XXIV | 𝔪𝔢𝔪𝔬𝔯𝔶

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Año 700 d.c
El docente
Primera parte

Soltó un sonoro suspiro mientras se cruzaba de brazos

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Soltó un sonoro suspiro mientras se cruzaba de brazos. A sus oídos llegaba el satisfactorio sonido de la naturaleza, la hierba del prado chocando entre sí por la suave brisa, las aves que volaban por sobre su cabeza, de vez en cuando uno que otro insecto.
Su mirada se mantenía fija en el denso y oscuro bosque frente a él. Era un paisaje maravilloso, pues se veía un gigantesco prado de hierba dorada, y el bosque de altos y oscuros bosques partía la naturaleza en dos notorios terrenos. Era increíble.

Se encontraba a metros de la entrada del bosque. Los árboles con múltiples arañazos de quién sabe qué criaturas le daban la bienvenida. La brisa era suave y fresca, pero por alguna razón sentía el aroma a muerte proveniente del bosque, empujando directamente a sus fosas nasales por las ramas y hojas de los pinos, y entre otras especies del lugar.

— Está tardando~ —canturrió, apoyándose en la punta de sus pies para luego hacerse hacia atrás y apoyarse en sus talones, luego de aquello se paró correctamente y volvió a soltar un suspiro—. ¿Debería ir por ella? —se cuestionó indeciso.

— Es impresionante —las múltiples voces superpuestas interrumpieron el agradable momento de paz que el Rey de las maldiciones estaba teniendo. Aún que en realidad, había sentido su presencia mucho antes de que llegara junto a él.

Giró a mirar sobre su hombro con una lentitud un tanto temeraria, una sonrisa de total burla y superioridad se asomó en su rostro como solía ser de costumbre, y un bufido se escapó de sus labios observando a dicha figura inhumana.

Parecía que la mismísima miasma desprendía de su cuerpo con múltiples agujeros que derramaban un líquido negro causando algo de claustrofobia y repugna. Su rostro deforme con múltiples colmillos formaban una boca deforme sin labios, sádica. No parecía tener ojos y su piel era morena, un tanto púrpura, pequeños detalles como brotes de hierba mala decoraban sectores específicos en su rostro.
Su cuerpo se veía desproporcionado. Era alto, sus brazos largos y delgados llegaban a la altura de sus rodillas. Sus piernas eran flacuchas, peludas, largas, con pezuñas de cabra o quién sabe de qué animal. Su espalda encorvada y su cabeza un tanto desproporcionada como el resto de su cuerpo.

Monstruoso a simple vista. Como detestaba a ese tipo.

— Puedes tomar la forma que deseas ¿No es así? —preguntó el mayor, esbozando un mohín dedicándole una mirada de cuerpo completo por segunda vez—. Por algo es que te saque de tu miseria. Si ella te ve y se larga a llorar juro que te voy a destrozar, Ruther —espetó con molestia, y de alguna forma solo logró observar una sonrisa despreocupada en él.

— ¿Dónde está? —preguntó de vuelta, importándole poco la advertencia de su amo. Su voz era imposible de identificar. Parecían ser de ancianos, jóvenes, niños pequeños, mezcladas de una manera que te causaba desagrado, fobia, pánico.

The  firstborn | Jujutsu Kaisen. (Pausada)Where stories live. Discover now