XLI

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Su respiración era agitada, sin embargo hacía un gran esfuerzo por controlarla

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Su respiración era agitada, sin embargo hacía un gran esfuerzo por controlarla. Su cuerpo siendo cubierto por una fina capa de sudor. Algunos molestos cabellos se apegaban a los costados de su frente. Su boca se encontraba entreabierta soltando unos cuantos jadeos. Sus senos subían y bajaban siguiendo el movimiento de su cuerpo, el temblor en sus piernas, su abdomen tirante...

¿En qué estaba? Ah, sí, en su conteo de abdominales.

Yashiro no era alguien que en realidad necesitara ejercicio, podía mantener su cuerpo de la forma que ella quisiera gracias a su gran control de energía maldita. Le tomó años lograrlo, pero ya había llegado a un punto en que la energía maldita, para ella, era como respirar.
Pero mediante se ejercitaba podía pensar claramente, mejor que cuanto se quedaba como boba mirando fijamente alguna cosa, o cuando comenzaba a leer y se olvidaba de que estaba leyendo pero aun así leía y seguía pasando las páginas. Como sea, el punto es que... Estaba pensando en su plan, y en cómo iban las cosas.

— Yashiro... —llamó él, pero no se detuvo, estaba demasiado sumergida como para prestarle atención.

Se notaba en su ceño fruncido, en su mirada llena de seriedad, en su mandíbula tensa. No le contestaría a menos que haya terminado con lo suyo, por lo cual, Takeshi solo ventiló el cuarto y cambió las sábanas de la cama, dejando todo en orden después de dicha... Noche.
Entró al cuarto de baño para darse una ducha; mirando, con un ceño fruncido y mordiendo el interior de sus mejillas, las notorias marcas en todo su abdomen y unas cuantas en sus clavículas. Algunos rasguños en su espalda, pero no demasiado notorio ni demasiado doloroso.

Entró a la ducha y se lavó.

Yashiro se levantó del suelo, apoyó ambas manos en su cadera, soltó un sonoro suspiro frunciendo aún más su ceño, ladeó levemente su cabeza intentando descifrar la incógnita, y luego llevó su cabeza hacia atrás para mirar al techo con esa mirada de infierno.

— Ellos saben algo... —susurró, mientras mordía el interior de su labio inferior y pasaba el dorso de su mano por su frente—. Son un equipo de tres, pero solo me he topado con dos... Seguirme de esa manera... —rió, dirigiéndose a su cuarto mientras se despojaba de las prendas sudadas quedando únicamente en ropa interior—. Seguramente están intentando... Alejar al recipiente de mi padre —volvió a bufar, pasando ambas manos por su rostro en un signo de frustración, a la vez que sentía como el azabache salía del cuarto de baño.

— Entra a ducharte, tenemos clases —comentó el chico, con una toalla envuelta a su cadera, su cabello negro húmedo caía sobre su rostro hasta poco más abajo de sus ojos, y algunas gotas recorrían su rostro hasta caer por la orilla de su mandíbula.

— ¿Tienes entrenamiento hoy? —preguntó, acostándose de costado y haciendo notar aún más sus curvas. El chico le miró por unos cuantos segundos para luego lanzarle unas prendas de ropa limpia encima mientras secaba su cuerpo.

The  firstborn | Jujutsu Kaisen. (Pausada)Where stories live. Discover now