3: Caos Causado Por La Familia Shen. (Y El Príncipe Protege A Su Esposa)

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Shen Lian quería esconderse en agujero y quedarse ahí hasta el día de su muerte. No podía creer lo que estaba pasando en aquel momento. Incluso mientras lo presenciaba, todo parecía tan irreal que le costaba creerlo posible.

Comenzó con la llegada de Shen Wei. Shen Lian, que tenía una figura baja y delgada, no se parecía en nada a su padre, un hombre de apariencia corpulenta. El joven había heredado los rasgos de su madre, aunque no la conocía en lo absoluto. Él era delicado, como una flor que debe ser admirada desde lejos.

Shen Wei había tratado de casar a su hijo, fallando completamente luego de notar que su hijo era demasiado afeminado como para atraer a alguna mujer o doncella de la nobleza. Tras su fracaso, abandonó a su primogénito sin ningún remordimiento, a pesar de que éste último no tenía manera de sobrevivir en la capital. El hombre se había olvidado de su hijo con facilidad.

Fue tras una noche bebiendo alcohol cuando Shen Wei oyó el nombre de su hijo ser pronunciado junto con el del príncipe imperial. La noticia lo llenó de una rabia tan profunda que perdió cualquier sentido de respeto. Odio, resentimiento y furia se apoderaron de cada acción que realizó luego de eso.

Shen Wei aún tenía contactos que pertenecían a la nobleza, así que no le costó mucho infiltrarse en el castillo para enfrentarse a su hijo. Sólo buscaba herir al muchacho, y obtener beneficios de su matrimonio si podía.

—¡Shen Lian! ¡Hazle caso a tu padre, bastardo ingrato!

Se produjo un jadeo colectivo luego de oír la dura declaración de Shen Wei.

El pequeño e indefenso Shen Lian no tenía ni idea de por qué su padre se comportaría de ese modo con él. No había hecho nada malo y se había quedado esperando a su padre en la capital.

—Papá. ¿P-por qué estás molesto conmigo?

—¡Maldito estúpido!

El comentario hirió a Shen Lian. Oír que alguien lo consideraba estúpido era doloroso. Especialmente si era su padre quién lo decía.

Shen Lian se puso de pie, pues le pareció inapropiado hablar con su padre mientras éste lo veía desde arriba. La expresión en su tierno rostro era una de tristeza.

—Papá, no soy estúpido— murmuró, con los ojos fijos en el suelo.

—¿Qué has dicho, bastardo?

—Papá, yo no soy estúpido— repitió, está vez con un tono más alto— Mamá siempre decía...

—¡Wen Yanli no era tu madre!— exclamó Shen Wei.

Ante el comentario de su padre, Shen Lian alzó la mirada con rapidez, buscando cualquier señal de mentira en el rostro de Shen Wei.

—¿Q-qué? Pero mamá...

—¡TU NO CONOCES A TU MADRE! ¡ELLA NOS DEJÓ CUANDO VIO QUE HABÍA DADO A LUZ A UNA DECEPCIÓN COMO TÚ!

—Pero, papá...

—Agh. ¿Es que aún no lo entiendes, mocoso?

Shen Lian no comprendía a su padre.

—¿Qué, papá?

La risa de Shen Wei inundó el salón. Todos los invitados tenían la atención puesta sobre el escándalo que se estaba desarrollando entre los últimos miembros de la familia Shen. Algunos se sentían mal por el joven, pero la mayoría disfrutaba el dolor en el rostro de aquel muchacho.

El emperador y Mo Yang habían fruncido el ceño desde que Shen Wei cruzó la puerta. Mo Yang tenía los labios apretados, conteniendo las palabras que intentaban salir. Ellos tenían que mantenerse al margen por el momento.

La esposa del soberano. (BL)Where stories live. Discover now