39: El amor de los esposos.

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Cómo los capítulos anteriores fueron bastante tristes, aquí hay uno para alegrar sus corazones.
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En todo el palacio, la noticia de que Shen Lian había estado cerca de morir y perder a su bebé era pasada por los sirvientes. El rumor cambiaba a medida que las personas empezaban a dar su propia versión. Todos decían que de no ser por el príncipe y su afilada espada, Shen Lian habría muerto.

Sin saber los rumores que viajaban por el palacio sobre él, Shen Lian estaba bastante feliz en su pequeña habitación. Desde que despertó, está vez en la habitación de su príncipe, todo había sido bueno. Además de las ocasionales patadas del principito y las visitas preocupadas del emperador, el ambiente a su alrededor era bastante tranquilo. Su esposo se había encargado de mantener alejados a todos los que querían hablar con él, y lo agradecía mucho.

Shen Lian se había culpado a sí mismo por lo ocurrido con Shen Fu durante mucho tiempo, pero su esposo le recordó muchas veces que no estaba molesto ni resentido con él por lo que pasó. Mo Yang le dijo que aquello no era su culpa, y después de muchas lágrimas Shen Lian finalmente lo aceptó.

La pareja se encontraba en la habitación. Shen Lian descansaba sentado sobre el regazo de su esposo, con la cabeza en su hombro, mientras el príncipe se entretenía jugando con su cabello. Aunque la posición era terriblemente parecida a la que habían tenido cuando fueron  atacados, ninguno de ellos pensó mucho sobre ello, pues se sentían cómodos así.

Shen Lian disfrutaba pasar el tiempo así, relajado y libre de preocupaciones, sólo contando con la compañía de su amado esposo. Sin la intervención de los sirvientes, el ambiente entre los esposo era bastante cariñoso e íntimo.

A pesar de que las emociones ya se mostraban en su rostro, Mo Yang aún no sabía cómo manejar sus sentimientos de la manera en que todos los demás lo hacían. Podía estar feliz, pero no mostraría una sonrisa a menos que estuviera viendo el rostro de su esposa. Podía estar triste, pero no lloraría si su esposa estaba bien. De cierto modo, sus expresiones dependían por completo de la presencia de Shen Lian.

Allí, con la privacidad que les brindaba su habitación, el príncipe y su esposa podían actuar como una verdadera pareja de jóvenes enamorados. Shen Lian era la esposa mimada, y Mo Yang un esposo muy complaciente.

El jóven Shen esbozó una sonrisa al sentir los dedos de su esposo viajar a través de su cuello. Debido al aura cálido entre ellos, ya no se sentía tan avergonzado de recibir la atención del príncipe.

Aunque, bueno, las hormonas del embarazo también causaban en él una necesidad y apego mucho más grande que cualquier otro sentimiento suyo. Tal vez por eso no se había despegado de su esposo en todos esos días. Pero realmente no le importaba.

—¿Esposo?— llamó Shen Lian, recibiendo un simple tarareo como respuesta— ¿Crees que me veo gordo?

Mo Yang sonrió levemente desde su lugar, sabiendo que su esposa no podría notar el gesto.

—No.

—¿Estás seguro?

—Sí.

—¿Muy seguro?

—Sí.

—¿En serio?

—Sí.

—¡Esposo!— se quejó Shen Lian —¡Estás mintiendo! Me veo muy gordo.

—Shen Lian, no estoy mintiendo.

—¡Pero sí estoy gordo!— Shen Lian abultó su labio inferior, haciendo un puchero tierno.

La esposa del soberano. (BL)Where stories live. Discover now