El hilo rojo

LVIII

"La desilusión es una especie de quiebra. La quiebra de un alma que gasta demasiado en esperanza y expectativas" - Eric Hoffer

Archie, Verónica, Betty, Juguead, Reggie, Kevin, Josie, Cheryl y Toni acababan de recibir los resultados de las universidades para las que habían aplicado. Al ver el resultado el aire volvió a ellos, las universidades que habían escogido, los habían admitido.

En otra escuela se encontraba cierta rubia con morena actualizando por milesima vez su correo electrónica en espera de la respuesta de la universidad.

— Ya me llegó — habló la morena mientras omitia todo el discurso para llegar a la parte que quería

— ¿Qué pasó?

— Fui aceptada cari — sonrió

— ¡Felicidades! — cuando iba a abrazar a su amiga una notificación le llegó y lo abrió rápidamente — Me aceptaron

Ambas chicas se abrazaron y estuvieron felices todo el resto del día. Al termino del día escolar cada una se fue a su respectiva casa, pero Kristell se había desaparecido después de la comida para ir al banco. Regresó a asa después de unas horas con un sobre en la mano, escuchó voces en la cocina, así que fue directo allí.

— Hola. Mamá necesito que me firmes esto — deslizó por la isla de la cocina el folder y un bolígrafo. Tanto su mamá como FP la miraron por su actitud algo acelerada

— ¿Qué es esto? — tomó el folder en sus manos

— Necesito dinero para confirmar mi admisión en Columbia

— ¿Columbia? — preguntó incrédulo FP — ¿Vas a estudiar en Nueva York? 

— Exactamente y conseguí una beca del 100% por mis calificaciones, pero si necesito dinero para que confirmen mi lugar y para pagar las cosas básicas

— ¿Vas a vivir sola allá?

— Se supone, si no es que a mí mamá se me ocurre irse conmigo — miró los ojos azules penetrantes de su madre

— Ya habíamos hablado que te irías sola ¿Porqué Betty no me ha perdido dinero?

— Porque mi linda hermana ya tiene 18 años y yo todavía no los cumplo

— ¿Cuánto necesitas?

— FP, gracias por el ofrecimiento pero tanto Betty como yo tenemos un fideicomiso para la universidad que Hal y mi madre crearon en cuanto nacimos; además Juguead también necesitara dinero — esas palabras que dijo no pensó que fueran a tener alguna consecuencia — Firma mamá, necesito hacer la transferencia ya

— Está bien — estampó su firma en el papel — toma

— Gracias — le dió un beso en la mejilla, tomó sus papeles y empezó a caminar — Adiós

En el instante en el que la rubia salió, FP se quitó los lentes y se llevó las manos a la cara en modo de frustración, cosa que Alice notó de inmediato y colocó una mano en su hombro para que la mirara, pero no funcionó.

— FP ¿Qué pasa?

— Pasa que mi hija me ignoró