La esposa del soberano. (BL)

74: Los soldados están de visita.

El campamento de los soldados había sido destrozado durante la invasión de los rebeldes, así que muchos de ellos habían regresado a sus hogares mientras los constructores se encargaban de arreglar todo. Sin embargo hubo cinco soldados desordenados y revoltosos cuyos padres se negaron rotundamente a recibir, enviándolos con su líder para que se hiciera cargo de ellos.

Así fue como terminaron Yin Jun, Ip Chung, Bai Rulan, Qi Huong y Zhao Nian parados frente a las puertas del palacio con un carruaje lleno de sus pertenencias y una carta de sus padres en cada una de sus manos. Era una imágen muy lamentable en realidad, tres hombres adultos con expresiones parecidas a las de un niño que es regañado por sus padres. Ninguno de los cinco soldados tenía un aura que no fuera de alguien triste o deprimido.

Mo Yang era el fundador y líder del campamento, así que los soldados naturalmente fueron enviados hacia su hogar cuando sus familias los rechazaron. Pero el príncipe estaba tan ocupada con atender a su esposa embarazada que aplazó el aceptar las solicitudes de sus soldados para quedarse en el palacio como invitados por muchas semanas. Llegó un día en que ya no pudo seguir ignorando a sus subordinados, por lo que caminó hasta la entrada del palacio y se encontró con que habían instalado una especie de campamento a un lado de las puertas. Tenían tiendas simples.

El príncipe mantuvo su cara tan estoica como siempre cuando recibió pucheros y miradas tristes de sus soldados. Habían pasado por ésto muchas veces, ellos fingiendo ser unos pobres muchachos tristes para que Mo Yang sintiera lástima. Estaba demasiado familiarizado con esas expresiones tristes como para caer ante ellos. Él mismo los había entrenado.

Con seriedad, Mo Yang les permitió quedarse en el palacio como invitados hasta que la situación mejorara. Bajo la advertencia de que serían lanzados a la calle si causaban demasiados desastres.

Yin Jun, Ip Chung y Bai Rulan dormían en la misma habitación, mientras Zhao Nian y Qi Huong tenían habitaciones propias. No estaba relacionado con sus personalidades en absoluto pero de algún modo los tres primeros, a quiénes Mo Yang soportaba menos,  habían terminado en una sola habitación.

Tan pronto como se enteró de que estaban en el palacio, Shen Lian le insistió al príncipe para que los dejara visitarlo. Ellos eran sus amigos, a pesar de que no se veían muy seguido. A regañadientes, Mo Yang se las arregló para llevar a los cinco soldados revoltosos hasta la habitación donde descansaba Shen Lian durante gran parte del día. 

Yin Jun, siendo el alborotador de siempre, no esperó a que el príncipe los llevara a visitar a Shen Lian y simplemente arrastró a sus reticientes amigos a pesar de las protestas que recibió. Ninguno quería lidiar con un príncipe Mo enojado, pero tampoco podían negarse cuando Yin Jun amenazaba con esparcir todos sus secretos.

Los soldados apenas habían llegado frente a la puerta de la habitación cuando el príncipe salió. Se observaron por un rato, antes de que el príncipe soltara un suspiro exasperado y se apartara para dejarlos entrar.

Como niños felices, los cinco hombres de estatura baja se adentraron a la lujosa habitación de Shen Lian, derrumbando muchos objetos mientras intentaban avanzar al mismo tiempo. Cada uno se tropezó con sus pies, todos cayendo sobre el suelo tras un largo rato de forcejeo que terminó de una manera muy decepcionante cuando lp Chung los levantó a todos por el cuello de sus túnicas.

—Presenten sus respetos.

Refunfuñando, los cuatro soldados revoltosos obedecieron la orden de su amigo más severo.

Shen Lian les sonrió a sus cinco amigos con tranquilidad, alegre de que pudiera verlos al menos durante un corto período de tiempo. Su principal preocupación con los riesgos del embarazo era que no podría ver a sus allegados, pero ahora que lograba ver a sus amigos se sentía mucho más relajado con el estado de su embarazo. Verlos a ellos era refrescante después de pasar tanto tiempo confinado entre las paredes del palacio Imperial.