𝐓𝐅𝐁 (Pausada) | ❝ Un demonio en el útero de una mujer ❞
Por el corto tiempo que el grupillo de hechiceros había pasado junto a la atrocidad denominada Sukuna, comprendieron que el hombre, o actualmente mejor dicho el Rey de las maldiciones, no se...
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Había algo que sus muchachos no podían comprender, o tal vez simplemente no lo querían admitir, pero ellos nunca tuvieron la misión de aquella castaña de ojos verdes en sus manos. No importaba cuánto se esforzaron, no importaba que pudieran rastrearla fácilmente. Ryōmen Yashiro solo jugaba con ellos. No desaparecía su rastro simplemente porque no quería, no porque no pudiese.
Siempre se veía tan tranquila jugando sus cartas, con su expresión relajada hasta el punto de ser impredecible, sin darle la oportunidad a otros de leer sus movimientos o sus ideas, casi como si fuera una jugadora de Póker profesional.
¿Quería llevar a Nobara a una fiesta? Bien, que la lleve. Gojō realmente confiaba plenamente en que Yashiro no sería capaz de lastimarla. La manera en la que trataba de ignorarlos, escapar de sus estudiantes, era un claro ejemplo de que no buscaba meterse con los hechiceros.
Pero el peli-blanco no conocía realmente la paciencia de la muchacha.
— Déjala.
— ¿¡Disculpa!? —el desagrado se notaba con claridad en la voz de su estudiante, pero la sonrisa del peli-blanco solo se amplió—. ¿¡Cómo quiere que deje a Nobara sola con ella!? ¡No tenemos ni la menor idea de lo que puede hacerle! Además de que destruyó el micrófono para que no escucháramos su conversación, no podremos saber si ella está en peligro o no.
— ¿Qué más da? Nobara puede relatarnos la conversación que tuvieron una vez que vuelva con nosotros —un mohín se asomó en los labios de Megumi al escuchar eso—. Dudo mucho que Yashiro realmente intente hacerle daño. Ya conocemos sus parámetros, ella no saca sus garras a menos que deba defenderse.
— Esto es... Irresponsable de su parte —murmuró el muchacho, pero con la intención de que el mayor lo escuchara, aunque no causó mucho en el hombre.
— Ustedes empezaron esto, así que ahora deberán enfrentar los riesgos como equipo ¿Entendido?
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El vestido se ciñó a la perfección sobre su figura atlética y marcada, y los tacones calzaron al instante en sus pies, aunque era más difícil de lo que creía usar tacones tan altos de tacón de aguja. Ella también le había proporcionado un bolso de mano a juego con el vestuario, pero solo era decoración, porque no traía nada con ella, ni siquiera su teléfono celular.
No se sentía tan segura como de costumbre, de alguna manera el lugar en el cual se encontraban le causaba incomodidad. Nunca había estado en un espacio como aquel, pero no era lo que realmente se imaginaba cuando la mayor dijo "iremos a una fiesta".
Ella, en cambio, se veía segura. Le sobrepasaba en altura, y ahora que la ve junto a ella, muy cercanamente, lo notaba con más detalle. Era realmente alta, incluso más que Yūji y Megumi, y eso que sus zapatos elegantes no tenían tanta plataforma, y ella iba en tacones de diez centímetros.
