XXXVI

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— ¿Crees que Yashiro pueda quedarse un tiempo más? —preguntó el menor, terminando de ordenar lo que había ocupado en la cocina para alzar su mirada por sobre su hombro, observando a su padre tranquilamente leyendo el periódico del día con una taza...

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— ¿Crees que Yashiro pueda quedarse un tiempo más? —preguntó el menor, terminando de ordenar lo que había ocupado en la cocina para alzar su mirada por sobre su hombro, observando a su padre tranquilamente leyendo el periódico del día con una taza de café en mano—. Hay un idiota que la ha estado molestando —exagero, pues en realidad era consiente de la relación entre en rubio y ella, sin embargo, su comportamiento extremadamente indiferente y burlesco realmente lo sacaba de sus casillas.

— ¿Quién? —preguntó, sin desviar su mirada del diario mientras le daba un sorbo al café, y el muchacho giraba sobre sus talones secando sus manos con el paño de cocina.

— Un rubio, la ha estado acosando... Por lo que sé, él debe estar alrededor de los treinta y tantos, no se donde se conocieron pero es realmente insistente —exageró, dejando ahora el paño colgado de la manilla del horno eléctrico para apoyar ambas manos en el mesón de la barra.

— Bueno, de ser así... Tu hermana vendrá prontamente, tal vez llegue mañana por la noche, así que tendrás que compartir cuarto con ella si quieres que se quede —comentó, y la sonrisa de burla se asomó en su rostro mientras bebía de su café, intentando ocultar el doble sentido de su expresión en el diario del día—. No creo que sea un problema ¿No? —molestó hacia el menor, quien frunció su ceño y lo fulminó con la mirada a pesar de que no podía verlo por el estúpido periódico, aunque en realidad su padre podía sentir como era amenazado con la mirada.

— Iré a entrenar, si Yashiro despierta ¿Podrías preparar el desayuno? No necesitan esperarme, yo ya he comida —aclaró, pues estaba más que listo para comenzar con su rutina. El bolso deportivo lo esperaba en la entrada de la casa.

— Sí, sí, no te preocupes, yo me haré cargo —alargó el viejo, haciendo un despreocupado gesto con una de sus manos mientras el menor solo asentía y se dirigía a la salida.

Seguía teniendo un mal presentimiento que le causaba un nudo en el estómago, pero no podía hacer demasiado por ello. Últimamente las cosas no iban bien, y Yashiro se veía más estresada de lo usual. Pero nuevamente ¿Qué podía hacer él al respecto? Yashiro no era alguien realmente fácil de convencer cuando las cosas eran complicadas. Sí, habían veces en las cuales se doblegaba, pero en otras cuantas (dependiendo del riesgo e importancia) era firme con sus palabras y nada ni nadie la haría cambiar de opinión.

Pero él... Realmente estaba preocupándose.

La castaña despertaba poco a poco. No necesitó abrir sus ojos por completo o activar todos sus sentidos para notar lo mal que se sentía, tanto física como mentalmente.
Para ella, quien es un humano mitad maldición o maldición mitad humano, el mínimo de sentirse mal eran como cuarenta grados de fiebre para cualquier otra persona; es decir, podía sentirse como si se encontrara al borde de la muerte, pero lamentablemente, ese malestar no la mataría más que hacerla sentirse fatigada y dificultarle sus acciones cotidianas. Para ello debía conseguir energía, y para conseguir energía necesitaba a una persona que cumpliera con los requisitos que ella imponía.

The  firstborn | Jujutsu Kaisen. (Pausada)Where stories live. Discover now