XXVII

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Horas antes

Alice se levantó más temprano de lo que acostumbraba, se dio una ducha y escribió una nota, dónde le decía a sus hijas que tenía que salir, que regresaría para la hora de la comida, que no se preocuparan. Llevaba días con náuseas y necesitaba contárselo a alguien, así que fue directo al Pembrook.

Ese día Hiram había puesto su despertador más tarde, aún seguía recuperándose del balazo que le habían dado.

— Hiram, apaga eso — gruñó mientras se tapaba con la colcha otra vez

— Apagalo tú, tengo demasiado sueño, se amable por una vez en tu vida

— Está de tu lado, yo no alcanzo, apagalo porfavor — por fin su esposo apagó la alarma — gracias. Dormiré otro rato

— Yo también — se tapó hasta la cara para volver a conciliar el sueño

No pasó mucho tiempo cuando el timbre comenzó a sonar desesperadamente, la muchacha que les ayudaba en la casa no estaba, había sido su día libre. El moreno pensó que esa persona de cansaría, pero no fue así, siguió tocando el timbre con insistencia como si no hubiera un mañana.

— Hermoine — movió a la pelinegra — Hey Hermoine, despierta, ve a ver quién toca de esa manera, Hermoine — sus intentos por despertar a la mujer fueron a lo tonto, estaba profundamente dormida — ¿Qué no ven la hora que es?

El moreno se paró y tomó su playera, se la terminó de poner cuando llegó a la puerta. Abrió y pudo ver a cierta rubia parada aún tocando el timbre.

— Alice, ya basta — habló — ya te abrí. — se recargó en el marco de la puerta mientras se tallaba los ojos — ¿Tú no duermes?

— No, ahora quítate — pasó de largo al moreno y entró

— Mínimo un buenos días — cerró la puerta — ¿Qué haces aquí tan temprano?

— ¿Dónde está Verónica?

— No está, se quedó a dormir con Cheryl ¿Para que la quieres?

— No, a ella no la necesito. Necesito a Hermoine ¿Dónde está?

— En la habitación, puedes ir si quieres — señaló donde quedaba — pero a ver si te hace caso, está profundamente dormida

— No te preocupes, yo me encargo de que despierte

Fue a dónde le había dicho Hiram y pudo ver a la latina acostada boca abajo con la mano debajo de su almohada. Se acercó a la cama y comenzó a moverla.

— Hermoine despierta

— Te dije — apareció el moreno

— Hey, Hermoine, Fred regresó con Mary — después de decir eso, Hermoine se levantó

— ¿Cuándo? ¿Porqué?

— ¿No estás hablando en serio? — le preguntó a la ojiazul

— Lo siento — se encogió de hombros

— ¿Cómo está eso de que Fred regresó con Mary? ¿Porqué? ¿Cuándo pasó? ¿Quién te dijo?

— No es cierto, solo quería despertarte. Tengo que hablar contigo

— Con eso no se juega, Alice — se dejó caer otra vez en la cama

La rubia después de media hora logró hacer que la pelinegra se levantara. Ahora estaban sentadas en el comedor de cedro traído desde Nueva York de los Lodge. Hermoine tenía una taza de café frente a ella, estaba luchando por no quedarse dormida, le había ofrecido a Alice pero no quiso. Hiram se dió un baño, y estaba ahí parado frente a ellas acomodándose su corbata, cuando acabo de hacer el nudo tomó asiento y Alice lo miró confundida.

— ¿Qué haces?

— Nada, solo espero que digas que era eso tan importante para que casi destruyas mi timbre y hayas arruinado nuestro sueño

— ¿Bromeas no?

— No tiene nada de malo, puedes confiar en mí, después de todo te ayudé a darle celos a FP la otra vez, Alice. Vamos dinos, yo también quiero saber — sonrió

— Dile que se vaya, no te puedo decir anda delante de él — le dijo a la pelinegra que tenía su cara apoyada sobre su brazo, estaba durmiendo prácticamente en la mesa — gracias por ayudarme la otra vez, si te necesito te lo hago saber, pero ahora porfavor déjame a solas con Hermoine — miró a Hiram

— Vete Hiram, porque si no no va a decir nada, ya sabes cómo es — levantó la cara de la mesa — porfavor

— Está bien, pero son muy injustas conmigo — se levantó de su asiento — me voy, me extrañan porfavor — se encaminó a la puerta y salió

— Ahora si dime — miró a la rubia

— Es que, llevo días con náuseas y mareos — pudo ver cómo la latina despertaba completamente — creo que estoy embarazada

— ¿De FP?

— Pues si ¿De quien más?

— Perdón, sigo dormida — se acomodó en su lugar — ¿No te has hecho no una prueba?

— No, porque no la puedo hacer en mi casa, imagínate lo que pasaría si Betty o peor aún Kristell la encontrara. Por eso vine aquí contigo

— ¿Traes la prueba?

— Si — sacó de su bolsa dos pruebas de embarazo — tengo miedo

— No tengas miedo, no te anticipes a las cosas. Primero hazte la prueba — bostezó — el baño queda por allá, aquí te espero

Pasaron diez minutos desde que Alice había entrado al baño, se suponía que en cinco minutos el resultado estaría listo. Hermoine no quiso ir a hacerle preguntas, si no que esperó hasta que Alice le abrió la puerta.

— ¿Y? ¿Qué pasó? ¿Está embarazada? ¿Me vas a hacer tía? — sonrió, pero al igual que Alice estaba nerviosa

— Las dos fueron positivas — no levantó la mirada de las pruebas

— Felicidades — corrió a abrazarla, pero de separó de ella cuando la escuchó llorar — ¿Qué pasa?

— No sé que voy a hacer, estoy embarazada del papá del novio de mi hija, nadie sabe de mi relación con FP, tengo una hija a la que tengo que andar cuidando porque tengo miedo de que en cualquier momento haga una locura y mi más grande problema está aquí en Riverdale y vive con el padre de mi hijo — puso su mano si vientre aún plano — Gladys

— Oye calmate, no pasa nada, Gladys no significa nada en la vida de FP y tus hijas tendrán que entender que tienes derecho a salir con alguien más y los hijos de FP no tienen porqué decir algo, entre Gladys y él no hay nada

— Y voy a llegar a decirle a Betty "Cariño, voy a tener otro hijo del papá de tu novio"

— ¿Cómo que otro hijo? ¿De qué estás hablando? — el sueño se le espantó

— Oh por Dios — se llevó las manos a la cabeza — Kristell no es hija de Hal, es hija de FP — la mandíbula de Hermoine cayó al suelo literalmente

Alice se sentó a explicarle a Hermoine lo que había pasado hacer años cuando Jughead estaba a punto de nacer y como su hija menor había sido producto de esa vez.

— ¿Cuándo le vas a decir a FP que Kristell es su hija y que estás embarazada? — le tomó la mano

— Que estoy embarazada, no sé, pero que Kristell es su hija, eso nunca lo sabrá, no me lo perdonaría y ella tampoco, puede tener una crisis bastante fuerte

— Perdón que me meta pero, siento que no está bien que te escudes siempre en la enfermedad que tiene tu hija para no decirle las cosas. La has tenido viviendo en una mentira toda su vida

— Lo hago para protegerla, tú la viste hace tiempo cuando le estaba poniendo un tranquilizante, la vez que llegas a mi casa y diste con el sótano por sus gritos

— Si, recuerdo muy bien, pero ella no es tonta y sé que puede lidear con la verdad, pero lo dejo a tu decisión. Vamos, desayunemos, no quisiste café

— Son las nauceas matutinas, lo siento

— Son horribles, lo sé, pero mínimo come algo de fruta con yogurth, ahora tienes que alimentarte bien

El hilo rojoWhere stories live. Discover now