La esposa del soberano. (BL)

57: ¿Madre? (Dónde Shen Lian se enoja)

La calma finalmente había llegado al palacio. Luego de tantos conflictos, discusiones y peleas, los habitantes del palacio ahora podían descansar junto a sus respectivas parejas sin preocupaciones.

En su habitación, Shen Lian dormía felizmente al lado de esposo. El principito estaba siendo cuidado por Zhao Yuan, así que la pareja real descansaba de la paternidad por unos minutos. El príncipe se limitó a observar el rostro de su esposa mientras leía varias cartas que provenían de los aliados del imperio.

Por alguna razón, el emperador había empezar a delegar todos sus deberes a su sobrino. Eso sólo ayudó a aumentar los rumores de que Mo Yang sería el heredero del Imperio una vez que su tío falleciera. Su título como príncipe heredero se fortalecía con cada tarea que su tío decidía darle, sin importar cuan pequeña o insignificante fuera.

A pesar de haber crecido sabiendo que la carga sobre sus hombres siempre sería inmensa, Mo Yang no sabía si estaba preparado para ser el emperador. Ahora que tenía a dos personas a quienes amaba con toda su fuerza le resultaba aterrador pensar en la cantidad de daño que podrían recibir solo por ser su familia. Shen Lian sería la emperatriz y Mo Ting el príncipe heredero, lo que de inmediato los convertiría en una objetivo para todos los enemigos del Imperio.

Tanto su hijo como su esposa pasarían cada minuto de sus vidas temiendo por todas las amenazas que podrían aparecer en el momento menos esperado. Aunque intentara protegerlos, nada le aseguraba que lograría hacerlo con éxito. Una vez había fallado en proteger a su esposa, y ese descuido casi les costó a su pequeño principito.

Mo Yang estaba concentrado en leer las cartas, pero una hoja de pergamino en particular hizo que detuviera todos sus movimientos abruptamente. Ésto era…

—¿Señor Mo?— murmuró un somnoliento Shen Lian frotándose los ojos. —¿Sucede algo?

El príncipe tragó saliva, inseguro de qué debería responderle a su esposa. Abrió la boca, mas ninguna palabra salió de sus labios.

Luego de varios segundos pareció encontrar su voz.

—No. Todo está bien, esposa.

Con su curiosidad satisfecha, Shen Lian se acurrucó de nuevo contra el costado de su esposo y cerró los ojos para dormirse otra vez. Le tomó alrededor de dos minutos caer en la inconsciencia oyendo el sonido de los pergaminos cerca de su oreja.

Mo Yang le dedicó una mirada antes de dejar salir un suspiro frustrado. Frunció el ceño y se preguntó a sí mismo por qué había mentido sobre algo tan importante. Leyendo la carta, sintió que se le hacía un nudo en la garganta.

» Príncipe Mo.

Usted no me conoce, pero yo lo he vigilado por un largo tiempo, asegurándome de que era tan bueno como su tío decía. Aunque me parece difícil creer que sus sentimientos tienen la pureza de la que su tío habló con tanto ahínco, mis observaciones me han dejado saber que es usted una buena persona y sobre todo un buen esposo para mí Shen Lian. Debe creer que estoy muerta, pero para cuando usted tenga ésta carta entre sus manos yo ya estaré cerca del palacio Imperial. Le ruego que cuide a mi hijo y nieto con toda su fuerza, o de lo contrario me veré obligada a llevarme a mi hijo. Por favor, sea un buen esposo para mí pequeño.

Atentamente, Wen Yanli. Su suegra, la madre de Shen Lian. «

Mo Yang supo al terminar de leer por segunda vez que tal vez debió decirle a Shen Lian. Sin embargo, parecía que la madre de Shen Lian regresaría muy pronto.

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Tres días después, Shen Lian estaba conversando con Zhao Yuan sobre el desarrollo de su embarazo mientras comían frutas secas que el sirviente le había exigido a su amante en la madrugada. El médico estaba durmiendo, ya que no había logrado descansar en absoluto debido a las constantes quejas y peticiones extravagantes del pequeño Zhao Yuan.