18: El día de la boda ha llegado.

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A través de la capital, personas de toda clase social se reunían para, entre murmullos y susurros, intercambiar información sobre la boda a realizarse en el palacio imperial. Cómo cualquier información importante, luego de ser transmitida por un gran número de personas empezó a deformarse. Algunos decían que Shen Lian era una mujer oculta en las ropas de un hombre, otros decían que el príncipe no era quién se casaría con él, sino que en secreto iba a desposar al emperador, pues ninguno podía imaginar al Guerrero Escarlata casándose felizmente con otro hombre. La opinión común fue que la boda era una completa farsa, y que el príncipe no planeaba siquiera completar la ceremonia.

Dentro del palacio, los rumores no alcanzaban a aquellos que habitaban en él, e incluso si lo hicieran, todos estaban demasiado ocupados con sus tareas como para detenerse a pensar por más de dos segundos. Habían llegado más familias nobles de lo planeado, razón por la que los inocentes sirvientes se vieron obligados a organizar el jardín principal rápidamente antes de que la multitud entrara.

Shen Lian, el tierno muchacho que reinaba en los pensamientos de cada ciudadano, estaba teniendo dudas sobre su boda. Aunque el emperador lo había animado a ver la situación positivamente, él no podía hacerlo solo. Le habría encantado tener la compañía de su madre en una día tan especial como lo era aquel. Wen Yanli lo habría ayudado a deshacerse de los nervios, dándole uno de sus muy inteligentes discursos. Siempre que su hijo necesitaba alegría, Yanli estaba ahí, pronunciando un sinfín de palabras que lo ayudaban de inmediato.

Por lo poco que había escuchado del consejero Xin, la novia y el novio tenían que cumplir una serie de rituales por su cuenta antes de encontrarse. Usualmente la familia de la novia se involucraba bastante en la preparación de la boda, haciéndose cargo de los regalos presentados por la familia del novio. En el caso de Shen Lian, como no tenía ningún familiar a quién recurrir, el emperador decidió que esas partes de la ceremonias serían omitidas. Los regalos de la familia Mo pasarían a manos de Shen Lian tan pronto como terminara la boda.

Cuando el sol había bajado lo suficiente, una sirvienta acompañada por Zhao Yuan fue a colocarle una hermosa túnica roja. La tela se ajustaba perfectamente a su piel, y asumió que había sido confeccionada por orden del emperador. Adornaron su cabello con piezas de jade y oro para luego ponerle un velo de color rojo y cubrir su rostro. Siguiendo la tradición, fue llevado ante los ancestros (habían movido las tablillas de la familia Shen a una área del palacio) dónde tuvo que arrodillarse y  presentarles sus respetos.

Desde ahí tuvo que esperar unos minutos antes de encontrarse con Mo Yang, a quién también vistieron con un traje rojo, aunque el suyo parecía más masculino y tenía una esfera roja colgando de su hombre. Haciendo uso de su memoria, Shen Lian recordó que el novio debía hacer múltiples reverencias a sus padres, su altar ancestral, y ofrecer incienso al cielo y la tierra.

Una vez allí, el padre de Mo Yang (Mo Shang) le quitó la esfera de la ropa y dejó que el novio se uniera a su novia. Al finalizar aquello, Mo Yang llevó a su novia al hogar que compartirían desde ese día. Shen Lian sintió temor, nerviosismo y pánico entrar en él cuando logró ver su nueva casa. La cabaña de su madre había quedado en el pasado, ahora tenía todo un palacio a sus órdenes.

Entrando al palacio debían hacer un corta ceremonia de té en la que Shen Lian ofrecía té a sus suegros. Pasó ese ritual exitosamente, pero tuvo complicaciones para hacer las tres reverencias a sus padres, ancestros y al cielo y la tierra. Aunque se equivocó varias veces en la postura, sus nuevos familiares no comentaron sobre ello. Toda la ceremonia terminó tan rápido que el jóven Shen sintió algo similar a la decepción. Es que, toda esa planeación y desorden fue para hacer algo que ni siquiera duró más de cinco horas.

Él no sabía que la celebración apenas empezaba, y antes de saberlo, el amor floreceria en más formas de lo que podía llegar a imaginar.

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Ya sé que es un capítulo corto, pero lo bueno llega en la fiesta. Sólo quería mostrar la boda.

La esposa del soberano. (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora