XXXIII

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El azabache suspiró a la vez que guardaba las últimas prendas ocupadas en el bolso deportivo negro

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El azabache suspiró a la vez que guardaba las últimas prendas ocupadas en el bolso deportivo negro. Amarro los cordones de sus zapatillas para luego sacudir su cabello hacia atrás, dejando su frente despejada.
Se despidió de sus compañeros semidesnudos que aún bromeaban entre ellos en los camarines masculinos, y prosiguió a retirarse del lugar para dirigirse a la entrada principal del instituto.

Devolvió el saludo de uno que otro compañero con un simple ademan de mentón, mientras acomodaba su cabello negro húmedo para cubrir su frente como era de costumbre.

Sintió esos pasos que reconocía con facilidad, corriendo directamente hacia él, estaba a un par de metros. Tensó su mandíbula a la vez que fruncía su ceño de malhumor, deseando que dicha persona solo pasara de largo y lo dejara en paz por un momento.

Pero sus sueños no lograron hacerse realidad...

— ¡Hey Takeshi! —reconoció esa voz, pues como si no fuera suficiente tener a una molesta castaña tras él, también tenía a una molesta pelinegra que pasaba la raya de línea personal, lo trataba informalmente, y juraban que eran cercanos amigos.

Era una copia barata de Ryōmen Yashiro, y Nakerama Takeshi lo sabía. Pues aquella chica (enamorada claramente del azabache desde quien sabe cuando), creyó que las chicas con la actitud de Yashiro eran el blanco preferido para nuestro pelinegro. Creyendo aquello, su actitud comenzó a cambiar, tratando de comportarse similar a Yashiro.
Pero, seamos sinceros, Takeshi no soportaba esa actitud ni en Yashiro ni en nadie, por lo cual solo era su enemigo natural y siempre terminaría rechazándola en cada ámbito posible.

— ¿Terminaste tu entrenamiento? —preguntó, con una amplia sonrisa en su rostro, colándose junto a él y tratando de seguirle el paso. El azabache solo le dedico una mirada de pies a cabeza, soltó un suspiró y rodó sus ojos desviando su mirada de vuelta al frente.

— ¿No deberías estar en tu práctica como vocalista de la banda, Kobayashi? —respondió él, tratándola con su apellido y sin mirarla a la cara, como solía ser.

— Por mera casualidad terminamos en el mismo horario. Ahora pensaba ir a esa tienda donde venden muchas muestras de pasteles ¿No te agradaría acompañarme?

— No.

— Takeshi-kun... —alargó, como una queja, mientras se abrazaba al brazo del nombrado que paraba en seco, mordía el interior de sus mejillas, tomaba una gran bocanada de aire para mantener la calma y no lanzarla a tres metros, y luego volvió a abrir sus ojos mientras separaba con cuidado su brazo de su cuerpo y lo elevaba intentando despegarse a esa... tipa—. Solo será por un par de horas, no es tan terrible~

— Oh sí, sí lo es, ahora suéltame de una vez ¿Sabes que esto se puede considerar acoso? —espetó, frunciendo aún más su ceño sin lograr conseguir despegarse de esa pelinegra, quien solo reía ante el débil esfuerzo que el muchacho hacía.

The  firstborn | Jujutsu Kaisen. (Pausada)Where stories live. Discover now