alguna

— Dame permiso Hiram — pasó de largo al moreno

— Buenas noches también Alice — todavía no estaba enterado de lo del enmascarado

— ¿Dónde está mi hija? ¡Kristell! ¡Hermoine! ¡Verónica! ¿Dónde están?

— Están en la habitación de Verónica, te llevo — se acercó a ella e hizo un gesto con la mano para que lo siguiera, pero ella solo puso los ojos en blanco — Alice está aquí — tocó la puerta y esta fue abierta

— Hola Alice — saludó Hermoine

— Señora Cooper — Saludó al igual que su madre con una sonrisa

— ¿Pasa algo mamá?

— No, nada, solo quería ver si estaba bien, si no necesitabas nada, ya vez como está todo allá afuera — le acarició la mejilla — y no quiero que te alteres

— Estoy bien, o bueno, eso creo. No, si, si estoy bien ¿Puedo quedarme? — comenzó a hablar rápido

— Tenía tiempo que no te veía así — sonrió

— Alice — entró Fred y cruzó miradas con Hiram

— En un momento voy, espérame — regresó la mirada a su hija y le tomó la mano — Puedes quedarte cariño, mañana vendré por ti, muy temprano para ir a casa. Te amo, Kristell, nunca lo dudes — la abrazó y una lágrima se le escapó

— ¿Qué es lo qué tienes? ¿Porqué lloras? ¿Qué le hiciste a mi mamá?

— Por nada cariño, tengo que irme, Betty me está esperando. Hermoine, te la encargo mucho y... Que no salga sola por favor

— Regresa con Verónica a la habitación, en un momento voy. Quiero hablar con tu mamá — la rubia se fue — ¿Qué fue lo que pasó Alice? — se dio cuenta de que Fred y Hiram estaban cruzados de brazos viéndose el uno a otro — Oh, hola Fred

— Hola Hermoine ¿Estás lista Alice?

— Alguien puede ser tan amable, como para explicarme que hacen auqi en mi casa todos, por favor 

— Hal es el enmascarado — dijo en un susurro

— Oh por Dios — Hermoine se persignó y todos la miraron raro — ¿Qué? Hay cosas que no se olvidan, pero ignorando eso ¿Cómo estás Alice? ¿Betty?

— Estamos bien, omitiendo que me quiso ahorcar hasta matarme, bien. Cuiden a mi hija por favor, tengo que regresar a aclarar unas cosas con Betty. Mañana vengo por Kristell

— Tu hija aquí estará bien Alice — dijo Hiram y la igual que Hermoine, todos lo miraron — No siempre tengo que ser el malo del cuento

— Luego hablamos. Vamos Fred — le tomó la mano y lo sacó de ahí

Ya en la camioneta de Fred, Alice miraba al frente, pensaba en el caos que se avecinaba sobre ella al llegar a su casa y estaba paranoica, no sabía cómo terminaría su conversación con Betty.

— Mamá, ya llegué ¿Dónde estás? — pasar por la sala y acordarse de lo que  había hecho su padre le daba miedo

— En las escaleras — tenía una copa en la mano

El hilo rojoOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz