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Gruño levemente observando cada hoja, las coloco en orden, pero no tenía ni la menor idea de si estaba correcto o no

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Gruño levemente observando cada hoja, las coloco en orden, pero no tenía ni la menor idea de si estaba correcto o no. Los trazos eran similares en cada hoja, parecían ser dibujados por el mismo lápiz y desde luego que por la misma persona, y de alguna forma, el azabache estaba seguro de que esos dibujos se conectaban.
Habían líneas rectas que parecían seguir en otras hojas, pero habían detalles de aquellas mismas hojas que no calzaban, y aquello lo estaba volviendo loco. Había pasado más de una hora observando dichos dibujos que a decir verdad si eran algo escalofriantes, y seguía sin poder conectarlos o sacar algo bueno de ellos.

El mayor, su sensei, no le dio demasiada importancia, porque nadie más que él creía que el nombre de dicha estudiante estaba relacionado con la energía maldita del lugar.
Aunque Fushiguro tampoco tenía una base estable donde apoyarse para confirmar al cien por ciento que era así, pero había una sensación extraña en su cuerpo, tenía aquel presentimiento desde las entrañas de que todo estaba conectado de alguna forma. Los dibujos tenían algún tipo de mensaje, y aunque aún no lo había descifrado, estaba seguro de que se relacionaba con la estudiante y la fuerte energía de dicho instituto, y tenía realmente una vaga idea de que también podía estar relacionado con el maldito de Sukuna.

Pero ¿Qué era aquello que le impedía seguir adelante? Como si tratase de un susurro que obligaba a su cuerpo y mente quedarse allí y no avanzar más allá de la simple teoría que lo domina y le causa sed de más conocimiento.

— ¿Sigues pegado con esos dibujos? —se cuestionó el pelirosa-palo, quien estaba apoyado en el marco de la puerta de la habitación del azabache.

— ¿Qué haces aquí, Itadori? —se cuestionó el azabache, un tanto confuso de ni siquiera haber notado su llegada, no tenía ni la menor idea de cuánto se había quedado allí, pero estaba seguro de que ya había pasado un tiempo.

— Bueno, son las doce de la noche y sigues mirando los dibujos como si fueran la obra de arte más preciada del mundo, y a decir verdad solo me causan escalofríos —se estremeció en su lugar para luego dar unos pasos y finalmente ingresar a la habitación, no logró descifrar la mirada que el azabache le había dedicado, así que simplemente continuó hasta llegar a su lado.

— Se qué hay algo, no importa qué, pero de alguna forma está todo... conectado —el azabache soltó un rotundo suspiro, se desmoronó terminando de cuclillas mientras cubría su rostro con una de sus manos algo frustrado, y su compañero solo observó los dibujos sobre la cama—. Se que tiene algo que ver...

— ¿Cómo estás tan seguro? —Itadori alzó una mano hacia una de las obras, pasando las yemas de sus dedos por los trazos de tinta seca, y al instante, un escalofríos seguido de una extraña sensación lo recorrió de pies a cabezas, sí, aquella misma corriente eléctrica que todos sentían al tocar dichas hojas—. Oh... —fue lo único que logró salir de su boca y alejó su mano con algo de rapidez, aún sintiendo un cosquilleo en la yema de sus dedos—. No es un objeto o... dibujo maldito ¿Verdad?

The  firstborn | Jujutsu Kaisen. (Pausada)Where stories live. Discover now